EL COSTO DE UNA RELACIÓN
Solo quien sabe pagar el precio, entiende el valor que tiene.
EN estos días, hemos estado aprendiendo de la mano
del Evangelista Marcos, igualmente se ha hablado sobre la importancia del
sacrificio y del valor de las cosas tanto física, corporal y emocionales que damos
como entrega para Dios, cómo para con los demás.
“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a
Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró
delante de ellos”
Marcos 9. 2 RV60
En esta ocasión, el Evangelista Marcos nos dejó
ver entre líneas, que, si bien Dios no hace excepción de personas, sabe valorar
a quienes tienen una relación íntima y personal con él: ¿por qué no fueron los doce
discípulos con Cristo? ¿Por qué exclusivamente Pedro, Jacobo y Juan? ¿Por qué
no es contado Andrés? El costo de una buena relación con Dios tiene
evidentemente sus frutos y consecuencias. Un fruto claramente es, la revelación
de quién es él auténticamente. Jesucristo se reveló inicialmente a estos tres,
por el hecho que ellos estuvieron dispuestos en todo momento a pagar el sacrificio
de permanecer 24 horas, 7 días a la semana tomados de la mano del Maestro.
“Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es
para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra
para Moisés, y otra para Elías. Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban
espantados”
Marcos 9. 5-6 RV60
Aquí podríamos ver las imprudencias de Pedro,
pero también podemos observar que Pedro quería más. Pedro está mandándonos este
otro mensaje; “Jesucristo, lo que hemos vivido contigo hasta ahora es increíble,
pero esto de ver a Elías, Moisés y escucharte dialogar con ellos, no tiene parangón
y creemos que nunca más lo volveremos a vivir, déjanos estar aquí, en presencia
de los Santos escogidos de Israel más tiempo”
Hace poco Dios me habló por medio de una
hermana y estuve escuchado este dialogo durante dos semanas seguidas, pero
había que seguir adelante, había que avanzar en la relación con Dios, era
tiempo de pasar página (como si fuera fácil) y buscar más y diferente de la
presencia de Dios, para darle a los demás, pues esa fue la manera de reaccionar
de Cristo, cuando le dijo a los discípulos: “vamos que abajo hay trabajo por hacer”.
Avancemos en nuestra búsqueda de Dios. Preparemos
un lugar adecuado donde estar delante del Rey de Reyes. Levantemos un altar de oración
y búsqueda, donde el Creador del Universo, se sienta a gusto de estar con
nosotros.
EL COSTO DE UNA RELACIÓN
Dios te bendiga y traiga revelación
a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti. Recuerda adquirir el libro: “Cómo entender que el
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Dios te bendiga y traiga
siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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