¡HAMBRE ESPIRITUAL!
Él es el único, que la puede saciar.
Esta no es la primera vez que debo de escribir acerca de tener hambre espiritual, tampoco será la última. Realmente este es un tema tan preocupante, pero a la vez tan descuidado, no solo por parte de los que predicamos la palabra de Dios, sino también por aquellos que somos considerados como hijos Suyos, pero que no tenemos interés en buscar de Su presencia y poder, para manifesnntarla a los demás.
Hay enfermedades relacionadas con desordenes alimenticios, los cuales puedo llegar a comprender que su único deseo es menguar a las personas y por así decirlo transformarlos en muertos vivientes. Este tipo malos hábitos alimenticios, a manera pendular los llevan de un extremo a otro desde la bulimia y la anorexia, entre otros diagnósticos, los cuales procuran llevarlos o volverlos inapetentes, es decir, no querer satisfacer las necesidades alimenticias. Por otro lado, tenemos la obesidad, la cual, hace que no exista manera de suplir esa necesidad alimenticia. Solo pongo esto por mero ejemplo, no porque sea un experto en el tema.
“Como el ciervo anhela las corrientes de agua, Así suspira por Ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? Mis lágrimas han sido mi alimento de día y de noche, Mientras me dicen todo el día: «¿Dónde está tu Dios?». Me acuerdo de estas cosas y derramo mi alma dentro de mí; De cómo iba yo con la multitud y la guiaba hasta la casa de Dios, Con voz de alegría y de acción de gracias, con la muchedumbre en fiesta. ¿Por qué te desesperas, alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarlo otra vez Por la salvación de Su presencia. Dios mío, mi alma está en mí deprimida; Por eso me acuerdo de Ti desde la tierra del Jordán, Y desde las cumbres del Hermón, desde el monte Mizar. ¿Por qué te desesperas, alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues lo he de alabar otra vez. ¡ Él es la salvación de mi ser, y mi Dios!”
Salmo 42:1-6, 11 NBL
Este precioso Salmo, nos recuerda la necesidad de acercarnos todos los días delante de Dios para ser saciados, en la media exacta que necesita cada cual. De acuerdo a nuestro estilo de vida y de relación personal que tengamos con el Padre Celestial, así mismo necesitamos ser saciados, es decir, todos los seres humanos, deberíamos buscar a Dios 3 veces al día, tanto como comemos a diario, pero la cantidad servida (siguiendo el símil de la comida) dependerá de tu relación con él. Me explico mejor, yo necesito estar casi dos horas por la mañana con Dios, pero igual tú, con tan solo 5 minutos tienes suficiente para llegar a Su presencia, sin embargo te olvidas de él durante todo el día, mientras que posiblemente, yo este de continuo, tratando de seguir en Su presencia (solo usé este ejemplo, no significa que así sea, o ¿quizás si?)
Cuando conocí de Cristo, fue con el siguiente versículo:
“Yo estoy a la puerta y llamo; si alguien oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.”
Apocalipsis 3:20 NBL
Por lo que me quedó siempre la duda, ¿por qué Dios me invita a cenar? Dios sabe de la importancia para los seres humanos de la comida, por eso se puede utilizar el ejemplo para decirnos: “esta hambre espiritual que tienes, solo la puedes saciar, cuando todos los días te acercas a mí, me abres tu corazón y aprendes que debemos compartir juntos”.
Te invito una vez más, confiesa tu necesidad delante de Dios tanto como lo hizo David en el Salmo. Deja de comer comida prefabricada, recocida, quizás sea comida chatarra o sin ningún tipo de valor…En fin, solo tú sabes con lo que te estás alimentando. Debemos de ser constantes en buscar a Dios. Dios es intensamente rico en misericordia y una fuente inagotable para darnos más cada vez que nos acerquemos a Su presencia a buscar de él.
Confiésale a Dios: Señor tu eres mi único sustento, por eso a partir de ahora, me vuelvo dependiente de ti.
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En esta enseñanza, hablaré acerca de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti
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