HECHOS QUE CAMBIAN NUESTRAS VIDAS
El Apóstol Pablo fue una persona con muchas inquietudes y ante todo buscó la verdad, (su nombre real fue Saulo de Tarso) pero la religiosidad de la época (nada diferente a la existente hoy), opacó esa verdad que siempre buscó. Posiblemente nació el Tarso de Cilicia, en el seno de una buena familia judía, artesanos y acomodados económicamente. Después de terminar sus estudios hebraicos fue enviado a Jerusalén para culminar sus enseñanzas Rabínicas en la escuela del Rabí Gamaliel en la cual destacó logrando reconocimiento y estatus, no solo en dicha escuela sino delante de la casta religiosa que gobernaba el templo de Jerusalén. Se dice que Saulo era poliglota, excelente orador y trabajador incansable en su oficio familiar (hacer tiendas de campañas) pero le faltaba todo, le faltaba encontrar la verdad de Dios.
En cierta ocasión, después de escuchar los discursos en contra de Jesucristo y la nueva “secta de los nazarenos” se propone exterminarlos, pues la ley de Moisés lo respaldaba:
“El profeta que trate de desviarte debe morir, porque ha tratado de fomentar rebelión contra el Señor tu Dios que te sacó de la esclavitud en Egipto. Con su ejecución habrás quitado el mal de en medio de ti”
Deuteronomio 13:5 NBV
Como consecuencia de ello, permitirá sin vacilar la muerte del primer mártir de la era cristiana, Esteban; pero todo lo que había vivido y estudiado hasta este momento en realidad lo llevo a un existencialismo o una depresión tremenda, casi hasta el punto de poder soportarlo. Al parecer hay dos hechos en los cuales Saulo de Tarso se escudo para poder superarlo, el primero es su férrea religiosidad extrema y su necesidad de querer destacar para ser nombrado en algún momento Sumo Sacerdote del Templo.
Todo esto ocurrió hasta que encontró la Verdad, y Jesucristo se le reveló:
“Cuando se aproximaba a Damasco, una luz celestial deslumbrante lo rodeó de pronto. Cayó al suelo y escuchó una voz que le decía: ―Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ―¿Quién eres, Señor? —preguntó. ―Yo soy Jesús —le contestó la voz—, a quien tú persigues. »Levántate, entra en la ciudad y espera instrucciones»”
Hechos 9:3-6 NBV
Casi todos los cristianos conocemos la historia de Jesucristo en forma amplia y ordenada gracias las cartas y escritos por el nuevo Apóstol Pablo; él tiene reconocidos cuatro viajes misioneros, tres que lo llevó a recorrer casi la mitad del Imperio Romano para predicar y enseñar a Cristo vivo que lo salvó, sanó y restauró, para convertirle en quién fue, y el último viaje que lo llevó a su cautividad y muerte. Escribió un tercio de la Biblia, por lo menos quince libros del Nuevo Testamento, (Yo opino, la autoría de Hebreos es suya por eso lo incluyo), sin poder contar lamentablemente las cartas que están datadas en sus propias cartas pero estas se perdieron. Acercó el evangelio a todos aquellos prosélitos a los cuales Dios siempre busco para que le adoraran pero la religión Judía siempre les prohibió el acceso tanto a Dios como al Templo.
¿Cuál será entonces tú catarsis, que te permitirá encontrarte con Cristo?
Siempre viví la Iglesia, la vida cristiana sin transcender en mí relación con Dios, me refiero ser un buen cristiano que merecía estar en la posición que ocupaba por mis actos y no por entender el verdadero significado de ser un hijo de Dios viviendo su voluntad, hasta que el dos mil siete aproximadamente después de una quiebra económica tremenda, comprendí la necesidad de tener esa relación y vivir realmente demostrando a Cristo vivo y ser un testigo fiel de todo lo que él ha hecho por mí, no he escrito cartas, no he hecho viajes misioneros aún, pero aquí estoy, pretendiendo servirle a Dios por todo lo que él ha hecho por mí a través de Jesucristo.
Por eso debemos procurar tener una relación viva y eficaz para ser testigos del poder de Dios sabiendo que hubo un hecho que cambio nuestra vida y podremos continuar quizás escribiendo y dándole fin al Libro de los Hechos de los Apóstoles.
Este es un pequeño estudio donde procuro enseñar a llegar a tener una verdadera relación intima con Dios a través de hechos que cambian nuestra vida, sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en mí blogs, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti.
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