EN MEDIO DE LA TORMENTA
Solo sí estamos en su reposo, viviremos confiadamente.
UNO de los grandes problemas que tenemos como humanidad, es no saber disfrutar de las bendiciones que hoy tenemos, nos aferramos más a lo que podríamos llegar a tener, que gozarnos en el presente.
Cuando somos jóvenes, anhelamos ser adultos y que nos respeten, pero cuando nos vemos ahogados por las responsabilidades, deseamos volver a estar viviendo aquello que no hicimos en nuestra juventud, “porque tenemos derecho a recuperar el pasado”. Cuando estamos de novios y en la mayoría de los casos, por tener relaciones sexuales sin que nadie nos diga nada, nos casamos, pero cuando vienen los hijos y los problemas, nos cuestionamos sí realmente era la persona que debía estar con nosotros. Cuando estamos a tope de trabajo, deseamos un descanso, nos estresamos y nos enfermamos, pero cuando estamos en la cama descansando para mejorarnos, nos sentimos culpables y buscamos la manera de trabajar.
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”
Filipenses 4:6,7 RV60
He aquí mí corto testimonio: actualmente tengo 44 años, en el 2005 sufrí un Infarto al Miocardio y hace 5 años me diagnosticaron Diabetes B, con la entrada del CV19, la OMS advirtió cuales eran los pacientes de mayor riesgo y resulta que tengo la papeleta ganadora para cogerlo y de la mala manera, pero Dios en su infinita gracia y misericordia, ha permitido que mí supervisor junto con mis jefes, declaren que no es necesario que asista al lugar de trabajo, hasta que las condiciones de salud, garanticen que no me veré afectado y esto ha sido un milagro extraordinario por parte de Dios.
“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”
Mateo 6.25-34 RV60
Seguimos esperando conocer tu testimonio, si deseas compartirlo y bendecirnos, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para publicarlo, es tu parte de extender el reino de Cristo, no te lo pierdas.
EN MEDIO DE LA TORMENTA
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