LAS PALABRAS MAL DICHAS
Llegar tarde, simplemente es no llegar.
EN cierta ocasión estaba ministrando en una pequeña
congregación. Allí, la enseñanza era más sencilla porque se interactuaba perfectamente
con las personas, conforme se hacían preguntas, se desarrollaba el tema a
seguir. Estaba enseñando acerca de Dios y Su justicia, por lo tanto, surgió la típica
pregunta: si Dios es amor, justo y misericordioso, ¿Por qué hay tanta hambre e
injusticia en la humanidad? Casi no puedo terminar el tema, pues, detrás de
esta, se vino una avalancha de preguntas gordas que muchas veces no sabes ni
que responder.
Dios es muy misericordioso
y nunca calla. Dios de día y de noche esta hablándonos acerca de lo que deberíamos
cambiar y así llegar a la estatura de Cristo, siguiendo el modelo, haciendo la
voluntad del Padre tanto en la Tierra como en el Cielo.
“Palabra que vino a Jeremías de parte del SEÑOR cuando el rey Sedequías lo
envió a Pasur, hijo de Malquías, y al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías,
diciendo: Consulta ahora de nuestra parte al SEÑOR, porque Nabucodonosor, rey
de Babilonia, nos hace la guerra; tal vez el SEÑOR haga con nosotros conforme a
todas sus maravillas, para que el enemigo se retire de nosotros”
Jeremías 21. 1,2 LBLA
Durante siglos, Dios estuvo hablando al pueblo de Israel acerca de la
necesidad de transformar un corazón de piedra a uno sensible a Su voz. Pero
ellos, en vez de arrepentirse, decidieron hacer lo contrario, se dedicaron a
buscar a los baales o falsos dioses, cometiendo así actos de idolatría, equivocándose
en sus decisiones, pero Dios, lleno de amor, les envió profetas, jueces, hombres
con un corazón dedicados a él enteramente, pero no le escucharon. Dios tiene
que poner control en su creación y la manera de hacerla en este caso, fue por
medio de una guerra que los llevaría a un exilio. Busquemos a Dios con tiempo,
no cuando nos convenga o tengamos el agua en el cuello, tal como la tenían en
el pueblo de Israel.
“Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'He aquí, yo haré volver atrás las
armas de guerra que tenéis en vuestras manos, con las cuales peleáis contra el
rey de Babilonia y contra los caldeos que os sitian fuera de los muros, y las
reuniré en medio de esta ciudad”
Jeremías 21.4 LBLA
Para ellos, la suerte ya estaba echada, diríamos en mi tierra. Sin embargo,
para nosotros y esto no es una prebenda para pecar o equivocarnos: “estamos
justificados en Cristo”, Dios nos está hablando y diciendo: cambia tu mente natural
por la Mente de Cristo que ya está en ti. Y así, no permitamos que las palabras
mal dichas y fuera de tiempo, no lleguen al corazón de Dios y por lo tanto Su
amor, justicia y misericordia, no llegue para salvarnos en el momento oportuno.
LAS PALABRAS MAL DICHAS
Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de
Cristo que ya está en ti. Recuerda adquirir el
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