¡LA INTERCESIÓN, EL CLAMOR DE LA IGLESIA!
Todas las mañanas, a las seis me suena el despertador, debo de tomar el medicamento y desde luego comenzar como de costumbre todas las demás acciones, dentro de ellas está incluido mi anhelo de buscar a Dios en intimidad por medio de cánticos, oraciones, súplicas e intercesiones, leer literatura cristiana y por su puesto la Biblia. En algunas ocasiones, puedo estar sentado en el sofá, en otras me tiro al suelo extendido por todo el salón, algunas veces estoy de rodillas, cuando suena alguna canción que adora a Dios y el ritmo es muy romántico me pongo a danzar, saco la guitarra y le canto dos o tres canciones, en fin todas estas manifestaciones son para agradar a mi Padre Celestial, a Ishi, siempre guiado por el Espíritu Santo que sabe como interceder por nosotros:
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”
Romanos 8:26 RVR1960
Esta es mi forma aproximada de buscar a Dios, pero cada ser humano tiene su propio estilo, pero no hay nada más poderoso que encontrarnos como hermanos, tal como una iglesia que busca a Dios e interceder los unos por los otros. Jesucristo sabía de esta situación, por eso en cierta ocasión, él debía de encontrarse con dos grande héroes de la fe y así dejarnos un tremendo precedente, la recta final del ministerio de Jesucristo ya había comenzado, las multitudes se agolpaban alrededor suyo, sanaba a las personas y las liberaba, alimento a miles de personas con solo unas muestras de pan y pescado, encaminó, empoderó, capacitó y envió a los discípulos a evangelizar por las aldeas de su entorno, pero para aquella cita divina decidió apartarse junto con Pedro quien fue instruido a decir la verdad de Cristo junto con Juan y Santiago, sus compañeros inseparables:
“Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.”
S. Lucas 9:28 RVR1960
Jesucristo llevaba casi tres años compartiendo con ellos, en todo momento, solo se apartó para orar en privado, pero como lo veremos más adelante contó con ellos para clamar e interceder, porque cuando tienen que suceder hechos importantes en tu vida, eso es lo que tienes que hacer, pero debes de aprender a rodearte de personas con un mismo sentir y propósito, ten en cuenta que no vale tan solo que somos hermanos, sino reflexiona ¿Por qué no se llevó Jesucristo a los otros a orar? Veamos este ejemplo que nos dejó el Apóstol:
“Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;”
Filipenses 2:1-3 RVR1960
Deseo ser un poco vulnerable, pero sinceramente, cuando se trata de interceder y orar, yo solo tengo a cuatro o cinco hermanos que sé que están conmigo en la brecha. La vida no es nada fácil y todos tenemos nuestros propios problemas y dificultades, pero igual que sucede en casa, así mismo ocurre en la congregación, como cuando tienes el deseo de dejar todo tirado, en las iglesias llegarán los desatinados, los que deseen romperla por sus deseos de sobresalir y por eso hay que permanecer unánimes, con este pequeño grupo del cual tú siempre cuentas para no caer en el desánimo:
San Lucas 18:1 DHH94I
¿Quizás ahora comprendes por qué estamos desanimados a nivel personal y como congregación?
Dios en su inmenso poder nos ha dado la oportunidad de conocer nuestro propósito, destino y sueño, por ello debemos de comprender que el clamor y la intercesión en la iglesia ha de ser un estilo de vida:
“Pues bien, ¿acaso Dios no defenderá también a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Los hará esperar?”
San Lucas 18:7 DHH94I
Existe una frase muy acertada, quizás sea parte de nuestra jerga cristiana, convirtiéndola en un cliché: “El adversario no le teme a los ministros ni a sus ministerios, le teme a una iglesia que ha comprendido la importancia de la oración y clamor para alcanzar las promesas dadas por Dios”, es nuestra responsabilidad de dar cumplimiento al reino de los cielos en la tierra, tenemos que hacer la parte que nos corresponde, por otra parte Dios nos dice:
“Sé fuerte y valiente, porque tú harás que este pueblo herede la tierra que les prometí a sus antepasados. Solo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te apartes de ella para nada; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas.”
Josué 1:6-7 NVI
Tenemos que ser esas personas dispuestas a orar en intimidad pero animarnos los unos a los otros para que intercedamos por obtener todas las promesas dadas por Dios, con valor y firmeza sabiendo que en medio del camino nos vamos a encontrar oposición tanto de los propios hermanos como de parte del adversario.
Es por eso que en el momento más crucial y fuerte Jesucristo volvió a tomar a sus amigos para ir a orar:
“Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.”
S. Mateo 26:36-37 RVR1960
Aquellos que tuvieron el privilegio de verlo transfigurado como Dios, ahora tienen la oportunidad de estar a su lado en un momento muy angustioso.
¿Tú puedes estar compartiendo los momentos alegres y difíciles con tú grupo de amigos intercesores?
Clamar, orar, interceder, debe ser un estilo de vida tanto personal como congregacionalmente hablando, pues tenemos muchas promesas por reclamar y demostrar al mundo que el Reino de Dios y su justicia ha llegado para quedarse entre nosotros.
En esta enseñanza, trataré mostrar que la intercesión debe de ser un estilo de vida personal que también se trasmite en la iglesia. Sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
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