ÉL TAMBIÉN PAGÓ EL PRECIO
Mis acciones de hoy tienen repercusiones eternas.
HOLA, adiós, amor, amigos, te amo, sexo, amistad, Dios te
bendiga, bendiciones, paz, entre otras, hoy por hoy, simplemente hacen parte de
un mero sistema de palabras y del léxico diario, perdiendo el valor real y
significativo de cada una de ellas. El tener una relación íntima y personal con
Dios, significa una implicación total de ambas partes, pero que evidentemente,
esta relación es bastante injusta y desequilibrada, pues Dios se da al 100%, en
contra nuestra que, si mucho nos damos a nuestra relación con él, en un 10 o un
20%, en el mejor de los casos. Lo más tenaz, es que Dios, aun sabiendo esta realidad
de la condición humana, esta dispuesto a luchar por toda la humanidad, para que
todos seamos salvos.
“Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y
tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y comía langostas y miel
silvestre. Y predicaba, diciendo: Viene tras mí el que es más poderoso que yo,
a quien no soy digno de desatar encorvado la correa de su calzado. Yo a la
verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo”
Marcos 1. 6-8 RV60
El Evangelista Marcos, nos muestra al primo
rarito de la familia de Jesucristo, pero que, en realidad, supo tener una
relación íntima y personal con Dios. Fue tal la relación que desde el vientre
de su mamá Elizabeth, el bebé supo que Jesucristo era la promesa viva del Dios
viviente (Lucas 1. 44). Las cosas no se quedaron allí, Juan cultivó esa
relación que más adelante y como nos lo dice la misma Biblia, a Juan le fue revelado:
a quien bautices y veas reposar sobre él al Espíritu Santo, este es el Mesías
(Juan 1.32-34).
“Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de
Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y luego, cuando
subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía
sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti
tengo complacencia”
Marcos 1. 9-11 RV60
Juan también pagó el precio de tener una estrecha
y profunda relación con Dios, fruto de ello, la revelación del Cristo, del Mesías
que restaura a toda la sociedad. Él tuvo la oportunidad de escuchar la voz del
Padre hablar desde el cielo, ese mismo que lo recibió justo cuando Herodes lo
decapitó, se abrió ante sus ojos y experimentó físicamente la manifestación del
Espíritu Santo. La mejor enseñanza de hoy: todas estas situaciones o manifestaciones
del Dios Altísimo, están disponibles hoy para nosotros, si nos disponemos a
pagar el precio de tener una estrechísima relación con él.
ÉL TAMBIÉN PAGÓ EL PRECIO
Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la
Mente de Cristo que ya está en ti. Recuerda adquirir el libro: “Cómo entender que el
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Dios te bendiga y traiga siempre trayendo
revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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