2. LA GRACIA CON LA QUE NOS AMA EL SEÑOR…
Comenzar a vivir , cuando ya has recorrido mucho…cuesta.
En la lectura anterior quedamos en el texto bíblico de Génesis 2:1-25 el cual te animo a lo vuelvas a leer, para no repetirlo.
Analicemos, pues, lo que es vivir en la gracia de Dios a través del mejor ejemplo bíblico que tenemos, Adán y Eva en el Paraíso:
“Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”.
Analicemos pues, lo primero que Dios nos enseña, por medio de su ejemplo, después de hacer la creación es a “disfrutar”. Por lo tanto, disfrutar es: poder gozarnos de todo lo que él ha dispuesto para nosotros. Admirar de su creación y disponernos a ser buen uso de ella. Entonces habitar en la gracia de Dios, implica vivir la creación, sana y correctamente. Es ser conscientes que no nos pertenece la Tierra, por lo tanto, debemos de cuidarla y no maltratarla. Incluso debemos de hacer buen uso de los recursos ecológicos que tenemos en nuestras manos y aunque este escrito es evidentemente personal, si se puede considerar una recomendación de parte mía, volvámonos ecologistas y recicladores, podemos comenzar con los elementos en casa.
Algunos países ya son conscientes de esta situación y nos “obligan” a separar las cajas, plásticos y todo lo que puede renovar de los elementos orgánicos, pero siendo sinceros, algo que nos cuesta mucho es, dejar el auto y caminar, dejar de utilizar vehículos de combustión interna para tener vehículos de motor eléctrico y tomar toda clase de medidas que podamos dejar descansar la creación, porque como lo veremos más adelante, “solo somos mayordomos de la creación”.
“Éstos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra”.
Cuando vivimos en la gracia de Dios entendemos que él está en control de todo en nuestra vida, aquí leemos claramente que aún no había lluvia, pero subía de la tierra un vapor que regaba todo, se mantenía fresca la tierra, haciendo que todos los arboles y arbustos crecieran por este vapor. Todo árbol frutal y todo el resto de la vegetación consumible daba su fruto a su tiempo, de acuerdo a su temporada y estación, gracias una vez más, al vapor que Dios hacia subir de la tierra, la evaporación del agua era suficiente para mantener con vida a toda la tierra.
Para Dios no hay un solo hecho fuera de su control, pues aun en “su silencio” Dios habla y actúa esperando ver nuestra respuesta y accionar:
“Estas cosas hiciste, y yo he callado; Pensabas que de cierto sería yo como tú; Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.”
Salmos 50:21 RVR1960
En el pasaje anterior, no vemos grandes acciones de parte de Dios o por lo menos de la manera extraordinaria que desearíamos ver y actuar a Dios, pero, realmente que acto tan extraordinario saber que aún no llueve y toda la tierra está húmeda y fructífera. Es por eso, que me he cuestionado personalmente acerca de mi fe, pues, en muchas ocasiones aún no tengo el problema encima, pero yo ya, he montado toda una película en mi cabeza. De acuerdo a lo que este pasando esa semana, descubriré que, sí era una “prueba”, con ella, Dios mismo me ha dado la salida, pues para él no hay nada fuera de su control, porque él hace mantener las cosas y preservarlas aunque ni se conozca, ¡que es la lluvia!.
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal”.
No hay nada de lo creado que, lo hubiera hecho las manos de los hombres, me podrán llamar ignorante o ingenuo, pero no puedo creer en la Evolución expuesta por Charles Darwin, puedo creer y entender la evolución de la especie a través de la adaptabilidad, por ejemplo, mí manera de pensar y de actuar en Colombia con 20 años, no fue la misma con la que me comporté y me adapté en España con 40 años y, desde luego mí forma de ver vida no será la misma con casi ya 42 años, viviendo ya en Inglaterra, tres países totalmente diferentes, con climas y culturas diferentes pero, esto se trata vivir la gracia de Dios. Aún sigo siendo Alfonso, con las mismas capacidades en diferentes países y culturas, pues Dios fue quien me “puso” allí. En el huerto de Edén, Dios me creo.
Vivir la gracia de Dios y gozar de lo que Dios nos dio, implica la responsabilidad de entender que aunque estamos en este mundo, no pertenecemos a él:
“No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.”
S.Juan 17:15 RVR1960
En el huerto del Edén, nuestros padres Adán y Eva, caminaron muchas veces en medio de los dos principales Árboles “el árbol de la ciencia del bien y del mal, pero también lo hicieron entre el árbol de la vida”. No vemos, ni leemos que, los arboles fueron plantados a las afueras del Huerto del Edén, tampoco leemos que había un vallado de protección frente a estos árboles, más adelante, se les dará la orden a nuestros padres Adán y Eva que nos coman.
Es por eso que, de ti depende que vivas en la bendición del Paraíso; para ir al cielo hoy no necesitas morir, solo te hace falta, determinarte a vivir conforme a la gracia de Dios. La ventaja que hoy tenemos, es que la orden de comer de estos Árboles, esta cubierta por así decirlo, por la gracia de Dios, y tenemos la posibilidad de hacerlo, es más debemos de hacerlo, pues, al aceptar a Cristo como nuestro Señor y Redentor tomamos del árbol la vida eterna y lo hacemos nuestro Señor. Él mismo nos proporciona a Su Santo Espíritu quien es la fuente de toda sabiduría y de todo entendimiento. Mientras que algunos, hoy por hoy, siguen obstinados a comer del árbol del bien y del mal, del conocimiento, el cual es, la religiosidad, las tradiciones, el desear vivir anclados a la ley de Moisés, sin querer entender y comprender, que está fue creada única y exclusivamente para Cristo, por eso, la palabra declara:
“Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.”
Lucas 24:44 LBLA
¿Cuidamos la naturaleza, entendiendo que Dios nos reclamará nuestras acciones?
¿Evolucionamos conforme crecemos o nos estancamos?
¿Qué vives la ley o la gracia?
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En esta enseñanza, hablaré acerca de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti
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