DIOS DE PACIENCIA
Se nos pagará
conforme a nuestros hechos y obras.
NO me cansaré de repetirlo
hasta que se agote mi vida, lo más fácil es echarle la culpa a los demás antes que
asumir nuestras responsabilidades y reconocer que nuestros infortunios, malas
decisiones, inmadureces, mal carácter nos han traído de cabeza y desde luego, somos
el fruto o vivimos consecuentemente con todo lo que hemos sembrado durante
nuestra vida.
Dentro de nuestro egoísmo
y soberbia, somos tan atrevidos que no dudamos en pretender que toda la responsabilidad
es de Dios, solo porque él es Dios.
“Desde el año trece
de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta este día, que son veintitrés años,
ha venido a mí palabra de Dios, y he hablado desde temprano y sin cesar; pero
no oísteis”
Jeremías 25. 3 RV60
A partir de lo dicho
por el profeta, observamos que, al pueblo de Israel, Dios le mandó consejero y
este durante dos décadas estuvo platicando, hablando, predicando las verdades y
sobre las necesidades de volver nuestro corazón a Dios.
Hoy, anhelo predicar
a Cristo vivo, aquel que murió por toda la humanidad. Jesucristo, demostrando
una innegable obediencia al Padre Celestial, se entregó en sacrificio para
liquidar la deuda que teníamos adquirida con el adversario de la Verdad y de la
Luz admirable, rompió toda atadura y nos liberó eternamente…Hoy Jesucristo,
desea gobernar la mente, alma, corazón y desde luego todo nuestro ser. Hoy Jesucristo,
desea ordenar nuestras vidas, matrimonio, finanzas, familia, para que seamos de
ejemplo para más personas. Solo tenemos que elevar una simple oración sincera
que salga del corazón diciendo: “Jesucristo, hoy renuncio a mí, me entrego a
ti, gobierna mi vida y no permitas que siga siendo manipulado por las tinieblas”.
“Y envió Dios a
vosotros todos sus siervos los profetas, enviándoles desde temprano y sin
cesar; pero no oísteis, ni inclinasteis vuestro oído para escuchar cuando
decían: Volveos ahora de vuestro mal camino y de la maldad de vuestras obras, y
moraréis en la tierra que os dio Dios a vosotros y a vuestros padres para
siempre; y no vayáis en pos de dioses ajenos, sirviéndoles y adorándoles, ni me
provoquéis a ira con la obra de vuestras manos; y no os haré mal”
Jeremías 25. 4-6 RV60
Hoy está en nuestras
manos tomar una decisión, ¿aceptaremos cabal y voluntariamente el señorío de
Jesucristo? ¿Acaso seremos como los pueblos y menospreciaremos el consejo de
Dios mismo? ¿Qué estamos esperando para ser unos verdaderos cristianos hasta la
misma medula?
DIOS DE PACIENCIA
Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de
Cristo que ya está en ti. Recuerda adquirir el
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