¡VIVIENDO LA AUTORIDAD!
Hay un error que comprendo está ocurriendo a nivel cristiano, esa necesidad casi imperativa de “títulitis”, por parte de un gran segmento de la Iglesia. Comenzamos con líder (palabra inexistente en la Biblia), director de…(casa de paz, life group, timonel, célula), ujier (otra palabra que no se encuentra en la Biblia, salvo en algunas versiones), diácono, anciano gobernante, pastor, evangelista, maestro, profeta, apóstol. En ningún momento cuestiono estás profesiones, yo mismo he sostenido algunos de estos. Sin embargo, ya podrás ser el mismísimo presidente de las asambleas de Dios, sostener los títulos que desees, para lo único que fuiste llamado, fue a ¡servir! Y para servir, lo único que necesitas es querer hacerlo, sin necesidad de un título, pero para ser eficiente en tu servicio, debes estar viviendo en autoridad.
Deseo que este mensaje sea Cristo céntrico, pues Jesús, ha sido el único ser humano, que ha sabido dar la talla en el momento de servir con autoridad, me podré basar en la vida de un héroe de la fe, pero todos en algún instante fallaron, pero Jesucristo lo expuso a la máxima potencia.
“como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
S. Mateo 20:28 RVR1960
Recordamos que todos los demonios se sujetaban a su poder y autoridad, inclusive por pronunciar su nombre:
“Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.”
S. Lucas 10:17-20 RVR1960
Por eso, debemos comprender que el verdadero modelo a seguir es Jesucristo, no pretendamos salir o poner nuestros ojos en otra persona, por más que sea tu mentor y mejor amigo, estas errando en quién realmente debes de seguir.
Me atrevo a asegurar, ¡nadie te puede obligar a servir!, es una decisión tuya, pero debes de ser consciente al hacerlo. Recordemos las palabras del profeta:
“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”
Josué 24:15 RVR1960
Ya podrás conocer la Biblia de cabo a rabo, pero si no tienes autoridad para servir, ¡no tienes el respaldo de Dios! Piensa en Judas Escariote, una persona relevante en el ministerio de Jesucristo, él manejaba el dinero y finanzas…(yo no le confió el dinero a cualquiera), llamado a ser apóstol pero se quedó en discípulo, por su falta de compromiso auténtico en el servicio, cuando estudias a poco más afondo la historia de Judas, vez ciertos visos de su apoyo a la causa guerrillera de la liberación de Israel, pues en aquel entonces, era el Imperio dominante (parece ser que por este hecho sustraía dinero y sugirió darlo a los pobres).
Para tener el respaldo de Dios, definitivamente debes tener activa la Mente de Cristo. Tienes que ser compasivo, comprender el verdadero problema por el cual la persona está sufriendo. Has de ser un conocedor de las circunstancias que están pasando. Tienes que poder dilucidar el porvenir. Por lo tanto, tendrás que conocer si es el momento de actuar a favor de esa persona.
¿Cuántas veces Jesucristo, queriendo sanar, no lo pudo hacer?
¿Cuántas veces Jesucristo, no pudo liberar porque se le resistió un demonio? Ninguna, él fue efectivo, al 100%.
¿Cuántas veces tú, reprendiendo una gripa, no puedes, ni siquiera limpiar unos mocos?
Vamos a ver si puedo expresar bien esta idea: “para servir, tienes que tener autoridad. Para tener autoridad, tienes que tener el respaldo de Dios. Para tener el respaldo de Dios, debes tener activa la Mente de Cristo”. La Mente de Cristo te enseña: estar con la gente, en el momento adecuado, y desata esa autoridad en el momento preciso, para que todo el poder de Dios y de los Cielos, se manifieste, trayendo sanidad, liberación, milagros, señales, prodigios, cumpliéndose así lo dicho por Jesucristo:
“De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.”
S. Juan 14:12 RVR1960
A propósito, me gustaría contactar con la comunidad cristiana de Irlanda (cerca de 100 personas) que a diario leen este devocional, visitarlos, tomarnos un café y trabajar con Ustedes, seguiré enviando este mensaje para obtener respuesta vuestra.
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En esta enseñanza, hablaré acerca de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti
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