¡RECLAMAS O RENUNCIAS!
La capacidad de renunciar, es el lenguaje del amor.
Entre Ani y yo, criamos a nuestros hijos, ella es buena con los chicos, es la permisiva y yo el estricto. Pero, quién estuvo en la madrugadas para con ellos, fui yo. Le acercaba los niños a la mamá y ella los alimentaba. Yo los tomaba luego para que sacaran los gases…Y en algunas ocasiones me tocó, en medio de la noche también cambiarles los pañales, matizo, una cosas es de día, con los 5 sentidos activos, otra cosa es a media noche o la madrugada, más dormido que despierto, el tener que realizar tan arriesgada labor, ja, ja, ja. Una vez limpios y secos, todos volvíamos a la cama, dormir unas cuantas horas más, es decir todos felices. Aprendí que amar, significa sacrificio, aplicándolo tanto delante de Ani, como hacía cada uno de los chicos.
En la Biblia, encontraremos la mayor historia de sacrificio, es decir, nos describe realmente como es la capacidad de amar por parte de Dios, entregándose en forma de siervo -Jesucristo- dejándonos perennemente su presencia, en otras palabras su Espíritu Santo.
Pero, también encontraremos historias de hombres corrientes como lo somos tú y yo:
“se acercó a Él una mujer con un frasco de alabastro de perfume muy costoso, y lo derramó sobre Su cabeza cuando estaba sentado a la mesa. Pero al ver esto, los discípulos se indignaron, y decían: «¿Para qué este desperdicio? Porque este perfume podía haberse vendido a gran precio, y el dinero habérselo dado a los pobres».”
Mateo 26:7-9 NBL
Quizás, hoy es más fácil ver la historia, pues la tenemos escrita, y el Espíritu Santo nos enseña, pero lo que posiblemente vivieron María y Judas Iscariote, en aquel momento de la escena, fue una lucha espiritual tremenda. Ella daba todo de sí para honrar al Maestro, el discípulo reclamaba para supuestamente darlo a los demás. Más tarde nos enteraremos que en realidad le gustaba sacar dinero para financiar a las guerrillas de aquel momento. Este cuadro nos demuestra un poco lo que podemos estar viviendo cada cual delante de Cristo, reclamas o renuncias.
¿Tú estilo de vida, es una renuncia constante?
Las personas que vivimos por el Espíritu entendemos que llevar una vida de renuncia, es operar bajo la Mente de Cristo. El sacrificio, entrega y renuncia, se viven disfrutando de ellas (no es masoquismo) se logra comprender que somos personas, viviendo el propósito y destino de Dios, renunciando a nuestras propias vidas.
Podemos dejar las cosas a un lado, renunciando, sabiendo que vendrá lo mejor. Renunciado a pertenencias, lugares, amistades, todo con tal de lograr el bien común de seguir extendiendo el reino de Cristo y Su justicia.
Pero también hay que reconocerlo, existen cristianos insatisfechos, incapaces de gritarle a Dios la verdad que hay en sus corazones, pero, con sus actos demuestran ese desagrado e inconformidad, castigando a la Iglesia, sus líderes, en resumen a los hermanos o hijos de Dios, por los cuales Cristo también murió.
Este mensaje, no pretende en ningún momento hacer apología a vivir una vida de pobreza. Este mensaje está siendo un llamado para vivir un desafío constante entre tú comodidad y alcanzar los propósitos y destinos divinos, previamente puestos en ti.
Porque aún está vigente esta enseñanza de Cristo:
“En todo les mostré que así, trabajando, deben ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: “Más bienaventurado es dar que recibir”
Hechos 20:35 NBL
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En esta enseñanza, hablaré acerca de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti
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