Devocionales de Alfonso Gomez Plaza: DEVOCIONAL CRISTIANO ¿POR QUÉ DIOS MIO?

¿POR QUÉ DIOS MIO?

Entonces, vino la palabra del Señor.

AÚN taladran en mi cabeza las palabras de odio y desprecio de una desconocida para con Dios, pues según ella, en ese mismo año había perdido a su marido y su hijo, en un accidente de coche, culpa de Dios y por la falta de socorro oportuno, así me lo gritaba, voz en cuello. Lamentablemente, hasta ahora, no tendría una respuesta oportuna, ni de consuelo para con ella, pues cuando hemos decidido que ese sentimiento eche raíces, convirtiéndose en un resentimiento, poco o nada hay que hacer, salvo que permitamos que Dios actué en nosotros, sanándonos y liberándonos de ello.

“Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla”

Jeremías 18. 4 RV60

¿Quién conoce los designios de la vida? Como seres humanos tratamos de tener todo bajo control, pero eso solo alimenta la falacia que vivimos, solo Dios tiene el control de la vida y de la muerte; dentro de Su soberanía, él sabe cuando es el momento oportuno para transformarnos, utilizando inclusive a la misma muerte. Dios utiliza esta hermosa metáfora con el alfarero para decirnos, que sí un artesano puede darle forma a cualquier material para ser usado, ¿cuánto más él? Todos los días hacemos ruegos y plegarias y reconocemos que Dios es el creador de todo, entonces ¿por qué pretendemos limitar su poder?

“¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel”

Jeremías 18. 6 RV60

Ante todo, Dios es un caballero. Dios nunca se va a meter donde no lo han llamado, mucho menos, donde no lo han invitado. Dios quiere nuestra transformación, siempre y cuando estemos de acuerdo, así que, sí no estamos dispuestos a morir a nuestra mente natural para resucitar con la Mente de Cristo, tranquilos Dios no nos va a exigir y no va a estar recordándolo, sinceramente somos los predicadores los que lo hacemos.

Dios nos ama y desea darnos lo mejor para potencializar nuestras capacidades, por ello, tal como lo hizo el artesano, Dios puede dar a nuestras vidas la forma más precisa. Sí Dios moldeó la vida de su Hijo Jesucristo en el Huerto de Getsemaní ¿por qué no puede hacer lo mismo con nosotros?

¿POR QUÉ DIOS MIO?

Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti. Recuerda adquirir el libro: “Cómo entender que el sacerdocio produce en mí, hombría”, a través de este enlace:

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