¡UN PROPÓSITO, UNA ESTRATEGIA!

¡UN PROPÓSITO, UNA ESTRATEGIA!

Si Dios te llamó, él proveerá todo, porque él es el recurso.

Dios se determinó al  trabajar con un hombre imperfecto, contamos por lo menos que fue adúltero y asesino, pero Dios le llamó: “un hombre conforme a Su corazón”. Esto lo vemos de manera palpable cuando estudiamos los diferentes pasajes que se escriben del rey David. Los libros de Samuel, Reyes, Crónicas y los Salmos mínimo, nos dan reflejo de ello.

En medio de una guerra contra los Filisteos, el corazón de David, reconoció su inmensa necesidad de la guía de Dios.  Buscaba, que  cada paso que él diera, realmente fuera la voluntad de Dios. 

“David consultó a Dios: «¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano?». Y el SEÑOR le dijo: «Sube, porque los entregaré en tu mano».”

1 Crónicas 14:10 NBLA

Es sorpréndete ver al ser humano,  cuanto se ha separado de Dios. Ni por asombro se consulta a Dios para las grandes decisiones: nos casamos, tenemos hijos, comenzamos una carrera universitaria, emprendemos un negocio, en fin, la lista sigue, pero no consultamos a Dios, escasamente solo lo haremos cuando se presentan las dificultades y posiblemente le pedimos ayuda para salir adelante. Luego no hacemos caso a Sus consejos y hasta maldecimos Su Santo nombre, porque “supuestamente Dios, no cumple sus promesas”. Pero esto no es así; Dios nos ama y quiere te tengamos una relación tan intima con él, inclusive quiere que escuchemos sus pasos, para que sepamos cuando debemos actuar y así otorgarnos la victoria que Cristo ya conquistó para nosotros:

“David volvió a consultar a Dios, y Dios le dijo: «No subas contra ellos; dales un rodeo por detrás, y sal a ellos frente a las balsameras. Y cuando oigas el sonido de marcha en las copas de las balsameras, (mis pasos) entonces saldrás a la batalla, porque Dios ya habrá salido delante de ti para herir al ejército de los filisteos».”

1 Crónicas 14:14-15 NBLA

David obtuvo el triunfo porque escuchaba el consejo de Dios, obedecía Sus palabras. David dependía totalmente de la estrategia que Dios le dictaba, y así lo hizo, cuando se desvió de esta premisa, fue cuando falló. Tomemos ejemplo de este extraordinario hombre  de fe y busquemos la guía de Dios, pero ante todo, obedezcamos Sus consejos para que todo nos salga bien.

¡UN PROPÓSITO, UNA ESTRATEGIA! 

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Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.