Devocionales de Alfonso Gomez Plaza: DEVOCIONAL CRISTIANO

Si no nos movemos, otros avanzaran…

SOLEMOS considerar que los milagros son hechos extraordinarios, lo cual es cierto. Una de las definiciones de milagro es: intervención divina en los aconteceres diarios de la humanidad. Pero sinceramente, no hay nada más milagroso que ver actuar a Dios sobre la naturaleza y en las cosas cotidianas, me explico: si Dios quiere formar una nueva isla, producirá un cataclismo que sacudirá las cimientes de la tierra y por una erupción volcánica, como en Hawái, nacerá una nueva isla. Si a Dios le apeteciera borrar la maldad de la humanidad, por ende, eliminar al hombre, podría provocar tsunamis, como el ocurrido en Alaska en 1958 en la bahía Lituya, se habla que produjo olas de 525 metros. Entonces, ¿por qué no considerar que Dios está dispuesto a salvar esta humanidad demostrando su amor y con ello su poder?

“Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme”

Marcos 1.40 RV60

Los leprosos eran personas, las cuales, a consecuencia de esta enfermedad, estaban apartados del resto de la sociedad. La lepra era considerada una enfermedad espiritual que se manifestaba físicamente, a consecuencia de la blasfemia, por ejemplo. Hoy la lepra está casi erradicada, pero no por ello, no existen leprosos actuales, pero la iglesia los ha apartado, la sociedad ha ocultado, leprosos que necesitan que nosotros les estiremos las manos, para que Cristo, obre en favor de ellos.

“Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio”

Marcos 1. 41 RV60

Claro que sí, Dios quiere limpiar y salvar a todos aquellos que se acercan a él y le piden ayuda, pero nosotros le atamos las manos a Dios por no actuar en favor de esta sociedad. No hay nada más milagroso y natural que nosotros salgamos a la calle a buscar los leprosos actuales: homosexuales, borrachos, drogadictos, divorciados, jóvenes rebeldes, asesinos, violadores, estafadores, mejor dicho, a todos aquellos que justamente no queremos tener a nuestro lado, porque no son santos entre comillas, y no nos llegan porque nuestra religiosidad hace que ellos sean unos desagradables, pero que justamente a estos, vino Cristo a recuperar y redimir.

¿Qué vamos a hacer?

¿Le vamos a seguir atando las manos a Dios?

¿Vamos a movilizarnos para hacer milagros constantemente, por donde estemos, a tiempo y fuera de él de tal manera cómo lo hizo Cristo?

EXTIENDE TÚ, TU MANO

Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.