EL DELEITE DEL SILENCIO DE DIOS
En la vida hay momentos muy incomodos, muchas veces provocados quizás por no saber resolver situaciones lo que conllevan a un silencio abrumador, por ejemplo cuando discutes con tu pareja y ninguno de los dos dan su brazo a torcer, los hombres ponemos a funcionar nuestra neurona pensando en que tenemos que responder para no poner mas grave el problema y las mujeres con la ganas de hablar pero no dicen nada porque están esperando que sea el hombre quien tome la iniciativa para solucionarlo.
Otra posible situación es cuando en el trabajo han descubierto un error tuyo que no compromete nada, pero nadie quiere decirte que fuiste el culpable y así simplemente no te hablan y tu ni te has enterado que ha pasado.
Quisiera poner mas ejemplos pero quiero ir al concreto, a lo que anhelo hablar ahora mismo cuando Dios hace silencio. Por lo tanto tenemos que aprender a DELEITARNOS EN EL SILENCIO DE DIOS.
El mejor ejemplo que puedo exponer en este momento es aquel cuando éramos estudiantes, recordemos aquellas charlas quizás tan gratas donde el profesor se pasaba una o dos horas hablando de un tema, sin permitir que tu hablaras o interrumpieras su clase para que no se perdiera ningún pequeño concepto y te lograba poner su impronta en tus conocimientos, pero alguno de ellos le gustaba ocasionalmente permitir que se formaran grupos de estudios o en forma individual se explicara un tema a toda la clase y esto era puntuable, por experiencia recuerdo a mi profesor de Química y Física le gustaba hacerlo, pero cuando tu eras quien estaba en esa examen que era una exposición magistral de tus conocimientos, este profesor se sentaba en tu silla, prestaba especial atención y hacia el mayor de los silencios, respetando tus enseñanzas puestas en practica para que otros también aprendieran de ti.
De igual manera Dios nos pone a prueba y nos coloca quizás en una posición incomoda para que seamos maestros de otros por medio de nuestro ejemplo de todo aquello que ya hemos superado:
11- Entonces El dijo: Sal y ponte en el monte delante del Señor. Y he aquí que el Señor pasaba. Y un grande y poderoso viento destrozaba los montes y quebraba las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto.
12- Después del terremoto, un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Y después del fuego, el susurro de una brisa apacible.
13- Y sucedió que cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con su manto, y salió y se puso a la entrada de la cueva. Y he aquí, una voz vino a él y le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?
1 de Reyes 19:11-13
La historia de la Vida del Profeta Elias tiene un valor especial para mi, me enseña mucho acerca de como un hombre lleno de pasiones como tu y yo fue tan utilizado por Dios y tal fue el grado de amistad y relación intima entre Dios y el Profeta que Dios no le permitió que conociera la muerte sino que fue directamente llevado al Cielo ante la presencia de Dios, pero esté preciso momento de la vida del profeta esta lleno de temores y miedos, después que hizo justicia en contra de todos sacerdotes de Baal, y Jezabel le estuviera buscando para matarlo, el profeta entro en depresión deseando incluso la muerte por parte de Dios para que esta mujer no lo matará, pero Dios le permitió y protegió, a pesar de sus pasiones y de todo lo que estaba viviendo aquel momento. En el tiempo que el profeta estuvo solo Dios no le habló, ¿Cuánto tiempo fue? no lo sé.
Aquí podemos descubrir que cuando Dios le habló fue el momento quizás menos inoportuno para hacerlo, pero Dios no se mueve conforme a nuestro tiempo y por nuestras necesidades, Dios se mueve y te habla conforme a sus Propósitos.
Quienes hemos vivido un terremoto sabemos lo violento que es y lo difícil que es reponerse de un seísmo, necesitas de un buen momento para analizar y las imágenes por ejemplo de los arboles doblarse sin quebrarse son casi imborrables, el Profeta Elias estuvo en aquel terremoto, una situación terrible, pero Dios no estaba allí.
También hubo un fuerte viento, yo nunca he presenciado un tornado o huracán fuera de las imágenes que los telediarios nos dan pero las imágenes nefastas y dantescas estremecen realmente, el Profeta Elias estuvo en aquel huracán, una situación extrema, pero Dios no estaba allí.
Hubo un incendio, para quienes lo hemos vivido sabemos lo angustiante que es, cuando comienzas a observar que todo lo que has construido se esta desapareciendo, que tu fuente de trabajo queda hecha cenizas, es un golpe muy bajo, pero Dios tampoco estuvo en ese incendio, y el profeta Elias lo experimento, este fuego en su vida.
Por ultimo encontramos que Dios le habló al profeta en medio de “SOPLO APACIBLE, UN SUSURRO DE BRISA”
Dios estaba allí, en medio de aquella quietud, trayendo Paz al corazón quebrado del Profeta Elias.
Yo desconozco cuál es tu situación en este momento, pero Dios no. Él esta en control de tu vida, no temas y confía solo en Dios…
Aprende que Dios sabe cuando tiene que actuar y sabe cuales son las circunstancias que te permite vivir para que puedas cambiar y transformar tu estilo de vida para que puedas vivir Su Santa y perfecta Voluntad.
Comprendo que nos han dicho que orar a Dios es estar hablándole acerca de todo lo que estamos viviendo y es así, pero tenemos que aprender a afinar y perfeccionar nuestro oido para cuando Dios en su soplo apacible y su susurro de brisa quiera manifestar su Amor y Poder, y nosotros estemos en el lugar preciso para no perdernos de nada tal como lo estuvo el profeta Elias.
Recordemos pues que el Profeta Elias salió y se puso a la entrada de la Cueva.
Mi clamor hoy ante el Padre Celestial es que tu y yo aprendamos a estar en el momento y en el lugar oportuno para recibir su Palabra. Que aprendamos a amar su Silencio porque Él esta poniendo a prueba todos nuestros conocimientos y espera que seamos de ejemplo para otros de todo aquello que hemos tenido que superar.
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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya esta en ti.
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