EL BRILLO DE SU LUZ
Como cada mes de Febrero me toca hacerme la revisión anual de mis ojos como plan de previsión del Glaucoma.
Para aquellos que no saben cómo es (la parte del paciente) es así: llegas a la consulta, unas cuantas preguntas y te ponen Tropicamide al 1%, este líquido actúa en tú pupila dilatándola para poder practicar dicho test.
Para nos que no me conocen, me toca contarles que tengo un desorden óptico (no sé cómo se llama y quizás sea alguna alteración de Heterocromía, aunque desconozco la relación del iris con la pupila) que hace que mis pupilas mantengan dilatadas y que me producen un cambio en el color de mis ojos dependiendo del estado de ánimo, mis colores cambian entre el Verde, Miel y Marrón.
Entonces al aplicar sobre mis ojos este compuesto para dilatar aún más mis pupilas, causa en mi un malestar terrible haciendo insoportable la luz diurna, pero esta sensación causa en mi cierto malestar por no poder ver bien, pues debo casi que cerrar mis ojos y las personas y los objetos son simplemente bultos a mi alrededor.
La Biblia nos cuenta varias historias con personas ciegas, aunque para nada es el caso de lo que me paso esta semana, pero me viene ni en narrarlo pues en parte me puedo poner en los zapatos de ellos:
“Cuando llegaron al pueblo de Betsaida, unas personas guiaron a un ciego hasta Jesús y le pidieron que lo tocara. Jesús tomó al ciego de la mano y lo llevó fuera del pueblí. Después le mojó los ojos con saliva, colocó las manos sobre él, y le preguntó si veía algo. El ciego respondió: —Veo gente, pero parecen árboles que caminan. Entonces Jesús volvió a ponerle las manos sobre los ojos. El hombre miró de nuevo con cuidado, y vio todo claramente, porque ya estaba sano.”
Marcos 8:22-25 TLA
De este ejemplo podemos sacar unas cuantas enseñanzas:
- Muchos de nuestros amigos necesitan de Dios hoy, porque están ciegos y desean ver totalmente lo que está a su alrededor y poder comprender que a pesar de todos los “problemas” que los rodean, el Señor Dios del Universo, está dispuesto para ayudar y traer una solución definitiva a estas circunstancias.
¿De qué o por qué están ciegos? Ante sus problemas y porque tratan de solucionarlos pero el Único que puede hacerlo es Dios.
- Dios quiere tratar personalmente contigo, no necesita intermediarios ni interlocutores. Aunque el texto no lo confirma, los amigos que lo llevaron no salieron del pueblo con él junto Jesucristo, Él se lo llevo a parte donde poder trabajar personalmente con este ciego, para que no estuviera manipulado y tampoco actuará bajo la presión de sus amigos.
¿Estás dejando a Dios trabajar contigo de cara a cara, o estás con intermediarios que hablen por ti?
- Dios es el Creador de todo y sabe como debe de tratar contigo. En este caso Jesucristo le puso saliva al ciego en los ojos, en otro momento hizo barro (en pleno desierto, cuanta saliva habrá usado) para untarlo en los ojos de otro ciego, pero también toco la carne con lepra, etc. Dios va a tratar contigo, pero nunca lo hará a tu manera, siempre Dios trabajará con su propio estilo y métodos.
¿Realmente estás dispuesto a dejar actuar a Dios en tú vida con sus métodos y estilos?
- No hay problema suficiente como para ponerle un STOP a Dios, no hay enfermedad que detenga a Dios, no hay divorcio que se atreva con Dios, en fin. Este pobre hombre y su nula FE no era obstáculo para Jesucristo, pues Él con toda Sabiduría y Paciencia (como actúa con cada uno de nosotros) sanó a este hombre de su ceguera.
¿Estás dispuesto a acercarte a Dios aún con tu escasa FE y dejar que Él haga un milagro en tú vida?
- Muchas veces nuestra falta de observación no nos deja ver el FAVOR DE DIOS a pesar que lo tenemos al frente nuestro, en nuestras narices. Observa cada detalle, aún los más pequeños en tú vida porque en ellos está también la GRACIA y la MISERICORDIA.
¿Estás dando la Gloria y Honra a Dios por todos los detalles que Él tiene contigo, para observar qué hasta en lo más mínimo de tú vida, también está la bendición de Dios?
El Segundo caso que deseo que veamos es este:
“Por fin, Saulo se puso de pie pero, aunque tenía los ojos abiertos, no podía ver nada. Entonces lo tomaron de la mano y lo llevaron a la ciudad de Damasco. Allí Saulo estuvo ciego durante tres días, y no quiso comer ni beber nada.”
Hechos 9:8-9 TLA
Esta es parte de la historia del Apóstol Pablo. Antes de tener un encuentro real con Jesucristo tenemos a un Saulo de Tarso, hombre muy distinguido y conocedor magistral de las Escrituras, con un celo increíble por las “COSTUMBRES Y ENSEÑANZAS RELIGIOSAS DEL JUDAÍSMO” en este caso como él mismo se auto denomina: Fariseo de Fariseos.
Este Saulo de Tarso estaba tan ciego de la Verdad, que por más que realizó sus estudios de Teología en la Escuela de Gamaliel (cómo quien dice estudió en Cambridge) se conocía las promesas acerca del Mesías, pero no pudo reconocer que en Jesús se cumplían todas estas promesas, no logro entender que en la CRUZ se manifestó el AMOR PERFECTO de Dios por los hombres, todo eso era antes de tener este encuentro personal y transformador con Jesucristo, tal encuentro fue tan poderoso que tuvo la gran bendición de quedarse “CIEGO”.
Como comente anteriormente nunca lograremos entender cuál es el actuar de Dios. Pero lo que sí tenemos claro es que Dios trabaja con cada persona de manera individual y tomando a cada uno de acuerdo a sus dificultades para lograr sacar el potencial del PROPÓSITO, SUEÑO Y DESTINO De Dios para cada cual.
En esté caso, estamos hablando que Saulo estaba tan ciego que necesitaba que sus ojos espirituales murieran para que como Jesús, al tercer día resucitarán con unos OJOS ABIERTOS a toda la realidad espiritual y apostólica necesaria para EXTENDER EL REINO DE LOS CIELOS, como solo PABLO DE TARSO logró hacerlo.
Por eso mi invitación en este día es que te pongas a cuentas con Dios, para que no tengas que pasar por PROCESOS desagradables para tu vida, pero que tengas la confianza que sí los tienes que vivir es porque Dios quiere lo mejor de ti.
Saca de tu vida todas las vendas que cubren tus ojos y que no te permiten ver la realidad espiritual que está alrededor tuyo.
Permite que Dios trabaje contigo, para su Gloria pues aún está su MISERICORDIA Y AMOR latente por ti.
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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti.
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