¡EL BUEN PASTOR!
Jesucristo dijo: Yo soy el buen pastor. Pero en el capítulo 10 de Juan, también utiliza sobre si mismo una figura especial: La puerta. En la trashumancia, al finalizar el día, el pastor, llama a las ovejas cuando ha encontrado una cueva donde ellas puedan pasar la noche. Lo correcto es que él este en toda la boca de la cueva, entendiendo que se ponga el pastor a manera de puerta, con dos objetivos: 1- salvaguardar las ovejas. 2- evitar que estas se salgan del redil.
“Entonces Jesús les dijo de nuevo: En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas.”
Jesucristo utilizando este ejemplo a manera de metáfora, enseñó que solo él nos puede proveer aquello que realmente necesitamos: la salvación y la provisión. Solo en él, tenemos campos verdes, aguas de reposo, pero sobre todo la salvación. Él mismo no se considera un asalariado, sino una persona amante de su oficio y comprendiendo su propósito divino, hará frente al adversario, en este caso lo presenta como el ladrón y como un lobo.
“Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto.”
Juan 10:9 LBLA
Ahora bien, ¿alcanzamos a ver el plan estratégico divino en nuestras vidas? Desearía proponer en estos momentos, hacer un alto en nuestro camino. Seas cristiano o no. Reflexionemos y entreguemos nuestras vidas al buen pastor. Jesucristo, él es el único que nos garantiza la vida eterna y la protección. Sabiendo que allí afuera, tenemos un enemigo con un claro objetivo: matar, robar y destruir, ¿vas a seguir permitiendo que el adversario siga haciendo esto en tu vida?
“El ladrón solo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
Juan 10:10 LBLA
¡EL BUEN PASTOR!
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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