¡MÍ NUEVO CARÁCTER: LA COMPASIÓN!
Cuando tenía unos 13 años, acababan de inaugurar un centro comercial en Manizales, y caminaba junto con mi mamá por allí, cuando una persona mendiga de profesión, advierto no estaba en condición de calle, él era minusválido, la cual él aprovechaba para vivir de la conmiseración y obtener con ello, unas monedas para llevar a casa. Recuerdo que mí mamá no sintió lástima, mucho menos compasión por este hombre, por lo que no le ofreció nada, pero entre ella y yo, surgió una mirada cómplice, natural creo yo entre una mamá y un hijo, acto que despertó en este ser un odio tremendo. Comprendo que fue odio, porque durante casi una calle entera, nos estuvo siguiendo para insultarnos, recordarnos a nuestros difuntos y sugerir de que nos moriríamos.
Este hecho, quizás, un buen paréntesis para mí, para comprender que la lástima, nada tiene que ver con la compasión. Es más, la simpatía y la lástima, son primas hermanas, ellas si se reconocen y trabajan juntas. Porque la lástima conlleva un alto componente emocional, que se utiliza para movernos la fibra. Pero el sentir lástima es algo pasajero. Por lo que, muchas veces sentiremos lástima, pero no haremos absolutamente nada.
Por otra parte, la compasión nace desde el interior nuestro, es decir, desde nuestras entrañas. Cuando se despierta en nosotros la compasión, ella nos lleva a tener una acción directa a favor de aquel o aquellos que están en una condición desfavorecida. Porque la compasión es moverse por el dolor del otro, asumiendo así mismo, este dolor, como nuestro. Por lo tanto, no podemos decir simplemente, fui movido a misericordia y no hice nada.
Nuestra base y fundamento de la fe es Jesucristo, por lo tanto aprendamos de él:
“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.”
S. Mateo 9:36 RVR1960
Jesucristo tuvo compasión por aquellos desamparados, dispersos que no tenían pastor.
“Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.”
S. Mateo 14:14 RVR1960
Jesucristo tuvo compasión por aquellos que estaban enfermos.
“Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.”
S. Lucas 7:13 RVR1960
Jesucristo tuvo compasión por aquellos que estaban perdidos.
“Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer;”
S. Marcos 8:2 RVR1960
Lamentablemente, muchos de nosotros consideramos que la compasión es una opción y quizás es exclusiva de unos cuantos. Pero eso, realmente no es así para un verdadero hijo de nuestro Dios. Deberíamos ser compasivos, misericordiosos, siempre estar dispuestos a dar de sincero corazón viendo las miserias de los demás como nuestras, compartiendo ese dolor y ayudando en la solución del mismo.
Como cristianos, solemos cometer un pequeño error, poner más énfasis en lo que dijo Pablo, antes que lo dicho y hecho por Jesucristo. Pero pongamos especial atención a la explicación dada por el Apóstol sobre este tema:
“Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia;”
Colosenses 3:12 LBLA
Así debemos de comportarnos, así él aprendió, de la misma manera Pablo, nos enseñó.
¿Sabemos ver las miserias que tenemos en nuestros barrios?
¿Sabemos diferenciar entre la lástima y la compasión?
¿Tratamos a los demás con la misma excelencia que lo hizo Jesucristo?
A propósito, para tener la verdad siempre por delante. Bajo mi necesidad de servir a las iglesias, me gustaría contactar personalmente contigo y la comunidad cristiana que a diario leen este devocional, visitarlos, tomarnos un café y trabajar con Ustedes, seguiré enviando este mensaje para obtener respuesta vuestra. Tienen todos mis contactos en la parte inferior de este mismo.
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En esta enseñanza, hablaré acerca de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti
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