EL ¿QUÉ DIRÁN?… ME DETIENE
No hay nada más dañino que depender de la opinión de los demás.
Como seres humanos, tenemos grandes sueños y metas por cumplir. Pensemos, cuando éramos niños ¿qué dijimos que seríamos de adultos? Muchos han podido cumplir ese sueño, otros están en la carrera de llegar. Sin embargo, muchos se han quedado en el mero sueño, porque “el ¿que dirán?”, aun entre sus familiares, los han detenido. Si así, en el plano personal o profesional, ¿nos imaginamos a nivel ministerial? ¿Cuántas veces no hemos anunciado el Evangelio por el miedo al qué dirán? ¿Cuántas veces no hemos hecho Su voluntad por anteponer nuestras vergüenzas?
“Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No te ha aparecido Jehová.”
Éxodo 4:1 RVR1960
¿Dónde estaríamos hoy si Moisés le hubiera creído al qué dirán antes que creerle a Dios? Por más que nos bloqueemos, deberíamos siempre considerar lo que piensa realmente Dios y lo que opine de nosotros. Seamos sinceros, no somos el ombligo del mundo, por lo tanto, las personas que tenemos a nuestro alrededor, no se despiertan pensando exclusivamente en nosotros, es más podría casi asegurar que, no se acuerdan de los sueños y del propósito divino que Dios nos ha dado y que constantemente él está cuidando.
“¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.”
Salmos 139:17-18 RVR1960
El ¿qué dirán? puede nacer desde nuestras emociones o de una estrategia del adversario para frenarnos, en ambos casos, en oración, aprendamos a confiar en los planes de bienestar que Dios manifestó en Jeremías 29:11 para cada uno de Sus hijos.
EL ¿QUÉ DIRÁN?… ME DETIENE
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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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