LA VALENTÍA.

JESÚS EL PARADIGMA A SEGUIR

LA VALENTÍA

Debo demostrar mi fe, con valentía.

Para extender el Reino de Cristo, evangelizar, tenemos que hacerlo con el mismo ahínco y valentía que la hizo Jesucristo, tengamos pues en cuenta, que él ante la persona sincera y arrepentida, lo trató con amor y verdad, de esta manera, ellos lograron la Paz en sus corazones y confiaron en el Hijo de Dios. Sin embargo, Jesucristo a los religiosos de la época, les recordó que fueron unos traidores de la fe en Dios y que abandonaron las sanas creencias por sus absurdas políticas, las cuales eran imposibles de seguir.

Esta valentía que demostró Cristo, fue una de las causas que lo llevaron a ser condenado por el Sanedrín, pero recordemos una exigencia  de Jesucristo para aquellos que nos consideramos sus discípulos.

“Luego, dirigiéndose a sus discípulos, Jesús añadió: —Si alguno quiere ser discípulo mío, deberá olvidarse de sí mismo, cargar con su cruz y seguirme.”

MATEO 16:24 BLPH

El Apóstol Pablo, fue uno de esos discípulos que estuvo dispuesto a pagar el precio, él vivió cada día como si fuera el último, pues guardaba la esperanza de estar haciendo las cosas tal como el Espíritu Santo le guiaba y aconsejaba, de esta manera también ser de ejemplo para muchos, incurriendo posiblemente a provocar a la misma muerte y viendo como Cristo le sustentaba, mientras él seguía anunciando el Reino de Cristo, allí donde Pablo estaba y con quienes le escuchaban.

“¿Que están al servicio de Cristo? Pues aunque sea una insensatez decirlo, más lo estoy yo. Los aventajo en fatigas, en encarcelamientos, en las muchas palizas recibidas, en tantas veces como he estado al borde de la muerte. Cinco veces me dieron los judíos los treinta y nueve azotes de rigor; tres veces me azotaron con varas; una vez me apedrearon; naufragué tres veces y pasé un día entero flotando a la deriva en alta mar. Continuos viajes con peligros de toda clase: peligros al cruzar los ríos o al caer en manos de bandidos; peligros procedentes de mis propios compatriotas, de los paganos, de los falsos hermanos; peligros en la ciudad, en despoblado, en el mar. Fatigas y agobios, innumerables noches sin dormir, hambre y sed, ayunos constantes, frío y desnudez. Y para no seguir contando, añádase mi preocupación diaria por todas las iglesias.”

2 CORINTIOS 11:23-28 BLPH

Por eso, la extensión del Reino de Cristo, va mucho más que decir: ¡Gloria Dios Aleluya! Aquí, poca cabida tienen los miedosos, tibios y los conformistas confortablemente cómodos. Quizás por ello, el Reino de los Cielos, lo arrebatan los valientes y  sufre violencia.

LA VALENTÍA.

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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.