¡MÍ NUEVO CARÁCTER: LA ENTREGA!
Mí entrega es incondicional, ilimitada e integral.
Me gustaría confrontarte con este par de preguntas: ¿Cómo romper mis propios limites? ¿Cómo alcanzar esas metas quizás tan difíciles de llegar? Posiblemente, entregando todo. Recientemente he sostenido un par de conversaciones que me han hecho o guiado para escribir este mensaje.
En la primera conversación, la cual hice con un amigo, le contaba acerca de aquellas amargas experiencias del pasado, las cuales quizás aún me atan. Yo le dije que había aprendido a sacrificar para recibir la bendición de la paz. Ese sacrificio, en muchas ocasiones, significó una pérdida económica tremenda, y que estaba dispuesto a volverlo hacer, solo para obtener la tranquilidad de estar bien y saber que no le estoy haciendo daño a nadie. Aunque muchas veces, este tipo de decisiones me llevan a ser mal entendido y desde luego, poco amado. Procuro cuando debo tomar este tipo de decisiones, hacerlas anteponiendo el amor, con todo y ello, no es salvaguarda, mucho menos, me garantiza que no me equivoque en dicha acción.
La segunda conversación, la tuve en una breve consejería instantánea, con una mujer que desconozco, tratando ella de buscar una respuesta a un dolor en su alma, me comentó brevemente su situación. Ella fue herida públicamente por su líder. No ha logrado conseguir solucionar este escarnio público. En el momento que deseé darle el consejo, probablemente ella se lo tomo a mal, por lo tanto abandonó la consejería, pero antes de dejarnos de hablar, le dije: “ha sido un placer invertir 20 minutos en ti”, algo de lo que estoy dispuesto a volver a hacer. Hoy, mañana, mejor dicho toda mí vida, por qué este es el estilo de vida que he decidido llevar, la entrega y amor a los demás, aunque por ello, sea poco amado o correspondido (no es nada fácil, cuesta mucho vivir el rechazo y aceptar que muchos de tus consejos, serán tirados muy probablemente por el retrete).
La entrega total es decir: incondicional, ilimitada e integral fue modelada por Jesucristo. Por eso, él fue a la Cruz por cada uno de nosotros. Su entrega, lo llevó a unir al hombre con el Padre Celestial de su relación caída. Restauró al ser humano, en su condición de hijo de nuestro Dios. Este mismo ejemplo, lo tomó el Apóstol Pablo, él se entregó también totalmente al servicio a las personas y la extensión del reino de los cielos. Al igual que Jesucristo, esto le costó que muchas personas le amaran menos. Recordemos que nuestro Amado Jesucristo en el momento más crucial de su ministerio, fue abandonado por todos, es decir, en el momento de su muerte. De la misma manera, el Apóstol Pablo, en el tiempo de su ejecución sugiere: “todos me han abandonado”.
Soy consiente que la entrega es una inversión de alto riesgo, en muchas ocasiones te harán daño y perderás, quizás mucho. Es por eso qué si decides hacer de tu vida una entrega total, lo hagas por amor y no por obligación. De la misma manera que lo hizo Jesucristo y porque no, como lo hizo el Apóstol Pablo.
“Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.”
2 Corintios 12:15 RVR1960
En palabras del Apóstol Pablo, la entrega es el fruto instantáneo de un compromiso incondicional, ilimitado e integral. Se tiene que hacer con amor, si no, consideraría que no es entrega…
Al analizar el versículo anterior, observamos que es una entrega personal, que produce gozo, dándolo todo y se hace con un propósito, admitiendo que posiblemente saldremos mal parado de esta situación. Pero al final del todo, diremos:
¡No fue fácil, pero valió la pena…He llegado a la meta!
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”
S. Mateo 7:13-14 RVR1960
A propósito, para tener la verdad siempre por delante, bajo mi necesidad de servir a las iglesias, me gustaría contactar personalmente contigo y la comunidad cristiana que a diario leen este devocional, visitarlos, tomarnos un café y trabajar con Ustedes, seguiré enviando este mensaje para obtener respuesta vuestra. Tienen todos mis contactos en la parte inferior de este mismo.
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En esta enseñanza, hablaré acerca de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti
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