UN ENCUENTRO CON MÍ PROPÓSITO:
¡SIMPLEMENTE, TE TOCÓ!
Imaginemos por un momento la escena entre Dios y Moisés frente a la zarza. Por un lado Dios, el Creador del universo, el cual conoce tanto el pasado, como el presente y desde luego el futuro, tratando de convencer a su interlocutor de todas las maravillas que él hará por medio suyo: liberación, sanidad y restauración a la nación de Israel y todos aquellos oprimidos por el sistema de Egipto. Y por el otro lado, Moisés, un supuesto príncipe egipcio huido de la justicia por asesinato, convertido ahora en pastor, inseguro, lleno de excusas y a la postre, tartamudo. Moisés buscó de todas las maneras evitar tan alta responsabilidad, pero Dios era consciente de todos estos detalles y sabía cabalmente que él, lograría los propósitos divinos, aunque tuviera que aparecer en escena una tercera persona, que no estaba incluido en los planes iniciales. A este tercero, simplemente, le tocó.
“Entonces se encendió la ira del SEÑOR contra Moisés, y le dijo: «¿No está allí tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él habla bien. Y además, ahora él sale a recibirte. Al verte, se alegrará en su corazón.”
Cuando Dios, nos muestra Su propósito el cual evidentemente nos superará y será de proporciones incalculables, este plan de Dios incluso nos sobrecogerá, pero Dios es quién pondrá todo en nuestras manos para que lo realicemos, porque Dios es el recurso. Pero si Dios tiene que utilizar un Aarón en nuestras vidas, aprovechémoslo, hace parte de la bendición que Dios dispondrá. Sigamos desarrollando el plan de Dios, no sea que él tenga que ungir a una burra o hacer que las piedras hablen.
“Pero Él respondió: «Les digo que si estos se callan, las piedras clamarán».”
Dejemos que Dios nos utilice y sigamos extendiendo el Reino de Cristo.
¡SIMPLEMENTE, TE TOCÓ!
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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