DIOS QUIERE UN TRATO ESPECIAL CONTIGO (II)
La buena senda siempre es la correcta.
Esta semana estuvimos hablando del trato especial que Dios suele tener con cada uno de nosotros. Dios quiere que todos los días seamos humildes y sencillos para entrar en Su presencia y poder compartir de los banquetes que nos tiene preparados con el mayor gusto y selección que solo un Padre amoroso puede tener con cada uno de sus hijos.
Hoy veremos como ese trato especial nos lleva amarlo aún más.
En la Biblia está el caso de Simón, este personaje, de manera antonimia nos enseña. Él siempre trato de buscar el favor de los hombres, primero por la magia, hasta que conoció del Señor y empezó a caminar en la senda, cuando él vio “El poder sobrenatural del Espíritu Santo” y es tan infeliz, se atreve a tratar de comprar con dinero, (como si se pudiera), “El poder sobrenatural de Dios”, tanto es así, que los Apóstoles lo expulsaron de la congregación para su reprensión:
Y cierto hombre llamado Simón, hacía tiempo que estaba ejerciendo la magia en la ciudad y asombrando a la gente de Samaria, pretendiendo ser un gran personaje; y todos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención, diciendo: Este es el que se llama el Gran Poder de Dios. Le prestaban atención porque por mucho tiempo los había asombrado con sus artes mágicas. Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre de Cristo Jesús, se bautizaban, tanto hombres como mujeres. Y aun Simón mismo creyó; y después de bautizarse, continuó con Felipe, y estaba atónito al ver las señales y los grandes milagros que se hacían. Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí esta autoridad, de manera que todo aquel sobre quien ponga mis manos reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Que tu plata perezca contigo, porque pensaste que podías obtener el don de Dios con dinero. No tienes parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Por tanto, arrepiéntete de esta tu maldad, y ruega al Señor que si es posible se te perdone el intento de tu corazón. Porque veo que estás en hiel de amargura y en cadena de iniquidad. Pero Simón respondió y dijo: Rogad vosotros al Señor por mí, para que no me sobrevenga nada de lo que habéis dicho.
Hechos 8:9-24 LBLA
Simón el Mago, estaba en una cárcel de hiel de amargura y en cadena de iniquidad. Pero yo tenía también una opresión con la frustración. Dios me demostró su misericordia, permitiéndome corregir esta motivación errónea al servir.
Primero, sacó esa loza tan pesada que es la Frustración. Segundo, me enseñó a dar sin esperar nada a cambio. Posteriormente continuó su trabajo correctivo y educativo recalcando que yo soy “Administrador de su poder”. No soy el dueño de su poder. Por más que asista a congresos y seminarios, compre libros y los lea, escuche predicaciones de pastores “poderosos que llenan estadios con miles de almas”, nunca, pero nunca voy a poder comprar su Poder. Esto es una condición que Dios da conforme a su multiforme manera de actuar. Se la dará a quien quiere y como él quiere porque para eso, Dios es soberano en sus decisiones, por más que desee “Pactar con su palabra” si no es voluntad de Dios nunca vendrá sobre mí el Poder del Espíritu Santo.
“El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su Hijo Jesús, a quien vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad.”
Hechos 3:13 RVR1960
Aquí tenemos tres personajes con promesas delante Dios que por amor a si mismo, Dios va a cumplir. 3 personajes, cada uno con su carácter y cada cual con sus actitudes, muchas de ellas en completa discordancia con la Palabra y la obediencia delante de Dios.
Por lo tanto tenemos un gran héroe de la fe como lo fue Abraham:
“Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar. Conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.”
Hebreos 11:8-19 RVR1960
Me gusta mucho la fe de Abraham, pues utilizó sabiamente esta estrecha relación con Dios para vivir conforme a su gracia, poder y soberanía. Dios le marcaba la agenda directamente a Abraham y tanto es así que, siempre plantó su tienda de campaña donde Dios le indicaba. Pero, veamos que pasó, cuando Abraham lo hizo en su fuerza descuidando buscar la voluntad de Dios:
“Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.”
Génesis 12:10-13 RVR1960
Como consecuencia directa de desobediencia de Abraham vemos que Faraón se enfermó y tuvo que expulsar a esta familia de Egipto para evitar males mayores:
“Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram. Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer? ¿Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete.”
Génesis 12:17-19 RVR1960
¿Estás intentando comprar la unción de Dios?
¿Dios es el epicentro del todo en ti?
¿Estás con tus desobediencias enfermando a la sociedad?
Comparte este post, permite que otros se beneficien de la bendición de leerlo, quizás están buscando el Camino y esta sea la forma de encontrarlo a él. Pues #hechos29laobrainconclusa es una realidad.
En esta enseñanza hablaré acerca de mí identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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