¡MÍ NUEVO CARÁCTER: LA HONRA!
Cuando tenía como unos 14 años, en la iglesia que me crié me enseñaron uno de los versículos claves para mi vida:
“Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.”
Efesios 6:2-3 RVR1960
En aquel tiempo, no traté de darle cumplimiento a este mandato. Como en otros estudios he dicho, por diferencias con mis papás a los 17 años salí de casa. No me arrepiento de haberlo hecho, pero si la forma en la que lo hice. Pues hoy, después de tantos años, al hablar con mi mamá, compruebo el dolor que le causé en aquel entonces; de esto si me arrepiento. Verdaderamente, aquel dicho que reza: “nadie experimenta en camisa ajena”, lo tuve que vivir, desde el momento que fui papá. Desde este momento, comprendí la necesidad de la honra a nuestros papás, desde luego que incluyo a mis suegros. He tratado de llevar esta promesa al límite, tanto así, hoy pido que se haga en mí, la promesa física de poder vivir 120 años, lo dijo Dios en el Génesis, por eso lo reclamo. Tengo un propósito, visión y destino que me tomará muchos años poder cumplir. Eventualmente, mínimo una vez al mes, llamo a Victor mí suegro. Nohemí, mi suegra, ya faltó pero la honré hasta en el último suspiro de su vida. A mis papás, procuro llamarles entre dos o tres veces por semana. Y desde luego, estoy deseoso de visitarles. Tanto Ani como yo, desearíamos hacerlo cada 2 años.
Este testimonio me hace acordar de una honra hermosa que está en la Biblia:
“Vino Betsabé al rey Salomón para hablarle por Adonías. Y el rey se levantó a recibirla, y se inclinó ante ella, y volvió a sentarse en su trono, e hizo traer una silla para su madre, la cual se sentó a su diestra.”
1 Reyes 2:19 RVR1960
Si leemos completamente este capítulo, sabremos que es muy cruel y triste, la manera con la cual Salomón afirmó su reino; estos sangrientos hechos aquí descritos suelen suceder en las monarquías y gobiernos, por muy cristiano sea, aquel quien se sienta a gobernar <dejo este comentario para aquellos que siempre están criticando a los cristianos que son líderes mundiales actuales y solo señalan, pero no honran a Dios, pidiéndole que cuide a estos políticos cristianos de turno, y ellos sean de testimonio y para que hagan sus tareas correctamente y no se dejen corromper>, pero Betsabé, tiene que acercarse al nuevo rey, su hijo. Por más que ella sea su mamá, existen protocolos reales que no se deben saltar. Ella estuvo dispuesta a hacerlo. Pero el gesto de Salomón, es digno de imitar, ante su mamá se humilló, se postró. Dejó por un momento sus vestiduras reales, lo digo en manera figurativa, para volver a ser el niño de mamá y darle el lugar que ella debería de recibir en ese momento. Le mandó a sentar a su lado, dando un status de reina madre, quizás en aquel entonces, no se si existía esta figura. Pero por así decirlo, Salomón, no sabía dónde poner a su mamá, para que se sintiera y viviera el ser honrada. Recordemos que unos días antes, ella procuró una estrategia para que el trono, el cual había sido prometido a Salomón no fuese tomado por Adonías, heredero por sucesión, el cual, él ya se había auto proclamado rey, sin esperar la respuesta o mandato de su papá y rey David.
¿Cuánto nos cuesta darle las honras a nuestros viejos?
¿Por qué es tan difícil devolver bien a aquellos que antes lo hicieron con nosotros?
¿Por qué no aprovechamos todas las promesas de la Biblia?
Al examinar bien la palabra de nuestro Dios, encontramos que Jesucristo quién es el mismo Dios, nunca dejó de honrar al Padre Celestial, y este fue el Culmen de su enseñanza: Dios es el Padre. Vez tras vez, Jesucristo lo anuncia con todo lo que hace y, es por su comunión intima con él. Como él mismo dice:
“Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.”
S. Juan 5:19-20, 23 RVR1960
No dejemos de honrar a nuestros papás. Honremos a las autoridades que tenemos, sean pastores o líderes, profesores o mentores. Permitamos que nuestros días se alarguen en todos los sentidos y en el amplio espectro de la palabra y con ello, nosotros honremos también al Padre Celestial.
A propósito, para tener la verdad siempre por delante. Bajo mi necesidad de servir a las iglesias, me gustaría contactar personalmente contigo y la comunidad cristiana que a diario leen este devocional, visitarlos, tomarnos un café y trabajar con Ustedes, seguiré enviando este mensaje para obtener respuesta vuestra. Tienen todos mis contactos en la parte inferior de este mismo.
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En esta enseñanza, hablaré acerca de mi identidad como hijo de Dios. Sí quieres otros artículos completos, entra en la web y lee los estudios allí publicados, compártelo y suscríbete:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti
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