DAR SIN MEDIDAS, DAR HASTA QUE DUELA.
Esta semana tuve la oportunidad de observar nuevamente un vídeo sobre los desplazados venezolanos que tienen la necesidad de migrar y tienen que transitar por Colombia.
Tratar de ocultar el dolor que me produce ver la condición de muchos de ellos sería mentir acerca de este asunto, alguno de ellos con carreras universitarias se ven la necesidad de estar pidiendo la voluntad (limosnas) por una caja de chicles en cada esquina de las ciudades. Esto es lo que puedo decir acerca de este asunto simplemente porque es el más cerca a mí, a mis familiares y amigos que están en Colombia.
Cuando veo el traslado de los refugiados de Siria a diferentes países de Europa, puedo llegar a sentir este mismo sentimiento y sufrimiento por el dolor ajeno, puedo imaginar que lo sufren también aquellos que viven desplazados y tratan de llegar a Estados Unidos para intentar tener una mejor vida. Yo hice viente años atrás pero en otras circunstancias también deje a Colombia con el deseo de tener una vida mejor.
Al caminar por calles de Leeds, veo la cantidad de personas sin techo (Homeless), al repartir cada vez que puedo sándwich veo que ellos y en su condición de vida nada tiene que ver con aquellos desplazados de sus propios territorios, pero dentro de la sociedad ellos están excluidos por sus vicios de drogas y alcohol. Sin dejar de pensar en los desplazados en África por la sequía, pobreza y otros asuntos, quizás étnicos que les afectan.
El servir a los demás es una condición normal para el ser humano, más cuando eres una persona que ha entregado su vida y corazón a Dios, este requisito debe de estar blindado por el amor del Padre que nos lo otorga como un don Divino.
Tenemos que comprender que dar cuando abunda es bueno y es fácil, pero hacerlo en el momento de la escasez, cuando duele, se le agrega un valor especial.
Jesucristo dijo: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí." Entonces los justos le responderán, diciendo: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? "¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos? "¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?" Respondiendo el Rey, les dirá: "En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.”
Mateo 25:35-40 LBLA
Todos nosotros somos misioneros y extranjeros en esta tierra solo estamos de paso. Debemos de ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, pero con la tranquilidad de saber que Dios si nos pagará, por eso dice: “El que se apiada del pobre presta al SEÑOR, y El lo recompensará por su buena obra.”
Proverbios 19:17 LBLA
El que se apiada dice esta versión, pero aquí lo que se está diciendo es, “cuando tú das de sincero corazón a aquel que no tiene y necesita, Dios te recompensará”, pues él no es deudor de nadie. Esta es una de las innumerables promesas escritas en la Biblia, que están esperando por ti para ser reclamadas, y en este caso, está bajo la condición de que estés atento a ayudar aquellos que están sufriendo y necesitando como los pobres desplazados que tienes alrededor tuyo.
El evangelio de Salvación de Jesucristo trae consigo convencimiento de todas estas acciones en favor de la extensión del reino de los Cielos.
Lamentablemente todos estamos esperando el cambio del mundo sin hacer nada (de parte nuestra) pero quiero despertarte de esta mentira tan grande, pues en ella solemos vivir. Pero hoy surge esta verdad, si en vez de estar esperando que el mundo cambie, ¿Por qué no cambiar yo?
Cuando cambio yo, mi mundo cambia. Cuando decido ver la vida con otra perspectiva las cosas cambian totalmente, ese dicho de ver el vaso medio vacío cambia al comenzar ver el vaso medio lleno. Ayudar a los demás sin importar esperar nada a cambio, entonces será real.
Si ya estás ayudando a la gente necesitada te animo a que lo sigas haciendo; pero si aún no lo haces, toma el reto de ayudar a una sola persona a la vez, no trates de abarcar todo el planeta pues si lo haces solo con tus fuerzas no podrás cumplir ni una sola meta.
En varias ocasiones he podido salir con mi familia a repartir un té con galletas en las calles de Leeds a los Homeless, sin contar las veces que hemos podido compartir con ellos un Sándwich con refresco o un café con leche.
Puedes ayudar simplemente comprando esos chicles que te ofrecen, quizás llevando esa chaqueta que no usas a aquel mendigo de la esquina, en fin las formas y las ocasiones te las dará Dios pero él también te mostrará la estrategia a seguir.
Daniela enviando su pelo a una ONG. |
Por último quiero contar este hermoso testimonio, mi hija Daniela hace por lo menos dos años manifestó su deseo de dejarse crecer el pelo, tranquilamente este creció casi hasta llegar a su cintura, incluso bromeábamos con el refrán “pareces virgen de pueblo” pero todo esto tenía un fondo noble, un deseo de dar sin medidas, dando hasta que duela. Ella deseaba donar a una organización de ayuda a niñas víctimas de calvicie su pelo para hacer con ellos postizos, desde luego tenía que cumplir con una medida mínima para poder enviarla, pero a su vez, Daniela deseaba tener su pelo a la altura de los hombros. Cuando llego el día de su cumpleaños nos dijo “Ya se lo quiero para este día, ir a la peluquería y así enviar mi pelo a Little Princess Trust”; wow, allí observamos y aprendimos una vez más el significado de dar sin esperar nada a cambio, dando sin medidas hasta que duela.
Y tú, ¿Qué puedes hacer por tus vecinos para que vivan el amor de Dios que está en ti?
¿Cómo puedes contribuir en el cambio del mundo?
¿Realmente eres la Biblia viviente qué necesita la sociedad?
En este estudio, trataré de mostrarte que sus acciones y actos tienen consecuencias no solo en el cielo sino en la sociedad en la que vivimos, sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
DAR SIN MEDIDAS, DAR HASTA QUE DUELA.
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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti
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