TU SALUD POR UN TEJADO
Golpearé la roca, hasta que brote agua.
EN estos días hablamos sobre el Evangelio de Marcos,
reconociendo su autoría y hemos estado mostrando las posibles aplicaciones para
nuestra vida. Comenté el alto costo económico que significó para algunas
personas como María de Betania y Juan de Arimatea, los cuales y por amor a Cristo,
sacrificaron no solo dinero, sino su vida como en el caso de José. En uno de
los milagros más escandalosos que encontramos en los Evangelios, un grupo de
amigos, pagaron un alto precio para ver a Jesucristo y lograr mucho más que sus
propias metas.
“Como no podían acercarlo a Jesús por causa de
la multitud, quitaron parte del techo encima de donde estaba Jesús y, luego de
hacer una abertura, bajaron la camilla en la que estaba acostado el paralítico”
Marcos 2.4 NVI
Haber si podemos imaginarlo actualmente, vivo
en una casa con techo y falso techo con aislante térmico más la escayola
decorativa, y tenemos que entender que unas personas, buscando la sanidad de su
amigo, vienen y rompen el techo, el falso techo, el térmico y la escayola y me
quedo tan ancho, viendo al paralítico, irse tan contento con su salud a casa…espera,
¿quién va a pagar la reparación del techo? ¿Quién me va a dar posada en los
tiempos que dure la reparación? ¿Estaré dispuesto a volver a prestar la casa
para futuras predicaciones y acciones del Maestro?
Y es que todo lo relacionado con Cristo, es un escándalo.
Se cree que la vivienda donde ocurrió este milagro tendría un techo de vigas de
maderas cruzado con ramas y juncos, luego tendría una gruesa capa de barro, apisonado
por una gran piedra a manera de asfalto para no tener que estar cambiando este
constantemente.
“Él se levantó, tomó su camilla en seguida y
salió caminando a la vista de todos. Ellos se quedaron asombrados y comenzaron
a alabar a Dios. --Jamás habíamos visto cosa igual –decían”
Marcos 2. 12 RV60
El relato nos deja allí, sin una respuesta para
el dueño de casa, ni quien corrió con todos estos gastos, ¿los cubrió acaso el
ministerio de Jesucristo? ¿lo pagaron los cuatro que rompieron el techo? ¿lo financió
el dueño de casa? Lo desconocemos totalmente, pero nos dejó la enseñanza que vale
oro: tu salud por un techo realmente vale la pena. Yo estaría dispuesto a pagar
uno y otro techo por ver la salvación y sanidad de todos los míos. Daría sacrificios
como los que hasta ahora hago como no dormir para que te lleguen estos mensajes,
y así un largo etcétera.
¿Qué estamos dispuestos a pagar por la salvación
y sanidad de los nuestros?
¿Estamos dispuestos a ser criticados por llevar
la salvación a un amigo?
¿Vamos a pagar el precio?
TU SALUD POR UN TEJADO
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