GUERRA ESPIRITUAL, MODELADO POR JOSUÉ
Estamos en medio de una guerra espiritual, aunque deseemos negarla, vivimos enfrentados entre el bando del Reino de Dios y el adversario. Tenemos que comprender que “La Biblia es una visión celestial escrita con un vocabulario natural” para que sea comprendida para nosotros, poniéndola en práctica y así vivir de Gloria en Gloria como son los deseos de Dios.
El Apóstol Pablo escribió:
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.
Efesios 2:12 RV60
En el Antiguo Testamento, podemos estudiar la historia del pueblo de Israel y su peregrinaje por el desierto, pero cuando aquella generación desapareció junto con sus líderes incluido Moisés, entró en escena un nuevo líder, Josué. Dios había encomendado este nuevo liderazgo aquel que supo pagar el precio de permanecer en su presencia, cumpliendo la palabra de Dios de acercarse todos los días al Altar respetando siempre la autoridad de Moisés. Pero Dios necesitaba preparar a unos pastores en grandes guerreros, aquellos que no tuvieran miedo de enfrentarse a sus adversarios creyendo fervientemente en Dios y que él cumplirá todas sus promesas:
“Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo”
Josué 5:13 RV60
Este es quizás el mejor modelo de guerra espiritual modelado por Josué. Durante los últimos días él había escuchado la Voz de Dios “YHVH SABAOT”, donde le comunicó la estrategia a seguir, simplemente presentar un culto de alabanza y adoración delante de las murallas de Jericó durante una semana, pero que el último día diera siete vueltas adorando y alabando. En la noche anterior, se presenta Jesucristo como el “Príncipe del ejército de Dios”, es decir como el “León de la Tribu de Judá”, para confirmar que estas murallas o barreras que limitaban el avance del pueblo de Israel, estaban caídas, por la alabanza, adoración, obediencia de él y del pueblo, y lo único que le reclamó Jesucristo a Josué, por así decirlo es que fuera humilde al pedirle que se quitará sus zapatos, pues la santidad del reino de los cielos estaba allí, presente con ellos.
Hoy al leer la palabra de Dios tenemos que entender esas murallas que nos limitan y no permiten el avanzar tanto del reino de Dios como el nuestro. Por eso todo miedo, dudas, incredulidad, pasiones desenfrenadas, inmoralidades sexuales, vicios, fobias, enfermedades mentales, etc, son aquellas que tenemos que hacer frente por medio de la alabanza y adoración a Dios permitiendo que sea él mismo que nos de su victoria por medio de Jesucristo nuestro Señor, salvador y redentor.
Reflexionemos de esta poderosa palabra profética en Jeremías:
“El Señor respondió: ¡Déjate de necedades y habla con algo de inteligencia! Sólo si pones en mí tu confianza te dejaré continuar como mi portavoz. Tienes que ser tú quien influya en ellos y no al revés. Lucharán contra ti como ejército sitiador contra una alta muralla. Pero no te vencerán porque yo estoy contigo para protegerte y librarte, dice el Señor. Sí, sin falta te libraré de estos malvados y te rescataré de sus despiadadas manos”
Jeremías 15:19-21 NBV
Actualmente tengo una barrera idiomática, lingüística y cultural bastante dura de romper por estar viviendo en Inglaterra, clamo todos los días en alabanza y adoración, pues deseo ver eliminadas estas murallas, y así dar cumplimiento al mandato que me dio Dios:
"Entonces se me ordenó: "Tienes que volver a profetizar acerca de muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”
Apocalipsis 10:11 NVI
Mientras tanto estoy pidiendo a Dios por una asignación temporal de un “Aaron” con un mismo sentir y un mismo espíritu para poder evangelizar aquí.
Dios nos promete la victoria, en alguna ocasión será inmediata, en otras será una carrera de fondo, pero Dios no es hombre para mentir y cumple todas sus promesas.
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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti.
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