31 de mayo de 2019

ESTAMOS COMPROMETIDOS CON LO QUE CONFESAMOS






ESTAMOS COMPROMETIDOS CON LO QUE CONFESAMOS.

Por más que pretenda callar, las piedras  hablarían.



La institución matrimonial  es tan antigua y cuenta con todo el respaldo de parte de  Dios entre un hombre y una mujer, así es el diseño original de Dios, pero la ceremonia eclesiástica en realidad es un acto “Moderno” donde nos hemos adaptado y acostumbrado a ella, haciéndola  parte de nuestra cultura, pero al analizar y estudiar las escrituras, observamos que realmente lo que Dios respaldaba era el compromiso y confesión de amor por parte de ambos, por eso el voto matrimonial es una confesión que crea compromiso pero la ausencia de ese compromiso, es un problema y eso enfrenta actualmente a las parejas:

“porque había preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros? Y el criado había respondido: Éste es mi señor. Ella entonces tomó el velo, y se cubrió. Entonces el criado contó a Isaac todo lo que había hecho. Y la trajo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre.”
Génesis 24:65-67 RVR1960

Isaac se comprometió a amar a Rebeca y por eso la hizo su mujer y así él asumió su rol sacerdotal, después de entender que el proceso de esterilidad de su madre, él no lo deseaba para su amor, clamó a Dios y ella quedó embarazada:

“Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer.”
Génesis 25:21 RVR1960

De la misma manera y esto tengo que decirlo con mucho cuidado, pero a pesar que Jacob y sus cuatro mujeres, tenemos que analizar y ver entre líneas que Dios respaldó  la primogenitura en aquel que no le correspondía, al permitir en José el hijo de Raquel a quien Jacob amó, fuera quién se llevará la bendición de la primogenitura.


Pues Dios respalda aquello con lo que estamos comprometidos, con aquello que confesamos y amamos.

Ahora siendo un poco más cercano y realista, pensemos en una joven soltera  y queda embarazada, ella cree que tiene que casarse por su estado de gestación  o por una inseguridad económica tratando de buscar su bienestar y la de su hijo; sumado a todo esto, ella puede estar delante de  cualquier otro tipo de presión, y aquí es donde entra la duda,  realmente ¿Este  esposo ha sido dado por Dios? Pero también puede  pensar y   analizar ¿Este esposo   ha sido dado  por las circunstancias?.


Cuando llegan a nosotros los pensamientos y hacen nido  nuestra mente, empezamos a pensar en las relaciones anteriores, o noviazgos  anteriores y empezamos hacer conjeturas:  ¿Cómo habría sido mi vida si hoy estuviera  con otra pareja?

Estas y otras preguntas,  hacen que el cuerpo de las relaciones matrimoniales se descompongan,  no hay unión,  no hay fortalecimiento, por lo tanto  no hay un camino común. 

Por eso,  cada uno de los esposos necesitan comprender lo sagrado que es la unión matrimonial,  pues es la más alta prioridad de Dios para las todas parejas, el hombre necesita confesar: “Ella es la persona que Dios me ha dado”, y  la mujer necesita confesar: “Él es el hombre que Dios me ha dado”. Tal confesión,  es crucial,  tal confesión es muy importante. Porque estamos comprometidos con lo que confesamos y amamos.

Por eso debemos de asimilar que ser sacerdote de  Dios  es ministrar, predicar, amar, respaldar, ayudar, comprometerse, luchar las batallas tanto las individuales como  las de pareja. El ser humano  nunca deja  ministrar y esa es su vida, ministrar es amar y servir a nuestra pareja, tal como Cristo lo hizo por la Iglesia:

“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”
Efesios 5:25-27 RVR1960



Dios hizo al ser humano  para que fuera un líder y un administrador,  por lo tanto el síndrome o estilo de vida  que se vive actualmente es totalmente contrario a lo que Dios pensó,  tanto los hombres como las mujeres comercian entre sus parejas  y sus negocios o el trabajo,  pero el criterio de Dios es que ambos tienen que  administrar  el matrimonio, dejemos las comercializaciones  para las tiendas y negocios. ¿aún consideraras la negociación como un estilo matrimonial? ¿Qué pasaría si dejamos de negociar y nos ponemos a ministrar a nuestras parejas?

Los hombres no poseen nada, son solo administradores, cuando no tenemos claro ese pensamiento,  cometemos un error,  el pensar que somos los dueños y ese pensamiento,  nos hace actuar en forma independiente de Dios. Por lo tanto nosotros no poseemos el amor de nuestras esposas,  solo somos administradores de ese amor ya que es un don de Dios para nosotros. Igualmente tu mujer no eres la dueña del amor de tu marido, él es un don que Dios te dio para tú bendición:

“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.”
1 Pedro 4:10 RVR1960


Si no quieres enfrentarte a 25 años de matrimonio lleno de monotonía, donde   se  han olvidado a  cómo se  ama  o comunicarse y posiblemente tener que enfrentarte una separación,  comienza a vivir una luna de miel por lo menos cada seis meses,  máximo cada año, escojan un fin de semana y estén solos en un hotel como pareja, puede ser ahí mismo en tu ciudad,  deje los niños con los abuelos y disfruten de un tiempo especial juntos.

Como pareja Ani y yo contamos con una gran ventaja y es la edad de nuestros hijos, pues no son unos niños que dependan de nosotros, nuestra hija mayor ya está viviendo independientemente y los otros dos hijos tienen 17 y 15 años respectivamente, pero aun cuando hemos salido de vacaciones, procuramos tener tiempo para disfrutar como pareja y cuando hemos podido nos apartamos para revivir aquello a lo que nos comprometimos y por lo cual aún sabemos que nos amamos.

Ministra no solo vida  sino también su vida y la vida matrimonial. Desarrolla tu intimidad. Tienes que confesar y decirle “Eres exclusivo para mí”, ministra seguridad. Esto es amar, llévale afuera y demuéstrale tu atención indivisa y exclusiva. Enamorándose  de nuevo.

¿Estás dando todo por mantener tu matrimonio al estilo que Dios quiere?
¿Estás riendo fiel a las promesas que confesaste?
¿Cuáles son las acciones que están dañado tu relación matrimonial? 

En esta enseñanza hablaré de la hombría como un estado sacerdotal en desuso que tenemos que recuperar tanto los hombres como las mujeres sabiendo que estamos comprometidos con aquello que confesamos y amamos. Sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:

ESTAMOS COMPROMETIDOS CON LO QUE CONFESAMOS


https://anchor.fm/alfonso-gomez-plaza
agopla1976@gmail.com
@agopla1976 Instagram
@Alfonso23755010 Twitter
Facebook: Inspiraciones Diarias de Alfonso Gomez-Plaza
Tel + 44 7446 424456 WhatsApp





Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.


30 de mayo de 2019

LA ORACIÓN PRODUCE INTIMIDAD




LA ORACIÓN PRODUCE INTIMIDAD.




Existen grandes verdades dentro del sacerdocio que tenemos que reconocer, nos guste o no admitirlo, pero la oración a Dios produce intimidad, ahora bien este no es requerimiento para que  Dios te ame o te bendiga, pero evidentemente para tener una relación con cualquier persona debes de cultivarla, igual que tú cuando quieres enamorarte de alguien, tu esperas que esta persona tome ciertas disposiciones o acciones hacia ti, como que te llame, te hable, te traiga presentes, de la misma manera yo comprendo que así debe de ser mi relación con Dios por eso una vez más hago esta invitación a la oración para producir una intima relación con el Padre Celestial.

Como cuando  Moisés  subió al monte y permaneció tanto tiempo con Dios que él pudo hablar cara a  cara con Dios como quién le  habla  a un amigo    a otro  porque la oración produce intimidad.


“Pero siempre que Moisés entraba a la presencia del SEÑOR para hablar con Él, se quitaba el velo hasta que salía. Siempre que él salía, decía a los israelitas lo que el SEÑOR le había ordenado. Los israelitas veían que la piel del rostro de Moisés resplandecía, y Moisés volvía a ponerse el velo sobre su rostro hasta que entraba a hablar con Dios.”
Éxodo 34:34-35 NBL

También Jesucristo supo cultivar la intimidad con el Padre, con la oración,  tanto así que en el Monte de la Transfiguración la Gloria de la Presencia del Padre se vio a través de Jesucristo.


“Seis días después, Jesús tomó* con Él a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó* aparte a un monte alto. Delante de ellos se transfiguró; y Su rostro resplandeció como el sol y Sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Él. Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: «Este es Mi Hijo amado en quien Yo estoy complacido; óiganlo a Él».”
Mateo 17:1-3, 5 NBL

En el día de Pentecostés los discípulos fueron revestidos con el poder del Espíritu Santo porque ellos habían estado juntos orando.

Por eso cuando un hombre ora  por su esposa,  viene a tener intimidad con ella. En la verdadera oración espiritual, la intimidad se desarrolla y es mucho mejor que la unión física. Es la unidad del espíritu. Una mujer que ora por su esposo,  desarrolla una intimidad con él en el espíritu,  que va a hacer que  ella   identifique  sus necesidades y así podrá satisfacerlas.

Más  el fracaso de todo hombre es que a  pesar de  tener intimidad física, no tienen  una intimidad espiritual, pues esta es la que realmente  produce una verdadera unidad.

La relaciones sexuales y la unión  espiritual son dos cosas diferentes. Si usted quiere ser realmente uno con su esposa entonces ore en favor  con ella.

Nuestro verdadero ministerio consiste también en orar no solo en predicar.

Quiero aprovechar y tomarme unos minutos para hablar con mucho respeto y amor  acerca de las mujeres. Porque hay algunas que tratan de jugar  a ser   Dios,  ellas procuran crear sus esposos a su propia imagen, según creen lo que deberían de ser y no permiten que Dios quién cree al hombre a su propia imagen.

Ninguna mujer puede traer a un hombre a Dios,  esa es una tarea exclusiva del Espíritu Santo. Cuántas veces hemos escuchado decir:  yo creí que él solo necesitaba del amor de una buena mujer.  Cuántas veces  vemos el testimonio de una mujer que pensó  que porque se casaba y con ello él podía  cambiar. Por eso no  debemos  jugar a ser Dios.


Las funciones principales de la mujer como sacerdote podrían ser:
1- Asegurarse de que ha perdonado su esposo todos sus pecados. El perdón abre, la falta de perdón cierra.  El perdón libera, la falta de perdón  ata.
2- Ame a su esposo. “Ustedes, las esposas, deben obedecer a sus esposos en todo. De esa manera, si ellos no creen en el mensaje de la buena noticia, el comportamiento de ustedes podrá convencerlos, pues verán que ustedes son honestas y respetuosas.” 1 Pedro 3:1-2 TLA.

Por lo tanto nosotros como hombres tenemos que saber que ministramos a nuestras esposas cuando les ofrecemos seguridad, ella necesita saber que es única. Pues la mayor responsabilidad como sacerdotes recaerá sobre nuestros hombros, recordemos el ejemplo bíblico de Adán y Eva, muy probablemente por un descuido en el sacerdocio por parte de él, hizo que Eva tuviera que vivir una situación que el adversario supo aprovechar para así hacer caer a toda la humanidad.

“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.”
Génesis 3:1-2, 6 RVR1960

Por eso el principal rol que tenemos como sacerdotes en nuestros hogares es la intersección y oración por nuestra familia, por nuestra esposa y por cada uno de nuestros hijos.

Personalmente y sin que mi familia se entere, suelo despertarme en la madrugada para interceder por cada uno de ellos, voy a la cocina, tomo el aceite de Oliva, me unto primero yo la frente y clamo a Dios, posteriormente repaso cada uno de los dinteles y puertas de la casa, reclamando esa protección de parte de Dios, por último me dirijo a las camas de cada uno de ellos y con suma suavidad les unto con aceite la frente procurando no despertarlos y clamando por sus vidas. A la mañana siguiente casi todos me saludan con un simple: ¿Anoche estuviste orando, no?

Definitivamente cada cual tiene su propia responsabilidad dentro de la familia, del hogar, por lo tanto dentro del sacerdocio que nos dio Dios por mandato divino, al hacernos sus representantes:


“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.”
2 Corintios 5:20 RVR1960


¿Estás tendiendo un estilo de vida de oración?
¿Estás siendo del sacerdocio familiar una columna principal en la cual te apoyas?
¿Cuáles son los falsos altares que tienes por derribar en ti?


En esta enseñanza hablaré de la hombría como un estado sacerdotal en desuso que tenemos que recuperar tanto los hombres como las mujeres sabiendo que la oración produce la intimidad necesaria con Dios y con nuestra pareja. Sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:


LA ORACIÓN PRODUCE INTIMIDAD


https://anchor.fm/alfonso-gomez-plaza
agopla1976@gmail.com
@agopla1976 Instagram
@Alfonso23755010 Twitter
Facebook: Inspiraciones Diarias de Alfonso Gomez-Plaza
Tel + 44 7446 424456 WhatsApp








Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.

29 de mayo de 2019

SOMOS SACERDOTES, NOS GUSTE O NO






SOMOS SACERDOTES, NOS GUSTE O NO.
No  fue en vano su sacrificio por cada uno de nosotros








“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;”
1 Pedro 2:9 RVR1960


En el Antiguo Testamento la función sacerdotal o levítica estaba planeada y diseñada exclusivamente para el género masculino, Cristo al acércanos nuevamente a la gracia y amor, permitió que todos los seres humanos sin importar su sexo, es decir sean hombres o mujeres  desempeñáramos la función de sacerdote, ya sea porque  has  estudiado  la Biblia o no (esto no es una actividad exclusiva de aquellos que asisten a un seminario), los hombres por antonomasia somos sacerdotes.

No importa que lo creas o no, lo aceptes o no, lo vivas o no, o que lo ignores, eres un sacerdote para anunciar las perfectas características de Cristo que nos compró por medio del derramamiento de su sangre, derrotando al adversario, al reino de las tinieblas y a la misma muerte.

La principal función de un sacerdote es ministrar, es decir: ejercer la  acción  de juez, proporcionar las necesidades  básicas a las personas que están o no a nuestro cargo, servir, dar, es ser exactamente un representante de  Dios aquí en la tierra, por lo tanto tenemos que   ministrar al Señor, pero también debemos  de ministrar a todos aquellos que se han puesto en nuestras  manos o que han confiado para que los cuidemos, por lo tanto todos los seres humanos  tenemos que ministrar también a nuestras parejas como a nuestros hijos, nuestros barrios y ciudades, hasta que llegue nuestro servicio a tocar hasta las mismas puertas de los cielos. 


Tenemos  que  ocupar la mayor parte de nuestro tiempo para desempeñar con éxito este ministerio. A Dios no se le escapa nada, antes que él te mande a hacer algo, previamente Dios ya te ha capacitado y te ha entregado todas las herramientas necesarias para ejercer, en este caso todas las necesidades sacerdotales y como desarrollarlas,  las puedes encontrar  en su libro guía, la Biblia, en ella él nos da todas  las directivas de aquello  que necesitamos:

“Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.”
2 Timoteo 3:15-17 NBL


Pero, los seres humanos  normalmente fracasan porque no quieren  reconocer que tienen que cumplir en sus hogares  el ministerio de sacerdotes que Dios les ha dado, dejando esta responsabilidad a los maestros de escuelas dominicales o líderes de jóvenes de las congregaciones en lo mejor de cualquiera de los casos, hablando que son familias cristianas. 

¿Qué podríamos decir de aquellas familias que ni por asombro reconocen a Dios? ¿Qué podemos esperar de una sociedad que cada vez más sacan a Dios y la Biblia de sus instituciones? ¿Qué podemos decir de aquellos que no les estamos transmitiendo la verdad el Evangelio? 

Realmente ¿Cuántos problemas nos evitaríamos en casa si ya hubiéramos asumido el liderazgo en la oración y el hablar acerca de Dios en nuestros hogares?.

El sacerdote de casa debe siempre  orar por su esposa o por su marido, es decir cada cual debe de ejercer esta ministración en pos del otro,  por sus hijos y por todo aquello que Dios le entregado.

¿Estás reconociendo que haces parte de la nación de Dios?
¿Estás representando a Dios en todos aquellos lugares donde estás?
¿Aún tienes dudas acerca de tu sacerdocio instaurado por Jesucristo en ti, para que demuestres el Cielo aquí en la tierra?


En esta enseñanza hablaré de la hombría como un estado sacerdotal en desuso que tenemos que recuperar tanto los hombres como las mujeres reconocido los errores para corregirlos. Sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:


SOMOS SACERDOTES, NOS GUSTE O NO

https://anchor.fm/alfonso-gomez-plaza
agopla1976@gmail.com
@agopla1976 Instagram
@Alfonso23755010 Twitter
Facebook: Inspiraciones Diarias de Alfonso Gomez-Plaza
Tel + 44 7446 424456 WhatsApp








Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.

28 de mayo de 2019

LA DISCIPLINA REQUIERE TERNURA Y FIRMEZA






LA DISCIPLINA REQUIERE TERNURA Y FIRMEZA.


El principio del equilibrio es la clave para tener una vida exitosa.






Cuando somos conscientes que podemos y tenemos el mismo ADN de Dios, aprendemos a comportarnos como él, pero todo también dependerá del estilo de  Dios y la religiosidad en la que vivas, pues si aún tienes un Dios maltratador que solo busca verte pecar para maldecirte, significa que desconoces que realmente tienes un Dios lleno de amor, misericordia, gracia y verdad para con cada uno de los seres humanos, por eso  todos debemos de aprender a ser  tiernos,   ser firmes, de la misma manera que es Dios.

Recordemos lo que dice la palabra de  Dios:

“PORQUE EL SEÑOR AL QUE AMA, DISCIPLINA, Y AZOTA A TODO EL QUE RECIBE POR HIJO ”.
Hebreos 12:6 NBL


El hombre y la mujer comprendiendo y aceptando su rol protagónico en el hogar  deben de ser líderes y en algunas ocasiones eso demandará firmeza, digo firmeza no aspereza.

El Apóstol Pablo afirmó:

“Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desalienten.”
Colosenses 3:21 NBL

Debemos saber conservar el equilibrio con los hijos,  las recompensas que les damos a cada uno de ellos deben de estar equilibradas con las correcciones,  las caricias deben de estar compensadas  con las rectificaciones  y los elogios deben estar sujetos por así decirlo  a sus  comportamientos, por eso toda  disciplina exige firmeza.

Y todo esto lo vemos reflejado realmente en la necesidad de un buen carácter. Jesucristo constituye un equilibrio perfecto entre la ternura y la firmeza, él reveló su ternura en sus mensajes de amor como en sus acciones de sanidad de consuelo y en su muerte en la cruz.

Con los mismos brazos que Jesús levantó a unos niños pequeños,  levantó el látigo contra aquellos que habían profanado el templo volviéndolo una plaza de mercado  y volviéndola una cueva de ladrones, un lugar para la religiosidad.

Jesús fue un líder intrépido, desafío al adversario,  echó fuera demonios y dio órdenes a la naturaleza, reprochó a los hipócritas, pero tenía una nobleza de carácter y un pleno complemento de virtudes que puede ser reproducidas actualmente por nosotros,  porque el mismo Santo Espíritu que moraba en él, mora hoy  en nosotros.

Dios desea reproducir esa misma hombría o sacerdocio en cada uno  de nosotros, ya seas hombre o mujer,  esa  semejanza de Jesucristo tiene que estar manifestada en la muerte de nuestra mente natural y resucitada en la Mente de Cristo,  por lo tanto la hombría (sacerdocio) y la semejanza en este caso   son sinónimos.


En un estudio anterior comenté acerca de un líder quién también fue mi mentor, como se levantó en contra de la congregación y se fue, llevándose consigo a gran cantidad de personas, pues el  Pastor principal  tuvo que tomar ciertas decisiones que muchos de nosotros en su momento o bien no  entendimos o bien nos dolía.  

Cristo mismo nos enseñó,  al pasar por la Higuera que aquello que no producía fruto sería cortado,  también se nos enseña en  la Biblia  que el árbol para que crezca correctamente hay que podarlo.

Este Pastor   tuvo que expulsar de la congregación, a uno de los pastores locales porque se había confabulado con este líder que no quería estar más bajo la sujeción que se le ofrecía,  evidentemente muchos de los feligreses se fueron detrás de este pastor,  pero era lo correcto para sanear la congregación.

Las decisiones no siempre son correctas pero son decisiones al final,  por eso las mujeres, los hombres, las iglesias,  las familias requieren que tomemos decisiones,  no como dictadores sino como líderes y hay una diferencia muy grande. Los dictadores toman decisiones basadas en sus preferencias  personales, o en  gratificaciones egoístas. Pero  los líderes toman decisiones basadas en lo que es mejor para sus seguidores, para sus familias, para sus matrimonios, por eso tenemos que tomar decisiones.

Por eso el Apóstol Santiago dijo: 

“La gente que no es confiable ni capaz de tomar buenas decisiones no recibirá nada del Señor.”
Santiago 1:7-8 TLA


La indecisión crea inestabilidad. Todos los seres humanos tenemos  la responsabilidad final sobre las decisiones que tómanos. La  esencia de la madurez es la aceptación de esa responsabilidad y a su vez esa   madurez es la esencia de la hombría o sacerdocio.

Dios trata con cada uno conforme a su carácter.  Dios le dijo a Moisés que mientras estuvieran en el desierto él los guiaría  de día con una nube y de noche con rayos,  pero cuando Josué tomó el liderazgo del pueblo,  Dios le dijo a Josué que a donde él se moviera la nube lo seguiría. Dos generaciones diferentes, pero que estaban actuando en consecuencia de sus actos, Josué no permitió que aquella falta de fe que actuó Moisés entrar a la tierra prometida le afectará por lo cual alcanzó todas las promesas por Dios dadas.

¿Estás dispuesto a pagar el precio de ver la bendición extendida sobre todos tus hijos?
¿Realmente sabes conservar el equilibrio con todos aquellos que están bajo tú responsabilidad?
¿Sabes identificar el proceso en el que estás delante de tu Creador?


En esta enseñanza hablaré de la hombría como un estado sacerdotal en desuso que tenemos que recuperar tanto los hombres como las mujeres que la corrección hace parte del aprendizaje . Sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:


LA DISCIPLINA REQUIERE TERNURA Y FIRMEZA

https://anchor.fm/alfonso-gomez-plaza
agopla1976@gmail.com
@agopla1976 Instagram
@Alfonso23755010 Twitter
Facebook: Inspiraciones Diarias de Alfonso Gomez-Plaza
Tel + 44 7446 424456 WhatsApp








Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.