UNA FE PERSONAL E INTRANSFERIBLE
¿Qué tienen en común la fe y la salvación? Simplemente que son personales e intransferibles, Dios nos capacitó con una medida de fe, esperando que cada uno de nosotros seamos salvos.
Soy marido y papá, hemos llevado nuestro hogar con los principios y virtudes cristianas, pero yo nunca le podré dar fe a mi mujer como no puedo garantizar la salvación de nuestros hijos, pues una vez más, la fe y la salvación son personales e intransferibles.
En la Biblia podemos encontrar diferentes historia que nos aclaran estas verdades:
“Y él entró, y se puso delante de su señor. Y Eliseo le dijo: ¿De dónde vienes, Giezi? Y él dijo: Tu siervo no ha ido a ninguna parte. Él entonces le dijo: ¿No estaba también allí mi corazón, cuando el hombre volvió de su carro a recibirte? ¿Es tiempo de tomar plata, y de tomar vestidos, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas? Por tanto, la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu descendencia para siempre. Y salió de delante de él leproso, blanco como la nieve.”
2 Reyes 5:25-27 RVR1960
Durante muchos años Geizi trabajó como mano derecha del Profeta Eliseo, compartió grandes experiencias, por ejemplo posiblemente le acompañó cuando Elías fue llevado al cielo, vivió el milagro de endulzar las aguas y santificó la tierra para ser productiva, trató con el profeta cuando unos osos se comieron a unos que se burlaban de él, fue testigo del cumplimiento de la profecía contra Moab, lo atendió cuando la mujer fue bendecida al recibir un milagro de multiplicación de aceite, experimentó de primera mano el milagro completo de la mujer sunamita y observó los carros de fuego que rodeaban a su adversario y luchaban a favor de ellos, tan solo por enunciar algunos prodigios del Profeta Eliseo, quien era un hombre de fe y alguien que escuchaba y obedecía la voz de Dios sin cuestionar absolutamente nada. Cabe pensar que una persona que esta las veinticuatro horas del día con él, algo se le pegará, decimos por lo menos la necesidad de buscar a Dios, pero no, la fe de Eliseo nunca llego para que Geizi creyera y tuviera fe en Dios. Es por eso que vemos en toda la historia del General Naamán, que él codiciaba los tesoros traídos para honrar el favor divino, a consecuencia de este errar al blanco y del engaño que pretendió hacer al profeta, no solo él quedo desprovisto de la bendición de la salvación sino toda su familia en sus generaciones futuras.
El siguiente ejemplo es:
“Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.”
S. Mateo 25:2-4, 8-9, 11-12 RVR1960
En la cultura Hebrea, el matrimonio es un hecho muy transcendental tal como para nosotros, pero ellos la fiesta la hacen durante siete días y cada uno de ellos es para disfrutarlo con diferentes grupos sociales y familiares afines a los novios. En la ultima noche, la corte de honor de la novia, las jóvenes vírgenes esperan la llegada del novio a la casa que este le preparó a su futura esposa para hacer allí su hogar. Por otra parte, en horas de la noche también estaban las mujeres que prestaban su cuerpo por dinero, reconociéndoles fácilmente ya que no llevaban una lámpara que les alumbraran; estas vírgenes que se quedaron sin aceite en sus lamparas tratan de manera desesperada por su falta de provisión e inexperiencia de conseguir el aceite, así no quedar sin identidad de ser las jóvenes de la corte de honor, por eso el novio al no ver que ellas estaban provistas de su propio aceite (en este caso falta de fe) les niega la entrada.
En otros casos vamos a ver cómo mi fe te alcanza para alcanzar la sanidad:
“Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.”
S. Marcos 2:5 RVR1960
No tenemos registro que este hombre fuera sanado por su fe, más ella le llegó a él por la fe y acción de sus amigos, pues por más que tuvieran fe, sí no hubieran llevada al paralítico, abrir el tejado y descargarlo, este nunca hubiese sanado.
Cuando salimos a evangelizar, entendemos a las personas que van a recibir este mensaje, pues no tienen fe, y su primera actitud es rechazo, pero conforme vamos mostrando la verdad del amor de Dios sobre sus vidas, aplicando nuestra fe para que sus ojos y entendimiento sea abierto, la Luz de Jesucristo les abriga y su fe comienza a activarse. Sí hubo un milagro de sanidad, quizás fue por tú fe que Dios actuaría en ese momento.
La fe es personal e intransferible, tal como la salvación lo es. Todos tenemos una medida de fe, pero tenemos que cultivarla al vivir todos los días activándola para ser testigos vivos de Dios en la tierra.
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UNA FE PERSONAL E INTRANSFERIBLE.
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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti
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