HAY UNO, EN MEDIO DE NOSOTROS

 HAY UNO, EN MEDIO DE NOSOTROS

Si pudiéramos entender el poder que Dios ha puesto en cada uno de nosotros, viviríamos de otra manera, lo haríamos al estilo de Dios como en el paraíso. Conocemos ahora la historia que sucedió en los albores de la creación, donde el ser humano en un momento de descuido permitió que las palabras de uno en medio de ellos, les llenará la cabeza de absurdas malas interpretaciones de la misma palabra de Dios al decirles “seréis como él” y con ello entró la contaminación al ser humano y  nos apartó así de la comunión con el Padre Celestial. Nuestro amado Jesucristo en un acto noble entregando su vida en rescate de todos, se ofreció en sacrificio, pagó con ello todos las deudas que teníamos pendientes, siendo justo murió como el más vil de todos los pecadores y sufriendo una horrible muerte, selló con ello nuestra sanidad y restauración integral añadiendo amor, gracia, misericordia y verdad a nuestro estilo de vida para lograr a ser unos perfectos imitadores suyos llevando la verdad del evangelio de Cristo donde estemos, a tiempo y fuera de él.

Jesucristo al pactar con el Padre Celestial por cada uno de nosotros nos otorgó el más maravilloso de los dones, el Don del Espíritu Santo y con él nos da una serie de manifestaciones que sí las desarrolláramos, mayores prodigios que los realizados por Jesucristo manifestaríamos: 

“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.”

S.Juan 14:12 RVR1960

Pero tenemos que tener en cuenta que ese “uno” que estuvo en medio del Edén, aún está en medio de nosotros. Dios nos mira con amor, misericordia y gracia, pero el Apóstol  Juan tuvo una preciosa visión  y nos contó:

“Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.”

Apocalipsis 12:10 RVR1960

Aquí tenemos otro nombre del adversario, “El acusador” y lo peor está dándole la vara a nuestro Padre Celestial de día y de noche para que nos castigue, juzgue y aparte de la misma manera que se hizo con él  en el primer cielo, pero Dios lo tiene claro, él antepone una vez más la gracia, el amor y la misericordia con cada uno de nosotros, pues nos ama y por eso hizo un único pacto de amor eterno al inscribir nuestro nombre en el libro de la vida.

Pero, lamentablemente en ciertas ocasiones el acusador se sale con las suyas, pues nosotros al abandonar las bendiciones o asegurar con nuestras palabras con fe en ellas, se harán realidad, como en el caso de Job que afirmó:

“Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo temía. No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; No obstante, me vino turbación.”

Job 3:25-26 RVR1960

Pero uno de los casos bíblicos más extremos que he podido estudiar es aquel narrado en primer libro de Reyes, llamado “Elías y la viuda de Sarepta”

“Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir. Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo.”

1 Reyes 17:12-13 RVR1960

Dios había permitido una sequía terrible en el pueblo de Israel por medio del profeta Elías, Dios mantuvo al profeta por medio de cuervos (ojo con estar maldiciendo con lo que Dios nos bendice, pues él es tan soberano que puede utilizar cuervos para traerte la provisión), por la mañana y por la tarde le traían una porción de pan y de carne y tomaba agua de un arroyo, pero este último también se secó, por lo cual Dios le ordeno a Elías que bajara a Sarepta que allí le sustentaría. El Profeta conoce bien a Dios y le obedece, por eso le da este mandato a la mujer, “Cocina primero para mi y no tengas temor”, yo logro analizar la anulación de las palabras de maldición de la mujer sobre su vida y la de su hijo, por parte del Profeta, pero como he dicho “hay uno, en medio de nosotros” que no le importa, nos odia y tratará de hacer todo lo que este a su alcance para acusarnos delante de Dios. Lo que ocurrió fue:

“Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo del ama de la casa; y la enfermedad fue tan grave que no quedó en él aliento.”

1 Reyes 17:17 RVR1960

El niño, murió. La historia continua y el profeta clama a Dios y él vuelve a la vida. Pero aquí es donde resultará bien oportuna las preguntas reflexivas ¿Por qué resultaron las cosas así? ¿Por qué tuvo que acontecer la muerte del niño sabiendo que ya había llegado la bendición a la casa de la viuda de Sarepta? ¿Qué ha pasado en tu vida, qué a pesar que has aceptado ser Hijo legitimo de Dios, aún vives circunstancias que no deberías de vivir? ¿Cuáles fueron tus palabras que autorizan al acusador estar delante de Dios de día y de noche reclamando estás? ¿Cuál fue la maldición que decretaste en intimidad sobre tu matrimonio para que hoy te estés separando? ¿Por qué el acusador tiene autoridad sobre tus hijos? ¿Por qué sí el acusador está derrotado sigue presentándote frente de batalla? ¿Por qué te gobiernan los miedos, fobias e inseguridades? ¿Qué parte en tu vida están muertas por las palabras que decretaste con tanta seguridad, qué el adversario te está acusando delante de Dios?

Puedo seguir haciendo preguntas reflexivas, pero lo mejor es que te presentes delante de Dios, con un corazón humilde, reconociendo tu debilidad y confirmando tu dependencia total a Dios para que él cambie todas estas circunstancias. 

En este estudio procuraré enseñarte que debes de tener mucho cuidado con aquello que hablas, pues hay uno en medio de nosotros que solo nos quiere ver destruidos. Sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:

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