UN DIOS A MI IMAGEN
Haremos al hombre conforme a nuestra imagen.
ENTRE la lucha del poder
entre la fe y la dogmática, todos los seres humanos, buscamos la manera de
escaparnos y como resultado final, hacemos un dios a nuestra imagen y según nos
convenga, pues con ello, justificamos nuestro mal estilo de vida, alejándonos del
verdadero sentido del amor reflejado por Dios, a través de Jesucristo en la Cruz
del Calvario.
Por antonomasia, el
ser humano es religioso, busca la manera de llegar a Dios, pero ha de saberse,
tenemos que pagar un pequeño precio, un estilo de vida, que nos conducirá realmente
a la meta final, la estatura de Cristo.
“Y el pueblo estaba
mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó;
sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios”
Lucas 23. 35 RV60
Cuando profesamos
nuestra fe, muchas personas podrán ver el poder y el amor de Dios, por lo tanto,
aceptarán también la manifestación del reino de los Cielos en sus vidas. Sin embargo,
algunos otros se levantarán en nuestra contra, pretendiendo que caigamos de
nuestra fe, procurando debilitarnos y alejarnos del propósito divino. En muchos
casos, buscarán desafiarnos con afirmaciones claras del poder y manifestación en
nosotros del Espíritu Santo, actuando en nosotros o en ellos mismos para hacernos
caer en ridículo, tanto como los líderes buscaron avergonzar a Jesucristo.
“Los soldados también
le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, y diciendo: Si tú eres el
Rey de los judíos, sálvate a ti mismo”
Lucas 23. 36,37 RV60
Lo que no mata,
engorda, así reza el refrán colombiano. Podemos imaginarnos, lo que se les cruzó
por la mente a estos soldados para injuriar a Cristo y mejor aún, sabemos que
Cristo estaba agotado mentalmente en aquel preciso momento, por ello, hasta los
ignoró, pero ¿cuál sería nuestra respuesta ante tales injurias? ¿Realmente nos comportaríamos
tal como lo hizo Cristo? Personalmente, en mi afán de hacer un dios a mi
imagen, le pediría que mandara rayos del cielo y los consumiera, mínimo, le pediría
al dios de mi imagen y semejanza que les enviara una enfermedad para que aprendan
a respetar. Sin embargo, Dios es Dios de amor, él es el amor, por lo tanto,
hace oídos sordos a tan estúpidas oraciones, llenas de niñería y de falta de amor,
por eso, recordemos que Cristo nos enseñó: amar a nuestros semejantes de la
misma forma que nos amamos a nosotros mismos es el resumen de toda la escritura.
UN DIOS A MI IMAGEN
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