¡MÍ NUEVO CARÁCTER: EL SERVICIO!
Existen varios temas recurrentes en las enseñanzas que suelo compartir, por ejemplo la necesidad de morir a nuestra mente natural, para resucitar con la Mente de Cristo. Otro tema es el servicio, ambos aún sido para mí el baluarte y característica clara al trabajar dentro de una congregación.
A través del servicio, demuéstranos públicamente el amor que Dios previamente manifestó por nosotros en la Cruz del Calvario. Pues no hay nada más hermoso que poder comprender, asimilar y vivir sabiendo que una pequeña muestra de servicio, puede ser usado por Dios, para traer almas al reino de los Cielos. Dios siempre nos utilizará, siempre y cuando estemos dispuestos a dejarnos ser esos vasos de amor que Dios necesita.
“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.”
Cuando consideramos el amor de Cristo, observaremos, fue el servir a los demás lo que le impulso a dejar todo en los Cielos para venir a servirnos. Jesucristo nos sirvió primero, por lo tanto, nosotros, como muestra de gratitud, lo mínimo que deberíamos de hacer es, servir. Así como utilizamos el eslogan, amamos porque Dios nos amó, debemos de usar el servimos porque Dios nos sirvió.
El problema surge, porque consideramos que todo lo que tenemos es nuestro. La vida, la casa, el ministerio, etc. En realidad, nada es nuestro, nosotros solo somos administradores de los recursos dados por Dios.
Esto me hace acordar de una fuerte discusión que sostuve con uno de los líderes de la congregación. Lamentablemente por un momento a mí, se me olvido este principio básico, consideraba que por dejar mi furgoneta, todos debían de pasar por mis exclusivas reglas. Estas normas mías hacia este vehículo, me llevo en ese preciso momento a ser selectivo, en cuanto o con que serviría este automóvil y allí fue donde nació este mal entendido por parte mía. Yo había decidido servir a la congregación por medio de los bienes materiales que Dios me había otorgado, como buen administrador debía de mantener el auto a punto, pagarle los impuestos y mantenerla con gasolina, siempre y cuando mi presupuesto me lo permitiera. Pero ese administrar no me dada el derecho, de decir quien se subía o no, o que se podía transportar en ella o no. Gracias a Dios, que él me puso esa piedra en el camino, aquel hermano que me ministró y me ayudo a corregir, mi mal entender acerca del servir.
Deberíamos de servir incondicionalmente, anteponiendo el amor. Pues el compromiso al servicio será lo que haga visible, un tipo de vida sacrificada.
A propósito, para tener la verdad siempre por delante. Bajo mi necesidad de servir a las iglesias, me gustaría contactar personalmente contigo y la comunidad cristiana que a diario leen este devocional, visitarlos, tomarnos un café y trabajar con Ustedes, seguiré enviando este mensaje para obtener respuesta vuestra. Tienen todos mis contactos en la parte inferior de este mismo.
Comparte este post, permite que otros se beneficien de la bendición de leerlo, quizás están buscando el Camino y esta sea la forma de encontrarlo a él. Pues #hechos29laobrainconclusa es una realidad.
En esta enseñanza, hablaré acerca de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti
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