UN PARALELISMO
Las comparaciones son molestas, pero necesarias.
SIEMPRE que podamos, compararnos
con una persona que consideramos digna o que nos inspire, será bueno para nosotros,
pues nos darán un impulso de aliento y así pensar: sí tal persona llegó, yo
también llegaré allí, porque no hay nada, ni nadie que nos limite. El Evangelio
de Marcos, nos presenta dos facetas importantes en la vida de Jesucristo: Su autoridad
y poder. Paralelo a esto, Marcos presenta una estampa muy interesante de la
vida del discípulo de Cristo que, comparándolo, nosotros también tenemos que
seguir:
Todos los discípulos son llamados por el propio
Jesucristo:
“Andando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a
Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les
dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y
dejando luego sus redes, le siguieron. Pasando de allí un poco más adelante,
vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca,
que remendaban las redes. Y luego los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en
la barca con los jornaleros, le siguieron”
Marcos 1. 16-20 RV60
Ellos tuvieron autoridad dada por Jesucristo, para
predicar y echar fuera demonios, así mismo, él compartió Su poder:
“Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y
para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y
para echar fuera demonios”
Marcos 3. 14, 15 RV60
Por lo tanto, a ellos, los discípulos y apóstoles de
Cristo, tenían que aprender que el camino del discípulo es un tramo o sendero
de negación constante a sí mismo y por así decirlo, con sufrimiento, de tal
manera como lo hizo el propio Jesucristo.
“Y llamando a la gente y a sus discípulos, les
dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz,
y sígame”
Marcos 8. 34 RV60
La vida cristiana, no es un camino de rosas, en
todo caso, deberemos andar entre los espinos. Tratar con el ser humano, es una
cosa muy difícil, sinceramente no se como hace Dios para trabajar con cada uno
de nosotros y darnos amor de la manera en que nos la da, somos complicados,
aburridos, tristes, melancólicos, llenos de complejo y de historias que ni
nosotros mismos entendemos, esto y mucho más es el ser humano, por ello, el
profeta Isaías dice: Desde la planta del pie
hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga;
no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
Nuestro llamamiento debe ser un fiel reflejo de
Jesucristo: mostrando su poder y autoridad, las cuales si o si, deberán estar
acompañadas por sufrimiento y entrega. Cuando dejamos de entender y de predicar
este tipo de discipulado, dejamos de explicar y de predicar correctamente a
Cristo.
UN PARALELISMO
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