DIOS LO QUIERE TODO DE TI. 2
Un solo Dios, un solo Padre.
Tratando de seguir la lectura anterior a este estudio; en el primer tratado quedamos en:
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”
S. Mateo 6:33 RVR1960
Por eso continuamos: parafraseando este versículo yo diría: “ocúpate de adorarlo, de generar un ambiente tan puro en tu vida que Su gloria y presencia pueda manifestarse, y aprende a descansar en él, porque nada te faltará”.
Por lo tanto reflexionemos:
Cuanto tiempo tú inviertes en buscar de Dios, es el tiempo que Dios va a añadir para tu felicidad. Cuanto tú das para Dios, es el tiempo que Dios tiene preparado para tú prosperidad. Cuanto tú te entregas para el reino de Dios y su justicia, él mismo te ayudará para que vivas de gloria en gloria. Pero esto no es una moneda de cambio o intercambio, por sí lo llegaste a considerar. Cuando tu buscas de sincero corazón a Dios, todo lo anterior se reproduce en ti. ¿Por qué entonces no lo estás viviendo? Responde tu mismo a través de esta pregunta: ¿Realmente buscas a Dios de sincero corazón?
Pero, no alcanzamos a ver la dimensión de nuestra necesidad de Dios porque no invertimos en buscar a Dios como él se merece ser atendido, por eso en casa no nos atienden como nosotros pretendemos ser atendidos, una vez más, busca el reino de dios y su justicia y lo demás será añadido, pero ¿Cómo vamos a entender esta situación y esta necesidad de arrepentimiento si no buscamos a Dios?.
Siempre lo he dicho, yo no soy el modelo a seguir, yo cometo errores y peco en mis decisiones, pero aquel que es digno de imitar, Jesucristo nos dejo un sin número de ejemplos de cómo orar y tanto en el Viejo como en el Nuevo Testamento podemos encontrar un sin fin de recursos, incluso ya escritos en diferentes libros de concordancias. Si analizáramos en una simple concordancia, veremos cerca de 101 referencias acerca de orar y sí buscamos otros textos veremos muchas más referencias en oración para con el Padre.
Para Jesucristo lo más importante era la búsqueda a diario de la presencia del Padre para hacer su Santa y Perfecta Voluntad, por eso nos dejó el mayor ejemplo de una vida de oración en:
“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.”
S. Mateo 6:5-15 RVR1960
1- Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
2- Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
La intimidad debe de ser parte de nuestra oración, es tan vital que Jesucristo se gastó tiempo para dejarnos esta enseñanza por escrito, osea, esta bien las oraciones que hacemos publicas en el momento de comer o de orar por otro, pero Dios ante todo anhela ese momento de estar a solas contigo, allí en el lugar secreto donde tú te haces uno con él, allí donde estás desnudo ante Su presencia, donde él conoce hasta tú pensamiento más interno y hace que tú no puedas esconder, ni tu pecado, ni todo aquello que te aleja de él.
El mejor ejemplo lo tenemos cuando como pareja cerramos la puerta de nuestra habitación, todos saben lo que pasa allí, por más inocentes que seamos, lo mismo debe de ser nuestra relación con Dios, debemos de estar a solas con él, para manifestar lo que dice la Palabra de Dios:
“para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.”
S.Juan 17:21-23 RVR1960
Pero, ¿Cómo vamos a ser uno con el Padre si no tenemos una real intimidad con el Padre Celestial?
3- Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Esta es la mayor revelación que trajo Jesucristo a nuestro entender: Dios es nuestro Padre, por eso él es perfecto para nosotros, pues nos sabe enseñar y corregir, educar y dar todo lo necesario que necesitamos; por eso traigo a memoria aquella enseñanza de tener que dejar de ser hijos bastardos, (se encuentra en otro estudio) para pasar a ser hijos de pleno derecho, dejar de estar mendigando como lo hace una persona de la calle.
Yo puedo entender aquellas personas que han tenido un papá ausente o simplemente no tuvieron un papá, porque no aprendieron lo que es el amor. Al Tener un Padre Amoroso y cuidador como lo es Dios, sumidos en su presencia en Adoración y Alabanza, veremos sanar todas esas heridas de nuestro corazón. Pero si aún perduran esas heridas de nuestra infancia y adolescencia es porque simple y llanamente no tenemos una íntima y profunda relación con el Padre Celestial.
¿Cuándo fue la última vez que tuviste intimidad con Dios?
¿Conoces el corazón del Padre como él conoce el tuyo?
¿Estás atento a las señales de amor que el Padre Celestial te da?
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En esta enseñanza hablaré acerca de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti
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