INTRÉPIDOS
Y entonces, y mientras tanto, de camino allí…
EN cierta ocasión, escuché a Alex Sampedro decir
que el Evangelio de Marcos, es el Evangelio para los intrépidos, audaces,
arriesgados que aún sabiendo que van a fallar, prosiguen a la meta porque allí
es donde desean llegar. Durante los próximos devocionales, procuraré escribir
sobre este Evangelio y las aplicaciones que personalmente le he dado y cómo
Dios ha tratado conmigo a partir de él.
Al parecer, Marcos
también llamado Juan Marcos, sustentaba otro sobrenombre: el martillo. No está
clara la relación entre Pedro y él, algunos estudiosos hablan de una paternidad
y otros dicen solamente que él fue discípulo de Pedro… en fin. Sabemos que
abandonó la obra misionera en medio de ella, lo que causó la primera rotura
ministerial neotestamentaria entre Pablo y Bernabé. Pero que unos años después,
el propio Pablo, tuvo que reconocer que Marcos, era útil para la obra y el
ministerio.
“Y vino una voz de
los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. Y luego
el Espíritu le impulsó al desierto. Y estuvo allí en el desierto cuarenta días,
y era tentado por Satanás, y estaba con las fieras; y los ángeles le servían”
Marcos 1. 11-13 RV60
Tres acciones, en
tres versos, Marcos trató de mostrar que las palabras y los hechos deben estar
muy pegados, pues no hay tiempo. Si notamos bien, estamos en el primer capítulo
y a Marcos no le importaron hechos, que, para él, son sin importancia dentro de
la vida de Jesucristo. Para Marcos, los hechos del nacimiento y de su niñez, no
aportarían nada más que todo lo que hizo en tiempos ministeriales y esto nos
debe llevar a la reflexión: ¿estamos siendo intrépidos, audaces y hábiles para
con el Evangelio de Cristo? O todo lo contrario ¿nos entretenemos en pequeños
detalles, los cuales son irrelevantes en nuestras vidas?
Lamentablemente, soy
una persona que le doy muchas vueltas a las cosas que me suceden o presto mucha
atención a comentarios mal intencionados que me dicen, esto en ocasiones me
llevan a estar hasta enfermo, entendiendo que debo ser libre de ataduras que no
son para nada útiles en mi vida. Porque Cristo, enseñó que él nos liberó en la
Cruz del Calvario y en su resurrección tenemos un nuevo estilo de vida.
Seamos pues intrépidos,
audaces y aceptemos vivir totalmente desafiados de manera permanente para llegar
a la estatura de Cristo, tal como lo hizo Marcos y por lo cual, el Apóstol
Pablo reclamó:
“Sólo Lucas está
conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio”
2 de Timoteo 4.
11RV60
INTRÉPIDOS
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