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28 de mayo de 2019

LA DISCIPLINA REQUIERE TERNURA Y FIRMEZA






LA DISCIPLINA REQUIERE TERNURA Y FIRMEZA.


El principio del equilibrio es la clave para tener una vida exitosa.






Cuando somos conscientes que podemos y tenemos el mismo ADN de Dios, aprendemos a comportarnos como él, pero todo también dependerá del estilo de  Dios y la religiosidad en la que vivas, pues si aún tienes un Dios maltratador que solo busca verte pecar para maldecirte, significa que desconoces que realmente tienes un Dios lleno de amor, misericordia, gracia y verdad para con cada uno de los seres humanos, por eso  todos debemos de aprender a ser  tiernos,   ser firmes, de la misma manera que es Dios.

Recordemos lo que dice la palabra de  Dios:

“PORQUE EL SEÑOR AL QUE AMA, DISCIPLINA, Y AZOTA A TODO EL QUE RECIBE POR HIJO ”.
Hebreos 12:6 NBL


El hombre y la mujer comprendiendo y aceptando su rol protagónico en el hogar  deben de ser líderes y en algunas ocasiones eso demandará firmeza, digo firmeza no aspereza.

El Apóstol Pablo afirmó:

“Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desalienten.”
Colosenses 3:21 NBL

Debemos saber conservar el equilibrio con los hijos,  las recompensas que les damos a cada uno de ellos deben de estar equilibradas con las correcciones,  las caricias deben de estar compensadas  con las rectificaciones  y los elogios deben estar sujetos por así decirlo  a sus  comportamientos, por eso toda  disciplina exige firmeza.

Y todo esto lo vemos reflejado realmente en la necesidad de un buen carácter. Jesucristo constituye un equilibrio perfecto entre la ternura y la firmeza, él reveló su ternura en sus mensajes de amor como en sus acciones de sanidad de consuelo y en su muerte en la cruz.

Con los mismos brazos que Jesús levantó a unos niños pequeños,  levantó el látigo contra aquellos que habían profanado el templo volviéndolo una plaza de mercado  y volviéndola una cueva de ladrones, un lugar para la religiosidad.

Jesús fue un líder intrépido, desafío al adversario,  echó fuera demonios y dio órdenes a la naturaleza, reprochó a los hipócritas, pero tenía una nobleza de carácter y un pleno complemento de virtudes que puede ser reproducidas actualmente por nosotros,  porque el mismo Santo Espíritu que moraba en él, mora hoy  en nosotros.

Dios desea reproducir esa misma hombría o sacerdocio en cada uno  de nosotros, ya seas hombre o mujer,  esa  semejanza de Jesucristo tiene que estar manifestada en la muerte de nuestra mente natural y resucitada en la Mente de Cristo,  por lo tanto la hombría (sacerdocio) y la semejanza en este caso   son sinónimos.


En un estudio anterior comenté acerca de un líder quién también fue mi mentor, como se levantó en contra de la congregación y se fue, llevándose consigo a gran cantidad de personas, pues el  Pastor principal  tuvo que tomar ciertas decisiones que muchos de nosotros en su momento o bien no  entendimos o bien nos dolía.  

Cristo mismo nos enseñó,  al pasar por la Higuera que aquello que no producía fruto sería cortado,  también se nos enseña en  la Biblia  que el árbol para que crezca correctamente hay que podarlo.

Este Pastor   tuvo que expulsar de la congregación, a uno de los pastores locales porque se había confabulado con este líder que no quería estar más bajo la sujeción que se le ofrecía,  evidentemente muchos de los feligreses se fueron detrás de este pastor,  pero era lo correcto para sanear la congregación.

Las decisiones no siempre son correctas pero son decisiones al final,  por eso las mujeres, los hombres, las iglesias,  las familias requieren que tomemos decisiones,  no como dictadores sino como líderes y hay una diferencia muy grande. Los dictadores toman decisiones basadas en sus preferencias  personales, o en  gratificaciones egoístas. Pero  los líderes toman decisiones basadas en lo que es mejor para sus seguidores, para sus familias, para sus matrimonios, por eso tenemos que tomar decisiones.

Por eso el Apóstol Santiago dijo: 

“La gente que no es confiable ni capaz de tomar buenas decisiones no recibirá nada del Señor.”
Santiago 1:7-8 TLA


La indecisión crea inestabilidad. Todos los seres humanos tenemos  la responsabilidad final sobre las decisiones que tómanos. La  esencia de la madurez es la aceptación de esa responsabilidad y a su vez esa   madurez es la esencia de la hombría o sacerdocio.

Dios trata con cada uno conforme a su carácter.  Dios le dijo a Moisés que mientras estuvieran en el desierto él los guiaría  de día con una nube y de noche con rayos,  pero cuando Josué tomó el liderazgo del pueblo,  Dios le dijo a Josué que a donde él se moviera la nube lo seguiría. Dos generaciones diferentes, pero que estaban actuando en consecuencia de sus actos, Josué no permitió que aquella falta de fe que actuó Moisés entrar a la tierra prometida le afectará por lo cual alcanzó todas las promesas por Dios dadas.

¿Estás dispuesto a pagar el precio de ver la bendición extendida sobre todos tus hijos?
¿Realmente sabes conservar el equilibrio con todos aquellos que están bajo tú responsabilidad?
¿Sabes identificar el proceso en el que estás delante de tu Creador?


En esta enseñanza hablaré de la hombría como un estado sacerdotal en desuso que tenemos que recuperar tanto los hombres como las mujeres que la corrección hace parte del aprendizaje . Sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:


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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.

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