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5 de marzo de 2019

UNA FE PRETENCIOSA





UNA FE PRETENCIOSA













Dice la palabra de  Dios que la fe es:

“La fe es garantía de las cosas que esperamos y certeza de las realidades que no vemos.”
HEBREOS 11:1 BHTI











Pero también nos asegura:

“ahora bien, sin fe es imposible agradarle, porque para acercarse a Dios es preciso creer que existe y que no deja sin recompensa a quienes lo buscan.”
HEBREOS 11:6 BHTI






Porque todos tenemos una medida de fe:

“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.”
Romanos 12:3 RVR1960







El Apóstol Pablo en dos cartas diferentes nos enseña la importancia de vivir con fe, pues de ella va a depender todo el entendimiento que podamos adquirir del Reino de  Dios y cuanto podamos aplicar de él.

Durante muchos años, lamentablemente practiqué una fe pretenciosa, pues yo mismo me exigí y se lo hice también a Dios por asegurar algo que Él no ha dicho.




¿Qué es ser pretencioso?

Persona que alardea o presume de sus cualidades o pretende ser algo que no es.

Me gusta ver esas campañas evangelistas donde una persona capacitada y entrenada por el Espíritu Santo en dones de predicación y sanidad es utilizada, como por ejemplo, al crear un canal auditivo en un niño que nació sin él, y esto me motiva para poder creer que tengo la suficiente fe para considerar que igual que pasó con este niño, va a suceder conmigo. Entonces oro a Dios con pasión y supuestamente con fe (en este caso fe pretenciosa) diciendo y declarando que mí problema de visión en el Nombre de Jesucristo es sano e inmediatamente tiro mis gafas, confiando en el poder de sanidad que vi de este evangelista con el  niño mencionado, pero en realidad cuando doy mis primeros pasos, mi vista sigue borrosa y hasta tropiezo. Continúo declarando y decretando mi sanidad visual durante algunos días, pero mi vista no se organiza, así que vuelvo avergonzado a recoger mis gafas y con la culpabilidad por supuestamente no tener fe. 

Lo que tenemos que tener en cuenta es la soberanía de Dios, dentro de ésta, está su cuidado por cada uno de nosotros. Además, si no estamos en el tiempo y el momento preciso de la bendición podemos perdernos.

Por eso Jesucristo dijo:

“Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.”
S. Mateo 17:20 RVR1960

Recuerdo el tamaño del grano de mostaza, no es más grande que la punta de un alfiler. ¿Entonces qué pasa? ¿Dónde está el fallo?

En anteriores textos he dado testimonio cuando Dios a sanado de cáncer a otras personas por nuestra oración y clamor, Dios me ha respaldado y demostrado que los milagros de sanidad son reales y están disponibles para aquellos hambrientos y sedientos de Él, como lo estoy yo, pues tengo una fe real donde Él mueve las montañas por esa gota de fe.

El problema está en no estar preparados para vivir esa dimensión de sanidad en la fe puesta en el Hijo de Dios.

Actualmente tengo Diabetes II, durante algún tiempo actuando en mi fe pretenciosa, me descuidé y abandoné tanto el tratamiento como mi dieta. A consecuencia de ello debí visitar   la Clínica del Diabético para comenzar el tratamiento con insulina. Estuve clamando, ayunando e  incluso le reclamé a Dios, creyendo que él había prometido supuestamente sanarme, si comenzada a hacer ejercicio y ya llevaba más de seis meses practicándolo, pero los síntomas estaban empeorando; por tanto,  me di por vencido, retomé una dieta vegetariana y  la medicación, lo que me llevo al diagnóstico inicial.

Durante este tiempo Dios trató  mi fe pretenciosa, ya que Él en ningún momento me había prometido esa sanidad, lo que más recalcó el Señor fue: Alfonso, ¿para qué te voy a dar un páncreas nuevo?, yo no reparó órganos, los hago nuevos; si aún te mueres por atragantarte de hamburguesa con refrescos y patatas fritas, si codicias comerte chocolatinas atiborradas de azucares y grasas que te matan, si no puedes ver un pastel de zanahoria porque se te va la vida tras ella. Antes de darte tu páncreas nuevo, que ya esta dispuesto para ti desde el momento que dispusiste tu corazón delante de mí,  primero tengo que reeducarte en cuanto a tu  alimentación y afirmarte en el control de tu carácter y dominio propio.

Por eso Pablo aseguró:

“Él no entró por medio de la sangre de cabras y becerros, sino por medio de su propia sangre. Entró una sola vez y por todas, en el Lugar Santísimo, liberándonos para siempre.”
Hebreos 9:12 VBL


Tenemos suficiente fe para vivir de acuerdo a la voluntad de  Dios, pero debemos  estar en el lugar y el momento oportuno para vivir todo lo diseñado por Dios para nosotros, pues somos hechos a imagen suya.

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UNA FE PRETENCIOSA



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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti

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