¡VIVIENDO LA INTEGRIDAD!

¡VIVIENDO LA INTEGRIDAD!

Ser integro, se vive y demuestra más allá de las palabras.

“Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada. De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su dominio perdurará hasta el fin. Él salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones. Y este Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el persa.”

Daniel 6:25-28 RVR1960

Que horas más tensas, las que  tuvo que vivir el rey persa “Darío el Grande”. Unas horas antes, tomó una de las decisiones más duras y difíciles que como rey debía de hacer cumplir. Él sabía que en sus  manos estaba la vida y la muerte, casi considerado un dios en la tierra, pero en este caso, el asesor más destacable y notable,  de su corte, tenía que ejecutarlo, enviándolo a la jaula de los leones. Para ser devorado por estos animales, por un mandato previamente firmado por su propia mano. La mano del rey Darío.

Te invito a leer el capítulo completo de Daniel 6. Así que aquí te hago un pequeño resumen: 120 asesores y 2 gobernadores, se confabularon en contra de Daniel, sin poder encontrar un mínimo detalle de corrupción o de maldad en él, para sentenciarlo a muerte, motivados quizás por envidia o maldad. Ellos tenían corazón corrompido, unos labios mentirosos, acusadores. Ellos tenían una mente reprobada y mediocre. Lo cual despertó estos malos sentimientos sobre Daniel. Esa mentalidad podrida de ellos, los llevó a encontrar la brecha que buscaban, la intima comunión entre Daniel y el Dios vivo. Ellos comprendieron, que esta relación no era negociable, sabían que la vida de Daniel, dependía de lo que el Dios vivo le dictara, le mandara. Conocían de primera mano que nunca se inclinaría ante un ídolo o estatua, delante de una deidad, mucho menos de una figura humana. Sabían que no se vendería por unas monedas, pues él no era corrupto como ellos. Respetuoso y honrado entre todos los asesores reales. Por eso tramaron a escondidas suyas, la manera de llevarlo a los tribunales y ser sentenciado a muerte. Existía un dicho en los países persas: “lo dicho por el rey, es palabra de dios”, pues como dije anteriormente, este era considerado un dios, o por lo menos hijo de dios dentro de sus deidades. Por eso, lo proclamado por edicto real, ni el mismo rey, podía abolirlo.  Hicieron la trampa, lógicamente y como se esperaba, Daniel no sucumbió ante esta estratagema maquiavélica. Pero había que ejecutarla. Darío, buscó por todos los medios posibles, librar a su amigo y asesor, pero nada pudo hacer…Selló la puerta de la jaula, junto con el de los otros asesores. Darío, desde ese momento, dejo su alma, allí con Daniel. Angustiado, apesadumbrado, deprimido, esa noche no concilio sueño, no hubo un Arpa que le animara. Se le hizo un nudo en el estómago, quizás por las últimas palabras que le dijo a su amigo Daniel: “Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre.” Daniel 6:16 RVR1960.

Darío, esperaba con inmensa inquietud, ver la mano poderosa del Dios vivo, el cual él podía reconocer la relación tan estrecha, entre ambos. ¿Cuándo estás a punto de una decisión de vida o de muerte, realmente Dios te respalda? ¿Existen personas a tu alrededor esperando que el Dios al que sirves, te libre? 

Las personas que están viviendo su integridad, tienen el respaldo de parte  de Dios, aunque todo alrededor se caiga o se destruya, como en el caso de Daniel, Job, y muchos héroes de la fe. Como estuvo con Jesucristo después que venciera a la muerte y al reino de las tinieblas y del adversario. Tener un corazón integro, es decir, un corazón que no se divide entre el bien y el mal, es un corazón protegido y respaldado por Dios. 

Daniel, no buscó defenderse o apelar al perdón del rey, en todo caso se aferró a que él  siempre buscó a la Verdad y Dios siempre le guió. Dios siempre le dio la victoria. Porque siempre manifestó la integridad de su corazón delante de Dios, como delante de los hombres. 

Daniel, obtuvo gracia delante de Darío, como de Dios, fue prosperado y sustentando, aún después que este monarca fue depuesto. Todos los hechos y obras de Daniel, están escritos para que nos deleitemos en el placer de ser íntegros. Escudriña y encuentra tu semejanza con dicho profeta, conforme al corazón de Dios.

A propósito, me gustaría  contactar con la comunidad cristiana de Irlanda (cerca de 100 personas) que a diario leen este devocional, visitarlos, tomarnos un café y trabajar con Ustedes, seguiré enviando este mensaje para obtener respuesta vuestra.

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En esta enseñanza,  hablaré acerca  de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:

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