AMARÁS CON TODO…
La palabra “todo” es tan ambigua como mal entendida, al ingresar a la Real Academia Española encontramos hasta treinta y nueve referencias aplicables a esta palabra. Pero cuando hablamos “todo” en referencia al Reino de Dios, estamos diciendo que él no quiere dejar nada suelto, considera absolutamente “todo” de su pertenencia. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis mínimo en sesenta y dos versículos leemos una y otra vez afirmándonos que los cielos y la tierra fueron creados por Dios, y que “todo” lo que existe, también lo creó por su poderosa mano:
Génesis 1:1 RVR1960
“Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.”
Isaías 66:2 RVR1960
“Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.”
Apocalipsis 4:11 RVR1960
En este caso y de donde principalmente sale el título leemos:
“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.”
S. Mateo 22:37 RVR1960
Mi maestro, mi Rabí, Jesucristo es el mejor, durante todo el capítulo veintidós él está sosteniendo un pulso de preguntas y contra preguntas, de respuesta a través de preguntas (pues quién sabe preguntar es porque sabe la respuesta) ante los diferentes religiosos de la época; estos se habían organizado para hacerle caer en su trampa y así pillarlo teniendo un motivo para juzgarlo y denunciarlo. Exactamente le están preguntando en este momento acerca del Gran Mandamiento y él da esta magistral respuesta, más todas las anteriores es tal la Sabiduría, entendimiento y contundentes sus respuestas que al finalizar el capítulo dice lo siguiente:
“Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.”
S. Mateo 22:46 RVR1960
Ósea, los dejó callados a todos.
En el Antiguo Testamento tenemos la historia de Esther, una mujer que dejando todo, por amor a Dios y al pueblo de Israel, supo pagar el precio para ver la victoria divina en sus actos. Ella fue escogida para participar por así decirlo en la nueva corte de mujeres del rey Asuero, pasó por un proceso purificador de su cuerpo, por medio de comidas especiales, le untaban cremas y lociones también era custodiada las veinticuatro horas del día por eunucos de la corte real. A su debido momento ella se presentó ante Asuero y esté la eligió como la nueva reina. En una trama en contra del pueblo de Israel, Esther asumió a riesgo de morir, un plan estratégico el cual funcionó, salvando a la nación Judía como a ella misma. Te recomiendo estudiar todo el libro de Esther para encontrar los tesoros allí escritos.
“Y cuando vio a la reina Ester que estaba en el patio, ella obtuvo gracia ante sus ojos; y el rey extendió a Ester el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces vino Ester y tocó la punta del cetro. Dijo el rey: ¿Qué tienes, reina Ester, y cuál es tu petición? Hasta la mitad del reino se te dará.”
Ester 5:2-3 RVR1960
Cuando tu entregas todo y estas dispuesto a morir por el pueblo de Dios tal como lo hizo Esther (aquí, ella representa la figura de la Iglesia), el rey (en este caso el Rey de Reyes) no tiene más opción que ofrecerte hasta la mitad del reino. Sí lo hizo un hombre que no conocía ni temía a Dios, ¿Qué no hará Dios por nosotros sí nos presentamos con “todo” delante de él?
¿Por qué Dios quiere todo de ti?
Recordemos una vez más que la Biblia es “Una visión celestial escrita en un vocabulario natural para nuestro entendimiento”.
Ante todo, Dios creó todo, desde luego nos creó, tengamos pues en cuenta que Dios es “Celoso”, no nos comparte con nada ni nadie, por eso no soporta la idolatría, ni que tengas altares y lugares altos en ti, pues todo esto al final lo que hace es robarle la gloria a Dios, al ocupar posiciones en tu corazón, alma y cuerpo que Dios no está dispuesto a compartir.
Sé que suena muy duro lo que voy a decir pero es la verdad aunque ofenda, “Grábate bien claro Dios no te comparte con nada ni con nadie, ósea ni con tus papás, ni con tus hijos, ni con tú pareja, muchos menos con tú trabajo, dinero, ministerio, talento, dones, estudios, con nada, nada y absolutamente nada”
Esto cuando lo entendí y lo viví me dolió mucho por el altar que le tenía a mi familia, era tan grande, incluso llegue a considerar que Dios no podía tocar a ninguno de ellos, hasta el momento que vino a mis recuerdos cuando dedique a cada uno de mis hijos en el Altar y puedo asegurar escuchar una voz diciéndome: “Si tú no los creaste, los creé yo, además me los entregaste como ofrenda en aquel día, entonces yo puedo hacer con ellos como mejor sé hacer, al parecer tú eres más grande y sabio que yo”. Fue tan grande mi vergüenza delante de Dios por querer robarle su gloria y por menospreciar el amor que él tiene por cada uno de nosotros, ese día le entregue toda la familia, el matrimonio y el hogar por completo.
También, Dios no comparte nada, pues le costo la vida a su Hijo Jesucristo que entrego “todo” en la cruz:
“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.”
S.Juan 19:30 RVR1960
No dudes en entregarle “todo a Dios”, aunque te cueste y no lo entiendas en este momento pero es lo mejor y desde luego Dios no nos defraudara.
Cada una de las Palabras que pronunció Jesucristo tienen autoridad, pues no solo las dijo como Hijo De Dios, también las moldeo y vivió como testimonio de vida, porque él entregó todo por amor a nosotros.
Este es un devocional donde procuro enseñar amar a Dios implica entregarle todo a él, no por secciones o departamentos, pues Dios no te comparte, sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en mí blogs, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti.
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