SIMPLEMENTE, SÍGUEME
El Evangelio de Cristo, es muy sencillo.
PARA mi es tan importante la expresión “sígueme”,
porque engloba una situación de restauración y reivindicación, evidentemente
para los primeros discípulos y apóstoles de Cristo, como para cada uno de
nosotros que aceptamos el “sígueme” que nos dice Jesucristo, nuestras vidas son
transformadas por él, haciéndonos volver al lugar del diseño divino, viviendo
conforme a la voluntad del Padre Celestial.
Esta será la cuarta vez que escribo un devocional sobre el tema de “sígueme”,
pero no será la última vez que lo haga. En la cultura israelí, los niños
comenzaban en la escuela aprendiendo todo el Pentateuco, luego pasaban a estudiar
el resto de la Torah. Sobre los doce años, pasaban la prueba más difícil y está
era ejecutada por el Rabí, quién veía lo especial del joven y le decía “sígueme”
y si el Maestro no se lo decía, este jovencito, volvía a su casa a trabajar en
los oficios de la familia y continuar con la profesión de sus papás.
Les dijo Jesús: Síganme, y yo haré que ustedes
sean pescadores de hombres.
Marcos 1.16 DHH
Simón, Juan, Andrés y Jacobo, todos ellos fueron rechazados previamente por
algún Rabí, el cual no vio en ellos, las capacidades suficientes como para ser
igual a él, sin embargo y años después, el Maestro les da el premio mayor de la
cultura de Israel y les dice: “simplemente, sígueme porque veo en ti la madera
que se necesita para ser un buen imitador mío”.
Igual que Marcos, yo no soy una persona perfecta, tengo mis conflictos por
resolver: miedos e inseguridades y una falta de aceptación. Algunas cosas ya se
han superado, otras como control del carácter ante los religiosos, esta en
proceso. La inconstancia ya está superada, la falta de aceptación a la
autoridad, superada. La lista no es muy larga a seguir, pero todas las noches,
duermo tranquilo con la satisfacción de haber hecho las cosas como para Cristo.
“Pasando de allí un poco más adelante, vio a
Jacobo, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca
remendando las redes; y en seguida los llamó. Entonces, dejando a su padre,
Zebedeo, en la barca con los jornaleros, lo siguieron”
Marcos 1. 19-20 DHH
Ahora, nos toca a cada uno de nosotros decidir entre
seguir a Jesucristo o seguir viviendo la falsa vida que nos hemos propuesto. Es
momento de determinarnos de ser unos verdaderos seguidores de Cristo. Es el
lugar y la hora, para demostrar que Cristo vive realmente en nosotros.
SIMPLEMENTE, SIGUEME
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revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti. Recuerda adquirir el
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