UN ENCUENTRO CON MÍ PROPÓSITO:
¡AÚN ESTOY A TIEMPO!
El límite de la edad, es más una cuestión mental.
Siempre escuché desde los púlpitos decir: no esperes a tener la jubilación para prestar tu servicio a Dios y a la iglesia. Y esa frase, contiene mucha verdad, pero ¿qué le diríamos entonces a Moisés, que comenzó su ministerio a la edad de unos 80 años? Deberíamos de comenzar a leer la Biblia con un sexto sentido, aprendiendo a leer entrelíneas, dejemos de ser románticos para leerla y estudiemos, realmente lo que hay en el fondo de ella. Jesucristo lo hizo y por eso, Su mayor discurso, El Sermón del Monte, aún tiene eco, sin importar si eres o no cristiano, todos tenemos que ver con esta predicación, porque Jesucristo le dio el sentido entrelíneas que la Biblia tiene.
“Y Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; y condujo el rebaño hacia el lado occidental del desierto, y llegó a Horeb, el monte de Dios. Y se le apareció el ángel del SEÑOR en una llama de fuego, en medio de una zarza; y Moisés miró, y he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Cuando el SEÑOR vio que él se acercaba para mirar, Dios lo llamó de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y añadió: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tenía temor de mirar a Dios.”
Éxodo 3:1-2, 4, 6 LBLA
Desde el nacimiento de Moisés hasta este momento, según el reflejo bíblico, han pasado 80 años. Por fin, después de estudiar en la mejor universidad, aun sabiendo que fue príncipe del primer imperio conocido, pasando por el asesinato y ser un prófugo de la ley, encontramos a Moisés, listo para ser el mayor estratega y dirigente que tenemos en la Historia de Israel. Si, Moisés le sacó la excusa de la tartamudez a Dios, pero no el de la edad. Al final, después de la discusión entre ambos, él tuvo que aceptar que este encuentro con su propósito, orquestado por Dios, lo llevaría a pensar: “aún estoy a tiempo”. Moisés no solo liberó al pueblo de Israel, sino a todos aquellos que se sentían oprimidos por el sistema.
Nosotros estamos llamados a hacer lo mismo, hemos sido liberados para liberar. Estamos siendo sanados para sanar a otros. Somos servidos por Dios, para servir a los demás. No lo dudemos, encontremos nuestro propósito y vivamos para el, dando uso correcto a todo lo que nos han entregado. Espero tus comentarios, aquí tienes todos mis contactos:
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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