HAZLO POR ÉL
El amor es sufrido, todo lo soporta, todo lo espera.
HACE unos años atrás, murió una buena amiga mía, ella
fue muy devota a Dios y al servicio. Ayudaba a los pobres y extendía siempre su
mano, aunque no tuviera ganas ni fuerzas. Ella manifestaba el Espíritu Santo, a
través de la oración y predicación de la Palabra en pequeños grupos, realmente sentía
carga por la humanidad. Ella comenzó a manifestar una anemia y cuando le
certificaron el cáncer, estaba invadida y poco se pudo hacer por ella. Humanamente
consideramos que, para ella, llegó su momento. Pero entre algunos amigos, nos
quedó el mal sabor en la boca de no haber hecho lo suficiente con y por ella,
aunque su esposo no estuviera de acuerdo: ¿si hubiéramos estado con ella en tal
campaña de milagros? ¿si hubiéramos visitado tal predicador? ¿si hubiéramos visitado
tal congregación donde permanentemente está la presencia de Dios…hoy ella
estaría con nosotros?
“Entonces vinieron a él unos trayendo un
paralítico, que era cargado por cuatro”
Marcos 2.3 RV60
Durante mi embarazo, mi madre Fanny, soporto
también la vida de mi papito Bernardo, el cual estuvo postrado en cama y él no
podía caminar y mi madre, tuvo que llevarlo a cuestas para todo lo que él tuvo
que hacer, desde sus necesidades fisiológicas, visitas al medico hasta la misma
cirugía que le permitió volver a caminar. Yo he tenido que vivir, no siempre de
manera consciente, el golpear, caminar, luchar, hasta conseguir que un milagro
tan extraordinario como ver caminar a tu ser amado ocurra, como en el caso de
mi papá. En el versículo anterior, fueron cuatro quienes portaron a su amigo,
en el caso de mis papás, fue mi mamá quién tiró para adelante con mi viejo, en
el caso de mi amiga y por más que dos o tres hicimos y dijimos, oramos y
ungimos, quien la soportó durante todo su acontecer, fue su marido. Pero muchas
veces nos tocará hacerlo por él o por ellos.
“Y como no podían acercarse a él a causa de la
multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura,
bajaron el lecho en que yacía el paralítico”
Marcos 2. 4 RV60
Marcos nos dejó este precioso legado en su
Evangelio, la implicación de muchos para obtener un milagro de un tercero. El dueño
de casa que organizó todo para que Jesucristo enseñara allí pero además ver cómo
le destrozan el techo para ese mismo fin. Los amigos que se encuentran con una barrera,
pero no se desaniman, sino que luchan y hacen daños a una propiedad privada
para alcanzarlo (ojo no hagamos apología de esto) y Jesucristo que tuvo que lidiar
con los religiosos del momento, para que este paralitico fuera sano.
¿Qué estamos haciendo de más para que otros
alcancen su milagro?
¿Cómo estamos cubriendo la vida de los demás
mientras no tienen fe?
¿Hasta dónde vamos a ir para que las almas estén
en paz con Dios y puedan ser sanas?
HAZLO POR ÉL
Dios te bendiga y traiga revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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siempre trayendo revelación a tú vida de la Mente de Cristo que ya está en ti.
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