¡EN MI ANGUSTIA, ÉL ME ESCUCHÓ!

¡EN MI ANGUSTIA, ÉL ME ESCUCHÓ!

Por más que no vea, él está a mí lado.

Existen situaciones en la vida, que no deseamos estar cruzando. Quizás la muerte de un ser querido, una quiebra económica, una separación, una enfermedad prolongada la cual nos han dado un diagnóstico fatídico, en fin, los ejemplos serán muchos y variados. El cómo lo vivimos, muy seguramente dependerá de como es nuestra relación con Dios.

“En mi angustia clamé al SEÑOR, y Él me respondió.”

Salmo 120:1 LBLA

Muchas de nuestras oraciones, serán respondidas tal y como lo anhelamos y aunque Su respuesta no sea la que nosotros deseábamos, Dios respondió. Recordemos, aquello que hemos vivido, ha sido con un propósito y se cumplió por la fidelidad de Dios.

“Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo: tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de lamentarse, y tiempo de bailar;”

Eclesiastés 3:1-2, 4 LBLA

Si Dios cumplió nuestros anhelos, nos ayudó, nos consoló. Si nos socorrió, si nos sanó, etc…Es para que nosotros también lo hagamos para con otros.

“el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios.”

2 Corintios 1:4 LBLA

Estar aferrados a la relación con Dios, es algo que deberíamos reflejarla.  Lo hacemos a través de los  actos y acciones que a diario tenemos para con él y para con los demás. Deberíamos de transmitirlo y permitir que otros gocen de lo mismo que Dios nos dio. Déjame compartir tus testimonio, tienes todos mis contactos a continuación:

¡EN MI ANGUSTIA, ÉL ME ESCUCHÓ!

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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.