DESDE UN BUEN SILLÓN

DESDE UN BUEN SILLÓN

Tener autoridad, es tener una posición.

Me gusta ir al cine, lastima que no lo he podido hacer mucho desde que llegue a vivir  en Inglaterra, por el tema del Ingles. Me gusta ir en familia y disfrutar del tiempo que podamos llegar a compartir. Siempre que vamos, procuramos encontrar las sillas del medio para arriba, pues el campo de visión de la pantalla junto con el sonido envolvente, nos permite disfrutar mucho de la película. Algo así creo que ocurre, cuando estamos viviendo junto con Cristo, tendremos pues, una posición única e inigualable:

“y con Él nos resucitó y con Él nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús, a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de Su gracia por Su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.”

Efesios 2:6-7 NBL

El poder estar sentados junto con Cristo en lugares celestiales, nos da autoridad. Por lo tanto, tenemos una legalidad espiritual transferida, pues Jesucristo ya conquistó por nosotros, nuestra libertad en la Cruz del Calvario. Nuestra función y propósito es principalmente deshacer las obras de las tinieblas en esta sociedad. Pero si no lo hacemos desde un lugar de autoridad, estamos en desventaja. Recordemos pues, que el adversario está aquí desde el principio de la creación y conoce perfectamente las leyes espirituales, no respeta a nada, ni a nadie, por lo tanto no va a tener ningún tipo de consideración, bajo una excusa de: “no lo sabía, lo desconocía”.

El tener esta posición, nos da legalidad para cada una de nuestras acciones. Es  como cuando un Juez ordena el encarcelamiento de una persona. El alguacil solo debe de ejecutarla, no duda, ni titubea, lo dicho por el Juez, es palabra suprema, porque él, está sentado en una posición de autoridad dada por un ente publico reconocido superior.

Cuando reconocemos esta posición de autoridad, inmediatamente nuestra mentalidad cambia, pues comprendemos quién hace las cosas y quien nos dio está legalidad fue Jesucristo.

Estamos bajo Su palabra, la cual nos inspira, alienta y desafía a tomar esta posición de autoridad sentado junto a él en un buen sillón en lugares celestiales.

Por lo tanto, tenemos que estar seguros y confinados en, las herramientas para que las tinieblas se disipen, ya las tenemos. Recordemos lo dicho, nuestra armas no son de este mundo, son fuertes en Dios, para deshacer toda el avanzar del adversario. Y sobre todo, ¡ya están a nuestra disposición!.

¿Quién tiene que hacer los ajustes?

Evidentemente, nosotros. Dios ya nos dio la autoridad y legalidad. Somos nosotros los que tenemos que hacer nuestra parte. Él es fiel e inmutable. Por eso, él no necesita cambiar. Nosotros nos tenemos que activar.

Así lograremos el liderazgo espiritual, tras encaminarnos en esas pequeñas acciones, entendiendo esa posición de autoridad dada por Cristo.

Siempre estamos a tiempo de ir de bueno a lo mejor... Porque lo mejor siempre está por venir.

Toma tus sueños, metas y objetivos, en el Nombre de Cristo Jesús, hazlos realidad en tú vida, lo tienes todo para cumplirlos.

Dios ya te dio la autoridad. Dios ya dispuso todos los milagros. Dios ya te dio la victoria.

Comparte este post, permite que otros se beneficien de la bendición de leerlo, quizás están buscando el Camino y esta sea la forma de encontrarlo a él. Pues #hechos29laobrainconclusa es una realidad.

En esta enseñanza,  hablaré acerca  de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:

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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti