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30 de abril de 2019

¿VUESTRO DIOS MURIÓ?





¿VUESTRO DIOS MURIÓ?







Hace unos cuantos años atrás adquirí un vehículo que me dio más problemas que alegrías, pues permanecía más donde el mecánico que haciendo viajes con nosotros, pero el taller donde lo llevaba era de un hombre creyente en el Islam, la verdad es que logramos hacer una buena amistad, (le pagué mucho por las reparaciones del auto). Cierto día aproveché para intentar presentar el Evangelio de Cristo, pero para sorpresa mía, él quería  desde un principio llevarme a la mezquita para que yo conociera su verdad, entre argumento, discusión y cafés que nos llegamos a tomar, surgieron dos grandes interrogantes que nunca logré rebatirle, no por el hecho de no demostrarle bíblicamente mí versión, sino por su radicalización y manera de vivir su credo:

1- ¿Cómo pretenden ustedes los cristianos encapsular el sol en una mano, tratando de decir que Jesucristo es Dios?

Por lo cual yo me remití a los siguientes pasajes bíblicos:

“Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?”
1 Reyes 8:27 RVR1960

“Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?”
Isaías 66:1 RVR1960

Le mostré que definitivamente no se trataba de una estructura física de la cual está hablando aquí Dios, si no de Cristo y que esta figura que si puede contenerlo a él, se cumplió en Jesús por eso él fue el único que se atrevió a asegurar:





“Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.”
S.Juan 2:19 RVR1960

Jesús en esta conversación estaba profetizando sobre si mismo, aclarando lo que había de suceder en el momento de morir y resucitar, pero está palabra  nos condujo al segundo cuestionamiento y del cual no quiso salirse:

2- ¿Vuestro Dios murió? Traté de explicarle lo necesario que era que Jesucristo a través de su propia muerte venciera a las tinieblas y a la misma muerte, logrando para nosotros la libertad que perdimos en el Paraíso, y que estaba datado aún en el  libro de los Hechos que Jesucristo resucitó y que ahora está sentado junto con Dios el Padre Celestial, gobernando desde la eternidad:

“quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.”
1 Pedro 3:22 RVR1960

Pero aquí está uno de los argumentos quizás más duros de rebatir delante de aquellos credos llenos de Filosofía y Humanismo, pues nadie quiere seguir a un líder que está diciendo que va a morir, que su triunfo pasa por su muerte para conquistar, por el hecho que tú sabes que quieres seguir a este precursor en todo, por lo tanto sabes que tienes que morir igual que él, pero esto es algo que los seres humanos no queremos hacer, no deseamos morir a nosotros mismos y así resucitar junto con Cristo.

Cuando leemos y estudiamos los capítulos del ministerio de Jesucristo en los Evangelios, analizamos que sus campañas eran de cerca a  viente mil personas, pero se cuenta que sus seguidores eran más de quinientos y sus discípulos más cercanos eran doce. Después de tres años de recorrer aldeas, sanar y liberar de la manera que solía hacer dijo:

“Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.”
S. Marcos 8:31 RVR1960

Y así lo hizo hasta en tres ocasiones, puedes leerlo en Marcos 9:31 y también en 10:32-34; pero la situación llegó a ser tan tensa incluso en el ministerio de Jesucristo que una vez enseñando les dio un tremendo repaso y les dijo: 



“Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?”
S.Juan 6:66-67 RVR1960

Los discípulos comenzaron a desertar y dejar solo a Jesucristo en su cruzada de Evangelización, pero esto era algo que él se lo esperaba, porque Dios sabe que el ser humano quiere seguir a un triunfador, un conquistador, a quién de la talla y no alguien quién aparentemente está diciendo que para él triunfar tiene que morir, por eso podemos ver el cuadro de su muerte que solo algunas mujeres, junto con Juan lo están acompañando, pues todos los demás lo abandonaron, lo dejaron completamente solo, corrieron desesperados a huir. Todos queremos al súper héroe de la película, a Súper Man que no le afecta a la Kriptónita o a Iron Man  con el traje, triunfantes sobre los enemigos, vanagloriosos por sus hechos extraordinarios, pero no queremos seguir aquel que dijo: “Por mis llagas son curados”, “Con mi sangre os he comprado”, “Con mi muerte os he liberado”.

Me acuerdo en una de las varias películas de Vikingos que me he visto, cuando el misionero trata de evangelizarlos, lo primero que ellos declaran es su preferencia por seguir a “Odín” antes que aun “Carpintero que murió por ellos”, pero detrás de toda esta historia está el Amor eterno con el que Dios nos ha amado:

“Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.”
1 Corintios 1:22-29 RVR1960

Por lo tanto reflexionemos:
¿Estás orgulloso de Jesucristo quién murió por ti para darte libertad?
¿Estás muriendo a diario como tú Maestro te enseñó?
¿Estás dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias tal como Cristo lo hizo por ti?

Debemos de entender bien la acción de Cristo y saber que su estrategia de libertad no es como el mundo te enseña, pues el Reino de  Dios y su Justicia, no es ni sombra de lo que podamos imaginar. 

En esta enseñanza, pretendo que te motives a morir a ti mismo tal como Jesucristo murió para tu salvación. Sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:


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Dios te bendiga y traiga revelación a tu vida de la Mentalidad de Cristo que ya está en ti


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