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12 de septiembre de 2019

¡LA AUDACIA QUE NECESITO!

PLENITUD DEL SERVICIO DÍA 6

¡LA AUDACIA QUE NECESITO!





Para hacer real las promesas, debo querer vivirlas.

Durante estos 21 días haremos  esta serie de enseñanzas, comprometiéndote voluntariamente a leer la Palabra de Dios, meditar en ella, construir y reconstruir los muros caídos, tomar la una frase de fe y aferrarnos  a ella como clavo ardiente y por último ayunar, para lograr un objetivo común, lograr la extensión del reino de Dios a través de la Plenitud del Servicio. 

Día 6:


“Y reuniéndolos, les mandó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre: La cual, les dijo, oísteis de mí; pues Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días. Entonces los que estaban reunidos, le preguntaban, diciendo: Señor, ¿restaurarás en este tiempo el reino a Israel? Y Él les dijo: No os corresponde a vosotros saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con su propia autoridad; pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.”
Hechos 1:4-8 LBLA

“Entró Pablo en la sinagoga, y por tres meses continuó hablando denodadamente, discutiendo y persuadiéndo les acerca del reino de Dios.”
Hechos 19:8 LBLA


Todos, en algún momento hemos visto las películas de Disney, esta compañía nos ha hecho mucho daño al querer introducirnos en la magia, por lo menos hacernos creer que todo sucede por arte de magia. Cuando por años te han mostrado esto, aun desde tu infancia,  crees entonces,  que las cosas ocurren así, trataras de aplicarlo igualmente en tú vida. Pero, establecer el reino de Dios y su Justicia, no es una tarea fácil, mucho menos es para cualquier, ni se hace por arte de magia. Se requiere audacia para desarrollar los talentos y vivir las promesas dadas por Dios.

Jesús fue un hombre audaz, que arriesgó su propia vida. Evangelizó constantemente, llevando libertad, sanidad, restauración a la vida de muchas personas. Lo hizo a tiempo y fuera de tiempo. No le importó el que dirán, mucho menos se dejó intimidar por la casta religiosa del momento, la cual es la misma de esta época.





Jesucristo trató de enseñar esto a sus discípulos, lamentablemente ellos, al principio de la Iglesia primitiva, no lo comprendieron, ni lo quisieron vivir.

Reflexionemos:

¿Qué llevó al Apóstol Pablo ser tan audaz?
Definitivamente su carácter enérgico que lo caracterizó antes de su conversión, le llevó a ser tan audaz. Tal como leemos en Hechos 19, estuvo durante 3 meses, predicando acerca del cumplimiento de “La ley y los Profetas” dada en Jesucristo plenamente.

Es por eso que, vivió tribulaciones, luchas, enfrentamientos. Invirtió su vida y tiempo por lograr convencerlos y establecer el reino de Dios en cada corazón que Pablo de Tarso, enseñó.  

¿Es labor exclusiva de los pastores, extender el reino de Dios?

Definitivamente no. El avanzar del reino de Dios y su Justicia, es una tarea lenta y progresiva. No se trata de los dones, ni talentos que aún no manifiestas, pues ya tienes el Don (el Espíritu Santo es el Don). Rotundamente es quiere vivir la audacia, con la que Cristo manifestó el poder de Dios.

Es una tarea para toda la Iglesia, es la obra del Señor en nuestras manos. Por eso toma total sentido lo dicho: “y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.”

¿Aún seguimos esperando qué sea la mano de Dios quién lo haga?

El restaurar nuestro matrimonio, familia, sociedad es un acto de fe, la cual implica que debemos involucrarnos, sudar la camiseta. Requiere esfuerzo y compromiso.

Tanto Jesucristo como Pablo, lo vivieron así. Me quedo muy corto al poner solo estos dos ejemplos, pero imaginemos las almas, las   vidas anónimas que se arriesgaron, con audacia para que hoy, tú estés disfrutando del privilegio de anunciar el evangelio, libre y sanamente.

Decide ser audaz, sal a restaurar vidas (evangelizar) para que se establezca una generación audaz, delante de Dios.

Construye y reconstruye: quizás en tú vida has dejado de orar por un familiar o hermano. Acércate a él, sé audaz, ayúdalo. Emocional o materialmente. Ora por él y fortalece su espíritu.

Frase de fe: Soy parte de la restauración de mi familia, matrimonio, sociedad. No espero que lo hagan por mí. Soy una persona audaz.  

Ayuno: si decides ayunar hoy, pon en tú corazón, la oración y el clamor porque la audacia que actuó en Jesucristo, también actúe en ti, es decir, que la mente natural tuya muera y se active la Mente de Cristo, que ya está en ti. Y así salir a evangelizar todos los días.

Comparte este post, permite que otros se beneficien de la bendición de leerlo, quizás están buscando el Camino y esta sea la forma de encontrarlo a él. Pues #hechos29laobrainconclusa es una realidad.


En esta enseñanza,  hablaré acerca  de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:



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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti





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