CARÁCTER SACERDOTAL
Morir a mí mismo, es tener la Mente de Cristo.
La falta de identidad cristiana es el mayor cáncer que tenemos dentro de la humanidad, familia y por último dentro de la sociedad, como era de pensar.
Hoy podemos tener demasiados mensajes motivacionales dentro de las iglesias, los cuales son buenos para el ser humano, pero par el hombre de Dios, es un mensaje tibio y poco relevante para la eternidad. El abuso de todo es tan dañino como el no hacer, es decir vivir sin importarnos la eternidad es tan perjudicial como ser un religioso, pues somos tan pendulares, como extremistas. Con esto no quiero decir que tenemos que hacer chorizos al cielo y chorizos a las tinieblas. Con esto quiero decir varias cosas:
- Hemos abandonado el modelo sacerdotal; primero el hombre descargando la obligación a las mujeres, y ellas viendo el abrume de la responsabilidad se sobrepasan en su rol. Por eso durante estos escritos he procurado llevar a las personas a analizar lo que deben de corregir para ser unos verdaderos discípulos de Cristo, tanto en la familia como en el matrimonio, iglesia y desde luego en la sociedad.
- Tratando de buscar agradar a Dios, nos envanecimos siguiendo el modelo de hombres, volviendo a la ley, haciéndonos religiosos, tratando de llevar normas y esquemas que son casi imposibles de vivir, alejándonos de todos aquellos que no comparten nuestros conceptos, aunque sean también cristianos, catalogando a las personas, rechazando los consejos y preceptos bíblicos de no hacer excepciones. Con ello lo que hacemos a cada momento es separarnos más del modelo ha seguir, por medio de ser discípulos de Cristo.
- Por último puedo decir que hemos hecho un dios a nuestra imagen y semejanza, quitándole las virtudes a aquel que es Inmutable, Inconmovible, Eterno, Poderoso y Único que nos dio un perfecto modelo a seguir, Su Hijo Jesucristo por medio de Su misma presencia, es decir, El Espíritu de Cristo morando en nosotros el Espíritu Santo.
“Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.”
Hebreos 12:1-2 NBL
Me sorprende, no lo puedo negar, como algunas personas tienen la personalidad y valentía de estar hablando de Dios, sin leer la Biblia, sin estar tiempo con él, tratando de aconsejar al ser humano de alguien quien realmente no conocen, ni saben lo que hay en su corazón, pero que un Twitter, Instagram o Facebook, le dio el espacio suficiente para decir cualquier cantidad de barbaridades y sin importar realmente la vida de aquellos quienes le escuchan.
Es por eso que deseo transmitir de nuevo la información que durante los últimos capítulos he tratado de decir: “Cristo es el Sumo Sacerdote, digno de imitar y de seguir”, es más me atrevo a decir: “Yo no soy un modelo a seguir”, como tampoco es tu pastor, profeta o quién has puesto tus ojos, y deseas imitar. (No pongo en duda la santidad de ellos, pero no dejan de ser seres humanos).
Al analizar la vida de Jesucristo vemos que el permanecía en constante oración y comunicación con el Padre Celestial, por eso la oración debe de ser el estilo de vida de un verdadero sacerdote imitador de Cristo. La falta de oración es la mayor razón por la cual todos los cristianos necesitan consejería. Cuando tu dedicas tiempo a estudiar, meditar, analizar y hablar con tu Padre Celestial, reconociendo todo lo que hay en medio de la oración y meditación de la palabra, ella misma y el Espíritu que da la Palabra, te aconseja, se vuelve tu consejera.
Durante los últimos años, personalmente lo he experimentado, con mucho cuidado, pero siempre guiado por el Espíritu Santo y respaldado por los frutos que estoy manifestando, tanto en la familia, matrimonio, iglesia y sociedad.
Esa falta de sacerdocio, tal como Cristo nos modeló, hace que perdamos el liderazgo, los hijos cada día manifiestan la falta de respeto a todo lo que sea autoridad sobre sus vidas.
Otro ejemplo lo podemos ver es la falta de espontaneidad tal como lo hizo Cristo, siempre guiado a través de esa relación tan estrecha que sostiene con el Padre Celestial, que lo llevó por ejemplo a desviarse a Decápolis y así sanar a un hombre muy necesitado. Esa falta de originalidad lleva al hombre a un fallo en todo, desde la falta de creatividad en su vida personal, matrimonial (desde luego en su vida sexual), en el área familiar para permitirles una tiempo de recreación y distracción, monotonía laboral, aburrimiento y abuso ministerial, etc.
¿Has å considerado lo qué piensa Cristo de ti?
¿Estás siendo un verdadero hombre o mujer según el modelo de Jesucristo?
Seamos pues, cocientes que la condición del ser humano no es un hecho mágico, como trata de enseñarlo la sociedad actual, es la suma y cumulo del esfuerzo, no existe ninguna varita mágica que lo reproduzca. Es un acto que se construye a cada instante, como una pared de contención con sus muros de cargas, ladrillo más pasta, ladrillo más pasta, ladrillo más pasta, hasta llegar a concluirlo.
El error esta por no leer las escrituras y no ver modelos dados por los héroes de la fe y procurando llevarlos a nuestro entorno:
“Y allí Isaac construyó un altar e invocó el nombre del SEÑOR y plantó allí su tienda; y allí abrieron los siervos de Isaac un pozo.”
Génesis 26:25 NBL
Durante toda su vida, Isaac vio el modelo de su papá Abraham, pero no se quedó conforme a su estilo, sino que comprendió la importancia de vivir con Dios y en Su presencia, por eso donde se tuvo que trasladar, Isaac primero hacía un altar y después edificada su vivienda. Podemos estudiar este ejemplo en Génesis 12:8, 13:18, 22:9, en todas ellas, Abraham edificó altar a Dios.
El hombre actual es totalmente lo contrario, sí es que lo hace, estoy diciendo que primero nos edificamos una casa, un trabajo, una familia y por último hacemos un altar a Dios, es decir, dedicamos demasiado tiempo a las cosas pasajeras y descuidamos las eternas.
La hombría no tiene nada que ver con el sexo específico, tiene que ver con el carácter de Cristo actuando en hombres y mujeres que viviendo con la Mente de Cristo, transforman su entorno y logran llegar con este ejemplo o testimonio a otros.
Quien domina su espíritu, controlará una ciudad…Salomón.
¿Qué estás esperando para ser un verdadero discípulo de Cristo?
¿Necesitas derribar muros para llegar a la estatura de Cristo?
¿Alcanzas a comprender y ver los ídolos que hay en ti los cuales no te permiten vivir el sacerdocio de Cristo?
En esta enseñanza hablaré de la hombría como un estado sacerdotal en desuso que tenemos que recuperar tanto los hombres como las mujeres siendo discípulos de Cristo. Sí te gusto este escrito y quieres leerlo completo, entra en la web y lee otros estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
Esta enseñanza defunitivamente viene del cielo. Gracias
ResponderEliminarLa Gloria sea a Dios, no dejes de compartir estos mensajes
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