LAS PROMESAS DE DIOS
En cierta ocasión, quizás con unos diez y seis años, tenía que presentar los exámenes finales, pero como todo buen estudiante descuidado, procuré hacer los deberes en el último momento, con tan solo tres semanas intenté estudiar lo que en los últimos ocho meses no hice; para algunos temas o materias era brillante, pero en otros un completo desastre, los primeros no me preocupan tanto como los últimos y no estaba dispuesto a perder un año más estudiantil. Para quienes no me conocen, me gusta mucho las pulseras, y para aquel entonces leí en la Palabra algo parecido a la necesidad de dejar todo atavío innecesario y solo buscar aquel adorno interno para ser afable y disponible para Dios. Con este escrito, falsamente creé una promesa de Dios; despojándome de mis pulseras y de todo aquello que era improductivo en mí y traté de agradar a Dios, y continué estudiando pero al final me quede en dos materias que tuve que convalidar.
1- Todas las promesas de Dios son para sus hijos.
2- Estas, están para beneficio nuestro conforme a sus propósitos en Gloria.
3- El versículo de Pedro 3:3-4 no hay ninguna promesa sino una recomendación del Apóstol ante una circunstancia temporal y localizada en la Iglesia, (Cuidado con generalizar este concepto).
Según aquellos que han estudiado la Palabra, la Biblia contiene más de tres mil quinientas promesas, todas ellas están para el beneficio de los hijos de Dios que conforme a los propósitos divinos están viviendo; ojo, yo puedo interpretar esto es una condicional para que se cumplan estas promesas, (El que seas un hijo de él y que estés viviendo conforme a sus propósitos) pero sinceramente, me limito y remito a la Soberanía de Dios en cuanto al cumplimiento de ellas o no.
¿Quién es un hijo de Dios?
“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”
Romanos 8:16 RVR1960
Entonces, haciendo esta pregunta retórica y reflexiva digo: ¿Sí mí espíritu no tiene convencimiento que soy hijo de Dios, seré hijo de quién?
He confesado a Jesucristo como mi Señor y Salvador, cumplo con mis deberes cristianos, ¿A caso estoy excluido entonces?
“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.”
S. Mateo 5:9 RVR1960
Resulta que yo busco la paz en todo mi entorno, con mi familia, comunidad y ciudad, una vez más ¿Soy hijo de Dios o no?
Deseo poder llevar la reflexión acerca de las promesas de Dios, mirándolo posiblemente desde la óptica de Dios, recalco la importancia de entender la Soberanía del actuar divino, Dios sabe como y con quién cumplirá una promesa.
Otro punto que tener en cuenta es, lo importante de comprender que Dios es Sabio, él quiere siempre el bien para nosotros, nunca busca que pequemos o nos perdamos por recibir la bendición del cumplimiento de una promesa.
“Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Éufrates hasta el mar occidental será vuestro territorio.”
Deuteronomio 11:24 RVR1960
Que tremenda palabra es esta, tan poderosa y fuerte, cuantas veces como Iglesia la hemos dicho, al reclamar un territorio para evangelizar y edificar un nuevo templo, por ejemplo. Pero ¿Te has detenido a leer la parte previa y posterior a esta promesa?
Cuando reclamamos una promesa como esta, debemos de entender que nos haremos cargo de todos aquellos que están allí, tendremos que enfrentar a los adversarios que tienen el dominio de ese territorio, habrá que desalojar las culturas viciadas y sistemas que son contrarias al reino de Dios.
Solo quiero dejar caer este versículo:
“He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición:”
Deuteronomio 11:26 RVR1960
¿Por qué? Pues, sí tenemos promesas a nuestro favor, debemos comprender que estás mismas, se pueden volver a nuestra contra, cuando no somos responsables con estas promesas y decidimos deliberadamente abandonar los caminos de Dios.
Un tercer punto a tener en cuenta es, para que se cumplan ciertas promesas debemos de estar en el tiempo Kairos de Dios. Él es fiel y cumplirá todas sus promesas, nunca llega tarde, ni se adelanta, aunque una vez más en su Soberanía él puede acelerar los tiempos como le habló al Profeta.
¿De qué va a depender el cumplimiento de estas promesas?
Por así decirlo, dependerá de nuestra madurez, pues si no estamos preparados para recibirla y vivir con la humildad necesaria de la bendición, está se convertirá en una maldición. Recordemos la enseñanza de Sara al sentirse burlada por Agar e Ismael, ella tratando de ayudar a Dios, le propuso a Abraham tener relaciones sexuales para dejar embarazada a la criada, pretendiendo decir que este niño sería su hijo, puedes leer el mensaje completo en https://www.agopla.com/2019/02/sin-hacer-trampas.html.
Cuando lees la historia completa, compruebas que Agar menosprecio a Sara por su embarazo y después cuando el joven Ismael se burló de Isaac, Sara aborreció a ambos y los hizo sacar de la casa, pues la promesa de Dios sería sobre Isaac, nunca en aquello que simplemente nosotros pretendamos que Dios lo haga.
Por último, veamos esta promesa:
Filipenses 4:13 RVR1960
Esta promesa la hemos cantado, bailado, gritado, reclamado, orado, clamado …En fin, yo alcanzo a leer por lo menos ocho antecedentes antes de reclamar esta promesa, para entenderlo se debe leer todos los versículos previos:
1- Regocijarse siempre en todo.
2- Estar en un mismo sentir.
3- Estar en escrito en la libro de la vida.
4- No tener afán de nada, sino saber esperar en Dios.
5- Vivir en la paz de Dios.
6- Vivir en Santidad.
7- Ser imitadores de Cristo.
8- Estar contentos en todo y con todo.
¡Cuán difícil es cumplir con todos estos requisitos!
Por eso una vez más, apelo a la Soberanía de Dios, por el amor, gracia y misericordia que nos tiene a través de su Hijo Jesucristo.
Todas las promesas de Dios son para sus hijos, pero debemos de entender que él es soberano, sabio, y debemos estar en su Kairos (tiempo) para vivir el cumplimiento de ellas.
En este estudio hablaremos acerca de las promesas de Dios para nuestra vida, como actuar y entender la Soberanía de Dios en el momento del cumplimiento de ellas, sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti.
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