27 de junio de 2019

LA OBEDIENCIA Y EL PROPÓSITO DE MI VIDA (I)

LA  OBEDIENCIA Y EL PROPÓSITO DE MI VIDA  (I)


Cuanto me arrepiento de no haberlo hecho antes.





“Esto es lo que el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales ha declarado: “He decidido ajustar cuentas con la nación de Amalec por oponerse a Israel cuando salió de Egipto. Luego Saúl mató a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, al oriente de Egipto. Saúl y sus hombres le perdonaron la vida a Agag y se quedaron con lo mejor de las ovejas y las cabras, del ganado, de los becerros gordos y de los corderos; de hecho, con todo lo que les atrajo. Solo destruyeron lo que no tenía valor o que era de mala calidad. Cuando por fin Samuel lo encontró, Saúl lo saludó con alegría. —Que el SEÑOR te bendiga —le dijo—. Llevé a cabo el mandato del SEÑOR. —Entonces, ¿qué es todo ese balido de ovejas y cabras, y ese mugido de ganado que oigo? —le preguntó Samuel. —Es cierto que los soldados dejaron con vida lo mejor de las ovejas, las cabras y el ganado —admitió Saúl—, pero van a sacrificarlos al SEÑOR tu Dios. Hemos destruido todo lo demás. Entonces Samuel le dijo a Saúl: —¡Basta! ¡Escucha lo que el SEÑOR me dijo anoche! —¿Qué te dijo? —preguntó Saúl. Y Samuel le dijo: —Aunque te tengas en poca estima, ¿acaso no eres el líder de las tribus de Israel? El SEÑOR te ungió como rey de Israel, te envió en una misión y te dijo: “Ve y destruye por completo a los pecadores —a los amalecitas— hasta que todos estén muertos”. ¿Por qué no obedeciste al SEÑOR? ¿Por qué te apuraste a tomar del botín y a hacer lo que es malo a los ojos del SEÑOR? —¡Pero yo sí obedecí al SEÑOR! —insistió Saúl—. ¡Cumplí la misión que él me encargó! Traje al rey Agag, pero destruí a todos los demás. Pero Samuel respondió: —¿Qué es lo que más le agrada al SEÑOR: tus ofrendas quemadas y sacrificios, o que obedezcas a su voz? ¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio, y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros”.
1 Samuel 15:2, 7, 9, 13-20, 22 NTV


Todos los seres humanos nacemos con un propósito y destino en nuestras vidas, el problema que no nos enseñan a buscar cuales son los  propósitos, destinos y sueños de Dios para nosotros y nos mantenemos entre la profecía y el destino, pero es allí  donde los sueños se hacen realidad.

Cuando Dios nos manda hacer algo, el no espera que nosotros comencemos con nuestros racionamientos y dudas, lo que él anhela es nuestra obediencia tal como lo hizo en un momento Abram.

En este caso,  los problemas están en las consecuencias de nuestra desobediencia: Saúl perdono, lo que no debía de perdonar y como consecuencia de ello:

1- Saúl perdió el reinado de Israel.
2- los Amalecitas pudieron seguir viviendo.

Al parecer dentro de la información que se tiene, parece ser que  la reina, la esposa de Agag el rey amalecita, o bien huyó del campo de batalla o del campamento Israelita, y lo hizo embarazada, este hecho aun queda faltando de confirmar bíblicamente.

Permítame tratar de desglosar el capítulo  anterior:

1. (Versículos 1-3) Una orden clara y radical: destruye Amalec.
Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.
A. Después Samuel dijo a Saúl: Este era un mensaje del líder espiritual de Israel para el líder político y militar de Israel. El mensaje era claro: castigaré lo que hizo Amalec a Israel...destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él. Dios claramente le dijo a Samuel que le dijera a Saúl que llevara juicio total contra los Amalecitas.
Destruye todo: Este verbo Hebreo (heherim) es usado siete veces en esta parte. La idea de juicio total y completo es ciertamente resaltada.

B. Al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto: Esto explica por qué los Amalecitas debían recibir juicio total. Siglos antes de esto, los Amalecitas fueron el primer pueblo en atacar a Israel después de su liberación  de Egipto (Éxodo 17). Cientos de años atrás, Dios dijo que traería juicio contra Amalec:

“Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo. Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová- nisi; y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación”. (Éxodo 17:14-16)

Pero en  Deuteronomio 25:17-19 repite esta idea.

¿Cuál fue el pecado tan grave que cometieron? Los amalecitas cometieron un pecado terrible contra Israel. Cuando la nación estaba débil y vulnerable, los Amalecitas atacaron a los más débil y vulnerable de la nación (Deuteronomio 25:18). Ellos hicieron esto sin ninguna razón, envueltos en nada más que en violencia y codicia. Dios detesta cuando el fuerte toma cruel ventaja contra el débil, especialmente cuando el débil es su pueblo.

A pesar de que esto sucedió 400 años antes, Dios aún sostenía su ira contra los Amalecitas porque: “el tiempo no borra el pecado delante de Dios”. Entre los hombres, el tiempo debería borrar pecados y hacernos más prestos a perdonarnos unos a otros. Pero delante  de Dios, el tiempo no expía al pecado. Solo la sangre de  Jesucristo  puede borrar el pecado, no el tiempo. De hecho era tiempo que les fue dado misericordiosamente a los Amalecitas como oportunidad para arrepentirse y no lo hicieron. Los cientos de años de corazones endurecidos y sin arrepentimiento los hizo más culpables, no menos culpables.

C. Ve, pues, y hiere a Amalec: Dios pudo haber juzgado directamente a Amalec como lo hizo con Sodoma y Gomorra. Pero Dios tenía un propósito especial en esto para su nación, Israel. Él quería que fuera una prueba de obediencia para Saúl y todo Israel. Además, como el pecado de Amalec contra Israel fue un ataque militar, Dios quería hacer que el juicio se ajustara al pecado.

¿Llamaría Dios a su pueblo en este tiempo a pelear una guerra de juicio semejante? Dios tiene un llamado totalmente diferente para los Cristianos bajo el Nuevo Pacto que el que él tuvo para Israel bajo el Antiguo Pacto (Juan 18:36).

Sin embargo, a pesar de que Dios ya no nos ha  llamado, es decir,  a su pueblo a tomar armas como instrumento de su juicio, no significa que Dios ha dejado de juzgar a las naciones. “Pero no podemos suponer por ningún momento, que el juicio para las naciones será totalmente relegado [designado] para ese día final. A través de la historia del mundo las naciones han estado frente a la barra de Cristo. Nínive estuvo ahí, Babilonia estuvo ahí, Grecia y Roma estuvieron ahí. España y Francia estuvieron ahí, y Gran Bretaña está justo ahí hoy. Una tras otra ha tenido el solemne mensaje – partan, y han pasado a la destrucción la cual ha sido absoluta y terrible.” (J.Meyer)



¿Qué te ha mandado Dios a eliminar de ti y aún no lo has hecho?
¿Estás rodeando de gente la cual tienen el mismo propósito tuyo?
¿Estás abarcando las áreas que Dios tiene diseñadas para ti?

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En esta enseñanza hablaré acerca de la obediencia y propósito  de Dios sobre tu vida. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:


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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.







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