DEVOCIONAL CRISTIANO UNA EXCUSA, UNA CALAMIDAD

DEVOCIONAL CRISTIANO

 

UNA EXCUSA, UNA CALAMIDAD

 

 

 

¿Dónde está el Señor?

 

 

 

 

 

 

                                                HOY muchos nos hacemos la pregunta: ¿por qué vino está situación calamitosa a nivel global? Nos encontraremos con diversas respuestas, pero la más fácil e irresponsable de responder

 

Somos pocos, los que nos ponemos a analizar las circunstancias internas que han colaborado para que esta pandemia continue, por ejemplo: no seguir las normativas de seguridad y control de salud. Sin embargo hay mucho más de ello; Dios ha puesto las autoridades a nivel global, pero en nosotros está: mantener orando por ellos para que hagan leyes que favorezcan al pueblo. También, nosotros tenemos parte de responsabilidad, primero por no escuchar y obedecer a Dios; segundo no escuchar ni obedecemos los mandatos gubernamentales.

 

 

 

“¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha”

Jeremías 2. 11 RV60

 

Sumado a todo lo anterior, vamos con nuestra fe de manera pendular, es decir, por la mañana asistimos al servicio congregacional y por la tarde leemos el horóscopo para saber como nos va a ir en la semana. Oramos a Dios y le decimos que confiamos plenamente en él y vamos al kiosko a comprar la lotería depositando nuestra fe en la diosa fortuna; nos vamos al campo a orar porque la madre naturaleza nos acerca a dios (seguro no estamos buscando a Dios) sin entender que ella es una deidad de las tribus antiguas...en fin.

 

 

“¿No te ha sucedido esto Por haber dejado al SEÑOR tu Dios, Cuando Él te guiaba por el camino? Te castigará tu propia maldad, Y tus apostasías te condenarán. Reconoce, pues, y ve que es malo y amargo El dejar al SEÑOR tu Dios, Y no tener temor de Mí», declara el Señor, DIOS de los ejércitos.”

Jeremías 2:17, 19 NBLA

 

 

Una excusa, una calamidad, es un llamado de atención para que nuestro decir sea un si o un no, pero nunca un tal vez. Aprendamos a ser radicales y así demostremos a otros, que Dios es real y cumple sus promesas, pues como dice el texto anterior, las malas cosas nos acontecen, porque fuimos nosotros los que abrimos una puerta que jamas debió abrirse.

 

 

 

UNA EXCUSA, UNA CALAMIDAD

 

 

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